Agridulce.
Así ha sido.
Al principio, me sorprendió gratamente cuando empezó a ir a la cama conmigo y a dormir de verdad. Pensé que tal vez había disminuido el consumo de cocaína. Para mí, eso sería mejor que nada, ya que no espero que la deje del todo. Los adictos nunca lo hacen. Siempre la sustituyen por alguna otra sustancia, ya sea legal como el café o los cigarrillos, o no.
Lo vi con mis propios ojos. Las barras blancas y rectangulares con la palabra "Xanax" estampada en ellas. Se desmayó en la cama en cuanto llegamos a casa, profundamente dormido. Así que, como el buen novio que soy, tomé su teléfono para conectarlo al cargador, pero el cable estaba atascado en el cajón de su mesita de noche. Cuando lo abrí, allí estaban.
Mi corazón se desplomó en el estómago.
Conozco los Xanax, a mi madre le encantan.
Se convierte en un puto desastre y se desmaya, y siempre acaba en una situación violenta o comprometida.
He aceptado el hecho de que lo amo. No podría soportar la idea de perderlo. Siento como si él estuviera tejido dentro de mí. Lo miro y siento que estoy al borde del mundo. Me enamore de él.
Esto duele, como un cuchillo que se retuerce en mi pecho. Normalmente, es mi propia madre o mi padre quien lo sostiene, pero ahora es él.
Yeonjun está fuera ahora mismo. No me ha dicho a dónde ha ido, solo ha metido las llaves y la cartera en el bolsillo de sus pantalones negros de chándal favoritos y se ha ido a toda prisa. Podría estar en cualquier sitio. Podría estar demasiado perdido y tener un accidente de coche; podría desmayarse en el sofá de alguien e incluso que lo asalten. Ahora, todo lo que puedo hacer es sentarme aquí y preocuparme por él.
Su comportamiento ha sido así últimamente, muy esporádico. El lunes pasado, en la terapia, le dije a Sam que todo iba perfectamente con él. Odio mentirle. Siempre he sido transparente con ella sobre mi vida, porque sé que es la única forma en que puede ayudarme. Pero desde que Damon entró en mi vida, he tenido que ocultar cosas a la gente para cubrirlo.
No le conté que acepté su oferta de mudarme porque eso no cambia nada de la situación en la que me encuentro. Quiero sentirme cómodo y confiar en que las cosas van a funcionar, pero él se apresura a arriesgarlo todo. Es como si no le importara en absoluto, pero sé que no es cierto. No puede serlo.
No cuando me abraza tan fuerte por la noche y me susurra en el pelo lo mucho que me quiere y me necesita. Cómo se pasó horas rogándome que no lo dejara después de haber jodido mi cumpleaños.
El peso de todo esto me aplasta.
Me dirijo a la cocina y tomo el vaso más grande que encuentro y lo lleno principalmente de vodka y un chorrito de zumo de naranja. Sí. Esto debería servir. Cuando Yeonjun llega a casa, estoy tumbado en el suelo, mirando la televisión. Pero no hay nada en ella. Y las lágrimas me caen por la cara, aparentemente por sí solas, porque no puedo precisar qué cosa jodida de mi vida me está haciendo llorar estavez.
He bebido tanto que tengo la cara caliente, borrosa y entumecida, pero cuando Yeonjun se agacha a mi lado y me toca la mejilla con su áspera palma, lo siento. Mierda, sí que lo siento.
—Vamos. Levántate, bebé. —Oigo su voz, el timbre grave que tanto me gusta, pero no me muevo.
No quiero dejar la comodidad que me ofrece el suelo. Sus brazos me empujan por debajo y, de repente, me elevan en el aire, me acunan como a un bebé.
Las lágrimas no dejan de caer, pero él me hace callar y me besa la cara mientras me lleva a nuestro dormitorio. Mientras me hundo en lo que parece una nube, pero que en realidad es un colchón, siento sus brazos envolviéndome mientras me acerca.
—¿Dónde estabas? —Oigo mi propia voz, pero suena distante.
—Tenía que ocuparme de algo. —dice—. Te amo. Todo está bien, vete adormir.
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Cruelty (Yeongyu)
FanfictionRomance oscuro que involucran drogas, alcohol, trata temas de depresión y adiciones. ANGST. Con todas las letras. Adaptación.