el inicio

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En una fría mañana de septiembre, la mansión de los Black estaba llena de actividad. Los elfos domésticos corrían de un lado a otro, preparando el desayuno y empacando los baúles para el viaje a Hogwarts. En una de las habitaciones, dos niños se preparaban para despedirse.

Regulus Black, el más joven de los hermanos, miraba a su hermano mayor, Sirius, con los ojos llenos de tristeza. Desde pequeños, habían sido inseparables, compartiendo secretos y aventuras en los vastos jardines de la mansión. Pero ahora, Sirius estaba a punto de partir hacia Hogwarts, dejando a Regulus atrás.

"Te voy a extrañar, Sirius", murmuró Regulus, abrazando a su hermano con fuerza.

Sirius le devolvió el abrazo, sintiendo un nudo en la garganta. Sabía lo mucho que Regulus dependía de él, y la idea de dejarlo solo en la mansión oscura y fría le llenaba de pesar.

"Voy a extrañarte también, Reg", respondió Sirius, tratando de mantener la voz firme. "Pero prometo escribirte todas las semanas y contarte todo lo que sucede en Hogwarts."

Regulus asintió, tratando de contener las lágrimas. Sabía que su hermano mayor estaba emocionado por comenzar su aventura en la famosa escuela de magia, pero no podía evitar sentirse abandonado.

Con un último abrazo, Sirius se despidió de su hermano y se dirigió hacia la puerta, donde su madre lo esperaba impaciente. Regulus observó cómo Sirius se alejaba, sintiendo un vacío en el pecho que no podía llenar.

A partir de ese día, la mansión de los Black pareció más sombría que nunca para Regulus. Aunque tenía a sus padres y primos a su alrededor, nada podía llenar el hueco dejado por la ausencia de Sirius.

La mañana en la mansión de los Black comenzó como cualquier otra, con los sirvientes preparando el desayuno y los ruidos de las aves en los jardines. Sin embargo, la tranquilidad se vio interrumpida por la llegada de un búho con una carta dirigida a la familia.

Walburga Black, la matriarca de la familia, abrió la carta con manos temblorosas, mientras Regulus observaba con curiosidad desde la mesa del desayuno. Al leer el contenido, su rostro se oscureció y una expresión de desaprobación se apoderó de ella.

"¿Qué pasa, madre?" preguntó Regulus, notando la tensión en el ambiente.

Walburga miró a su hijo menor con severidad antes de responder. "Es una carta de Hogwarts. Tu hermano, Sirius, ha sido seleccionado para la casa de Gryffindor."

Regulus contuvo el aliento, sintiendo un nudo en el estómago. Sabía lo importante que era para su familia pertenecer a la noble casa de Slytherin, y la noticia de que Sirius había sido enviado a Gryffindor seguramente no sería bien recibida.

Orión Black, el padre de Regulus y Sirius, frunció el ceño al escuchar la noticia. "Esto es inaceptable. ¿Cómo pudo nuestro hijo mayor terminar en una casa tan deshonrosa?"

Walburga asintió, con una expresión de desdén en su rostro. "Es evidente que Sirius ha traicionado los valores de nuestra familia. Debe haber sido influenciado por sangre sucia y sangre mestiza en esa casa de Gryffindor."

Regulus bajó la mirada, sintiéndose culpable por la elección de su hermano mayor. Sabía que Sirius había sido siempre un rebelde, pero nunca pensó que sería enviado a una casa que era considerada enemiga por su propia familia.

Walburga se volvió hacia Regulus, con una mirada de determinación en sus ojos. "Tú no puedes seguir los pasos de tu hermano, Regulus. Debes demostrar lealtad a nuestra familia y a la nobleza de la casa de Slytherin."

Regulus asintió en silencio, sintiendo el peso de las expectativas de su familia sobre sus hombros. Aunque amaba a su hermano mayor, sabía que debía cumplir con las expectativas de la familia Black, sin importar el costo.

black brothers (jegulus y wolfstar)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora