Dónde Carlos es el jefe de Charles y necesita desesperadamente un prometido falso.
O
Dónde Charles está enamorado de su jefe pero no piensa prestarse para un engaño.
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¡Muchas gracias a...
Las cosas se comenzaron a poner incómodas y al final solo empeoraron.
Carlos sabía que algo estaba mal pero no sabía que, habían vuelto a estar juntos pero al parecer Charles estaba perdido en sus pensamientos, en general parecía siempre estar distante, pensó que sería algo de su enfermedad e incluso le dio vacaciones pero había pasado una semana con ese estado de ánimo, así que decidió hablar con el, inclusive habia despejado la agenda para estar todo el día con el.
Estaba guardado las cosas en su maletín cuando la puerta se abrió y entro la última persona que quería ver.
-Sofia.- Pronunció en un tono tosco.
-Carlos, hijo.- Dijo con la sonrisa más inocente que pudo haber fíngido, ella era muy buena en eso.- Me enteré que tu padre te ha contagiado de su... ¿enfermedad?- comento sentándose en una de las sillas enfrente de Carlos- Cariño, no es normal los hombres no tienen que tener algo con otros hombres, ¿Por qué no le das una oportunidad a Melanie?- Una voz dulce con una sonrisa más dulce.
-¿Melanie? ¿Tu hija? ¿Mi hermanastra?- Soltó una risa sarcástica.
-¿Me llamaste?- Entro la susodicha a la oficina también.
-No, no lo hice, necesito que salgan del lugar, tengo cosas que hacer.- Hablo Carlos de manera cortante.
La falsa sonrisa de su madre cayó.
-No me estás entendiendo Carlos, no te estoy pidiendo que te cases con ella, te estoy ordenando que lo hagas.- Y entonces mostro su verdadera cara.- ¿Sabes? Tal vez al juguete de tu padre o Christian como quieras llamarlo, no le gustaría que el mundo supiera que es un criminal, tan bueno que se ve, quien diria que mato a su propio padre.
-¿Que tonterías estás diciendo?- Carlos sabía que era cierto, su papá mató a ese hombre pero fue en defensa propia, el tipo era violento y casi había llegado a abusar de el.- No se de dónde sacas tanta mierda, vete antes de que llame a seguridad.
-Carlos, sabes que es cierto y un contacto me ayudó a encontrar toda la información, Laila no quiere que la muerte de su esposo quede impune, pero yo puedo olvidarlo.
-¿Cuánto quieres?- Pregunto Carlos sabiendo que de esto ya no había salida.
-No quiero dinero, te casaras con Melanie, buscamos un buen posicionamiento ante la sociedad, el dinero sale sobrando.- Dijo mientras volvio a su dulce sonrisa y se levantaba de su asiento.
Sin esperarlo Melanie camino hacia el y le beso, Carlos reaccionó rápidamente apartandola, lastima que el mal ya estaba hecho, solo que Carlos no entendió las sonrisas cómplices que se dieron al salir de la oficina.
Con tantas cosas encima, prefirió ir a la casa de sus padres para advertirles de lo que había pasado.
¿Pero no los sábados son de Charles?
Y además el no tenía idea, pero su relación acababa de fracturarse un poco más.
