De Terceros

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"¡Tienes mucho que ofrecer al mundo!" Me gritan ellos
Les respondo: "¿Y el mundo que me ofrece a mí? ¿Sufrimiento? ¿Placer?
¿Dinero? Sin tenerlo me parece un infierno y cuando lo tengo no me deja nada más que el relleno de un materialismo superficial.
"¡Es tu deber con la sociedad! ¡Formas parte de ella, debes ayudar!" Me reclaman.
Les lloro: "Soy parte de mi y tampoco me ayudo, así que ayudar a mi exterior no me interesa de ninguna forma."
Renuncio y despotrico contra toda la sociedad, no tengo deber más allá de oler una flor y admirar un atardecer.

Conversaciones entre mi cerebro y mi alma, nunca vocalizadas pues mi mundo espiritual necesita del mundo exterior. Entiendo lo que Jesús sintió por el dinero. Porque así me siento por la sociedad.

Nunca Lo Verás. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora