Prólogo

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— No sabes cuánto te amo…
— Mi amada, mi bella Charlotte, siempre te amare aquí y en cien vidas.
— Siempre te amaré Svein, más que nada en este mundo.
— Prometo buscarte en la siguiente vida Charlotte.
Las palabras de ese hombre hacían temblar a mi dulce corazón, por fin pude estar con él.
— Muy pronto nos volveremos a ver… ¿te volveré a ver amor mío?
— Te lo aseguro, yo volveré por ti, como lo hice la primera vez.
Mis ojos esmeraldas soltaban pequeñas lágrimas de amor, mientras me aferré al varón con un fuerte  abrazo, no quería dejarlo ir, no ahora.
— ¿Prometes volver por nosotras? Júramelo.
— Te lo juro, yo volveré por ustedes.
Lo solté, mirando como se marcaba, notando en cómo me dejaba aquí, quería ir me con él, deseaba estar con él.
Te esperaré.
Era lo único que recordaba, aún llorando, cargue a la pequeña Sarah, para llevarla adentro, al caminar hacia la puerta sentí como si algo atravesará mi cuerpo, era algo frío, un mental.
Me estremecí de dolor, no mire hacia atrás, hasta sentir otra cosa, una puñalada, ¿Que estaba sucediendo?
Mire hacia atrás, con ojos llorosos sin soltar a mi pequeña, no reconocía la cara del sujeto, veía borroso.
Muy pronto escuché gritar a Svein desde una carretilla, el hombre desapareció de mi vista corriendo.
Svein estaba corriendo hacia mí, mientras gritaba mi nombre, jamás me había percatado de haber perdiendo demasiada sangre, mire a mi alrededor notando todo el líquido que estuvo saliendo de mi cuerpo, mire a Svein sonriendo. Antes de que mi cuerpo colapsara.

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