Cap.-4

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Las semanas iban pasando, así mismo Akane superaba todo ese extraño lío, por supuesto, la relación con Teru no había cambiado, de vez en cuando este le daba dichos castigos por ser mitad espectro, y en cada ocasión, aunque se sentía adolorido no negaba que le empezaba a gustar cada vez más, por supuesto no lo hubiera notado de no ser por esa incomoda ocasión (de todas formas no le volvió a pasar, al menos en la escuela).

Otra vez estaba en una de esos momentos, los lentes se le habían caído por tanto tiempo estando de cabeza y los mokkes se le estaban trepando encima columpiandose en él, Teru solo leía unos papeles, ignorando los hechos. Solo entonces cuando comenzó a sentirse mareado habló.

—Presidente, ya pasó mucho tiempo ¿puedes bajarme?

—¿Tan pronto? Solo van diez minutos.

—¿Te parece poco? Estoy de cabeza y no me puedo mover.

—No duras nada, yo podría durar más tiempo que tú.—Dejó de leer los papeles que tenía en la mano y se levantó a desatar a Akane.

—Cuélgate tú entonces.

—Yo no soy un espectro que ocasiona problemas, no lo necesito.—Liberó al chico, dejándolo caer de golpe al suelo, al instante soltando una queja del dolor.

—No fue decisión mía.—Tomó sus lentes para colocárselos de vuelta, dejando de ver a los pequeños mokkes, después de todo le disgustaba todo eso.

—Mmh...  De todas formas esos lentes te son útiles, ¿cierto? Casi llevas una vida normal—Se agachó hacia él, acomodándole los lentes correctamente y apartando el pelo de su cara, inmediatamente recibiendo un manotazo del nervioso Akane.

—Sí, sí, adiós.—Dificultoso se levantó para salir e ir a algún lugar solo o mínimamente apartado, así es, la biblioteca.

Aprovechando el lugar en el que estaba, intentaría en primeramente buscar un título relacionado a lo que sentía, por supuesto, sin éxito, tan solo agarró un libro cualquiera para ocultar su rostro mientras pensaba, recargando la cabeza a la mesa. ¿Por qué demonios se sentía así si las acciones de Teru ni siquiera eran buenas? Solo pensar que eso le gustaba le daba vergüenza de sí mismo. Tantas posibilidades cabían en su mente, pero ninguna parecía encajar del todo para él. Todo esto se miró interrumpido cuando le tocaron el hombro repetidas veces.

—Ya es tarde, deberías ir a tu casa, mocoso.—Habló el profesor, Akane era el único ahí además de él, tampoco quería que se quedara hasta las 16:00.

—Ah, profesor Tsuchigomori... Disculpe, no noté la hora.—Se levantó con rapidez, cerró el libro y lo devolvió a la estantería.

—¿Por qué estás preocupado? La semana de exámenes pasó, fuiste de los mejores.—Preguntó repentinamente, pero intentando no mostrar tanto interés.

—No lo estoy, ¿por qué lo dice?

—Nadie lee un libro al revés y con la cabeza recargada en la mesa.—Oh, por supuesto, ¿cómo pudo ser tan descuidado?

—Ah...—Quedó en silencio unos segundos, tomó asiento de vuelta y miró al profesor.—¿Es extraño que a alguien le guste el dolor?—Tras un momento de silencio incomodo Tsuchigomori comenzó a reír.

—¿Masoquismo? Es más común de lo que puedes creer, pero para alguien de tu edad...

—¡No me refiero a mí! Quiero decir... Es solo que...

—No tienes que darme explicaciones, aún si no eres tú, sería mejor buscar información al respecto, tampoco debes permitir que se salga de las manos.

Tsuchigomori alzó los hombros con algo de gracia al respecto, Akane por su parte se veía avergonzado, el "masoquismo" era una palabra nueva para él y ahora resonaba mucho en su cabeza.

—De todos modos, ya es tarde, no deberías estar aquí.—Se dio media vuelta para marcharse mientras solo decía la típica frase "estos chicos de hoy en día".

Akane decidió marcharse.

. . .

Su primer paso: Encontrar información al respecto.

Pasó horas investigando respectivamente de dicho sentir, encontró entre todo, el qué era, métodos, artículos y hasta experiencia de personas anónimas, en otra circunstancia tal vez lo juzgaría, pero ahora mismo le tocaba entender.

Segundo pasó: ¿Experimentar?

Oh, ¿Cómo haría eso?, no tenía nada del estilo, auto lastimarse tampoco era opción. Sin embargo, una opción más se cruzó por la mente; Minamoto. 

Si bien no era una ayuda directa por petición de Akane, nadie le maltrataba más que el propio presidente, únicamente sería una confirmación, eso y nada más.

Por supuesto, eso esperaba.

Masoquista | Teru x AkaneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora