Capítulo 5.

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Cuando Jiang Yun despertó de nuevo, ya estaba en una cueva húmeda

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Cuando Jiang Yun despertó de nuevo, ya estaba en una cueva húmeda.

 Aunque el suelo estaba mojado y mugriento, lleno de charcos de diversos tamaños, en el aire aún flotaban restos del calor generado por el fuego encendido con carbón y no hacía frío. Incluso había una fina capa de algo parecido al heno donde yacía.

¿Dónde estaba?

¿Cómo había llegado aquí?

Los recuerdos previos a quedar inconsciente se arremolinaron uno tras otro en su mente. Debido a los efectos de la droga, era incapaz de tener una imagen clara de la situación. Sólo recordaba vagamente que, cuando su mente quedó completamente nublada por la droga, acababa de pasar el primer pico de la montaña. Estaba agotado y se desplomó bajo un muro de piedra que apenas si podía resguardarlo de la lluvia. Más tarde......llovía a cántaros y un par de botas militares negras llamaron su atención.

Botas militares......

Jiang Yun frunció el ceño, giró la cabeza y miró a su alrededor. La cueva estaba vacía, salvo por una fogata cercana que todavía quemaba trozos de carbón, no había nadie más a la vista.

Sin embargo, en su memoria, las botas militares enlodadas y bordadas de negro lucían demasiado reales.

Incluso los patrones de qilin, que estaban delineados por hilos de oro, aparecían en su mente con claridad.

Jiang Yun se tranquilizó e instintivamente se llevó la mano a la cintura, queriendo sacar su espada flexible, pero para su sorpresa, no encontró nada. Al bajar la mirada, se dio cuenta de que estaba cubierto con una extraña túnica negra bordada con hilos dorados que delineaban patrones de qilin. No había nada en su cintura debajo de la túnica, incluso su cinturón de jade no se veía por ninguna parte.

Aunque la túnica interior aún envolvía completamente su cuerpo, estaba arrugada y cubierta de signos de alboroto.

Y la túnica verde de seda que llevaba originalmente estaba colgada en un perchero de madera junto al fuego.

Era evidente que no podía haber realizado estas cosas por sí mismo teniendo la mente inconsciente.

Jiang Yun se quedó estupefacto y quiso levantarse. Después de moverse un poco, se dio cuenta de que tenía las manos, los pies y las extremidades tan doloridas y lánguidas, sin que le quedara ni un ápice de fuerza. Era como si los huesos de todo su cuerpo hubieran estado en remojo en una jarra de vino toda la noche, encontrando hasta el más simple movimiento, como el alzar los brazos, un poco laborioso. También tenía una marca roja en la muñeca.

No hacía falta decir lo que significa todo esto.

Jiang Yun frunció el ceño.

"¿Estás despierto?".

Una figura alta y grácil apareció en la entrada de la cueva, caminando perezosamente hacia el interior con sus largas piernas. 

Los dedos de Jiang Yun se prensaron bruscamente a sus mangas, levantó los ojos y lo miró con frialdad. Lo primero que vio fue unas cejas con forma similar a la hoja de una espada, ojos centelleantes y un rostro apuesto y cautivador, seguido de un cabello negro bien recogido, brazos robustos y cintura de avispa. Tenía un aspecto sobresaliente, llevaba un conjunto completo de armadura de batalla de hierro negro ceñido al cuerpo y sostenía un exquisito cinturón de jade liviano hecho de grasa de cordero [1] en la mano.

Accidentalmente tuve un bebé con el príncipe enemigo.  [Traducción]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora