NEW T̶O̶W̶N̶ WORLD

009 - Be The One To Rescue Me

En cuánto la comunicación se cortó todos salimos de la secretaría con prisa. Mi padre, a la delantera, envió a Ronin por la camioneta, mientras que nosotras lo seguimos con paso acelerado hacia una desconocida y oscura habitación.

Riley y Tory se habían despertado de inmediato en cuanto escucharon los gritos desesperados de Andrew durante la llamada y no dudaron en copiar nuestras acciones al adentrarse en la armería de la estación.

— No— el Newton de mayor edad negó en cuánto Tory estiró la mano para acceder a una de las tantas armas de fuego que se encontraban a su alcance—. Ninguna de ustedes tres irá de vuelta al pantano.

— ¿De qué hablas?, por supuesto que iré— arremetí contra él—. Los Riverson están ahí, los Peña, Eleanor,... Sloane. No voy a abandonarlos.

— Maisie...

— No— Interferí—. No seguiré siendo la adulta inmadura que Emerson dice que soy. Iré contigo te guste o no.

— Nosotras igual.

— No, ustedes no— le contradije a Riley con un poco de sorpresa al darme cuenta que había sido ella la que propuso la sumatoria de ambas y no su hermana menor—. Necesitamos que alguien se quede y haga contacto con la comunidad de las montañas— dije ganándome las miradas indagatorias de las dos—... para que nos ayuden ¿sí?.— Agregué en mi último intento por convencerlas.

Papá me observó con conformidad y concordancia, una mirada que aprobaba mi compañía en el regreso al pantano.

— Maisie tiene razón, necesitamos ayuda— él apoyó mi noción, arrodillandose frente las dos jóvenes de la familia—. Y sólo podemos salir victoriosos con la valentía liderando desde aquí— agregó haciendo referencia al significado de los nombres del par Newton—. ¿Creen poder hacerlo?.

Aunque ambas lo miraron con admiración la respuesta de las hermanas se perdió bajo el bocinazo que llamó la atención de todos desde afuera.

Gruñí y Riley admitió lo que todos pensábamos en ese momento—: Ronin de verdad tiene que dejar de hacer eso si quiere vivir.

Una vez salimos al exterior la luz del día tornó los mechones de mi cabello castaño en un dorado apagado, idéntico al oro fundido.

Entre cerré los ojos por la luz solar y regresé mi atención alrededor. Habían pasado al menos dos minutos desde que la llamada de Andrew se había cortado y aunque parecía poco tiempo, para nosotros ya era tarde.

Papá le entregó a Ronin un bolso repleto de armas por la ventanilla del conductor para luego indicarle a Riley lo que debía decir si la señal de la radio se restablecía y lograba comunicarse nuevamente con el chico del campamento.

Por unos segundos pensé que cambiaría su decisión con respecto a mí, que volvería a repetirme lo de siempre—: Lo mejor es que te quedes con ellas. Riley y Tory necesitan alguien que las cuide—. Pero cuando se giró hacia mí y señaló la caja de la camioneta me di cuenta que mi destino era regresar al antiguo refugio con ellos.

Me aferré a ambas hermanas bajo la promesa de regresar por ellas y subí de inmediato a la parte trasera de la camioneta mientras mi padre desencadenaba y deslizaba la enorme reja con la intención de dejarnos el camino libre para salir. Cuando logró su cometido le lanzó el juego de llaves a Riley, indicandole que volviera a cerrar la entrada una vez que la camioneta se encontrara sobre la asfaltada calle de Torrance, mi prima asintió y él se subió en el asiento del copiloto, volviéndose hacia ellas con antelación una vez más.

— El Reino queda bajo su protección, Princesas. Protejanlo.— Admitió de la manera más amorosa y convincente posible, pero conociéndolo pude sentir la preocupación terrorífica en su voz de que aquélla tuviera que ser la última vez que viera a ese par.