El Gran Comedor resonaba con el eco de las palabras hirientes intercambiadas entre los Slytherins y los Gryffindors. James Potter y Sirius Black se enfrentaban a Lucius Malfoy, Severus Snape, Evan Rosier, Barty Crouch Jr. y Regulus Black, en medio de una atmósfera cargada de tensión y hostilidad.
James y Sirius, desafiando la provocación de los Slytherins, estaban decididos a defenderse a sí mismos y a su amigo, sin importar las consecuencias. Sin embargo, la situación dio un giro inesperado cuando Evan Rosier lanzó un insulto particularmente desagradable.
"Cállate, pinche ciego", espetó Evan con desdén, su voz llena de desprecio y burla.
James y Sirius se quedaron perplejos por el comentario de Evan, sorprendidos por su crueldad. Antes de que pudieran responder, Barty Crouch Jr. se unió al coro de insultos.
"Cállate, pinche ciego", repitió Barty, con una sonrisa siniestra en su rostro.
Los demás Slytherins, incluidos Lucius Malfoy, Avery y Severus Snape, se sumaron a las burlas, repitiendo las mismas palabras una y otra vez.
"Cállate, pinche ciego", gritaron en coro, su voz llena de malicia y desprecio.
La tensión en el Gran Comedor aumentó aún más cuando Narcissa Black, seguida de cerca por su hermana Bellatrix, se acercó al grupo. Con una mirada de desaprobación, Narcissa también lanzó el mismo insulto.
"Cállate, pinche ciego", dijo con frialdad, sus palabras resonando en el aire.
Bellatrix Black, siempre lista para unirse a la acción, agregó su propia voz al coro de burlas.
"Cállate, pinche ciego", dijo con desdén, su tono lleno de desprecio.
Incluso Pandora Rosier y Dorcas Meadowes, compañeras de clase que generalmente se mantenían al margen de los conflictos, se unieron al coro, repitiendo las palabras con una mezcla de incomodidad y resignación.
"Cállate, pinche ciego", dijeron en unísono, sus voces mezclándose con las de los demás.
La sorpresa y la confusión se apoderaron de James y Sirius mientras observaban la escena. Sin embargo, su sorpresa se convirtió en asombro cuando Regulus Black, su propio hermano menor, se unió al coro, pronunciando las mismas palabras con una mirada fría y distante.
"Cállate, pinche ciego", dijo Regulus, su voz resonando en el Gran Comedor.
James se quedó atónito, incapaz de creer lo que estaba escuchando. "Regulus, ¿tú también...?", comenzó a decir, pero fue interrumpido por Sirius.
"No puedo creer que tú también estés... ¿cómo puedes...?", dijo Sirius, su voz llena de incredulidad y dolor.
Antes de que pudieran continuar, la profesora Minerva McGonagall intervino, su expresión seria y autoritaria mientras se acercaba al grupo.
"¡Suficiente!", exclamó McGonagall, su voz resonando en el Gran Comedor. "Este comportamiento es inaceptable. Potter, Black, Malfoy y los demás, me seguirán a mi despacho de inmediato. Tendrán una detención adecuada por sus acciones."
James y Sirius intercambiaron miradas, sabiendo que habían cruzado una línea. Aunque habían actuado con la intención de defenderse, ahora se enfrentaban a las consecuencias de sus acciones. Se levantaron en silencio y siguieron a McGonagall fuera del Gran Comedor, con el peso de su castigo sobre sus hombros.
Mientras caminaban hacia el despacho de McGonagall, James y Sirius reflexionaron sobre lo ocurrido. A pesar de la traición y la desilusión que habían experimentado, sabían que debían mantenerse firmes en sus convicciones y seguir luchando por lo que creían correcto. Aunque el camino por delante sería difícil, estaban decididos a enfrentarlo juntos, como verdaderos amigos..
La profesora Minerva McGonagall observó con severidad a los estudiantes reunidos frente a ella en su despacho. James Potter, Sirius Black, Severus Snape, Lucius Malfoy, Avery, Evan Rosier, Regulus Black, Bellatrix y Narcissa Black, Pandora Rosier y Dorcas Meadowes, todos enfrentaban las consecuencias de su comportamiento inaceptable en el Gran Comedor.
"Como castigo por su conducta vergonzosa", comenzó McGonagall, su voz fría y autoritaria, "cada uno de ustedes recibirá una detención. Trabajarán en parejas para limpiar diferentes áreas del castillo durante las próximas dos semanas."
Los estudiantes asintieron, aceptando su castigo con resignación. McGonagall procedió a asignar las tareas, emparejando a los estudiantes según su casa y sus habilidades.
"James Potter y Regulus Black, limpiarán la biblioteca", anunció McGonagall, observando la reacción de los dos estudiantes mientras intercambiaban miradas.
James sonrió traviesamente a Regulus, mostrando su característico espíritu juguetón. "Bueno, Regulus, parece que estaremos pasando mucho tiempo juntos", dijo con una sonrisa.
Regulus respondió con un gesto de desdén, claramente molesto por la situación. Sin embargo, se resignó a su destino y siguió a James fuera del despacho de McGonagall.
Mientras tanto, Severus Snape, Avery y Lucius Malfoy recibieron la tarea de limpiar el aula de pociones, una tarea que sabían que sería ardua y desagradable.
Evan Rosier y Barty Crouch Jr. fueron asignados a limpiar los salones abandonados, una tarea que ninguno de los dos esperaba con entusiasmo.
Bellatrix y Narcissa Black recibieron la tarea de limpiar los trofeos en la sala de trofeos, una tarea que reflejaba su estatus como miembros de la nobleza de sangre pura.
Pandora Rosier y Dorcas Meadowes fueron enviadas a limpiar la Sala Común de Gryffindor, una tarea que requeriría paciencia y atención al detalle.
Finalmente, Sirius Black recibió la tarea menos deseada de todas: limpiar los baños del castillo. Aunque se quejó con McGonagall, sabía que no había manera de evitar su destino.
Mientras trabajaban en sus respectivas tareas, James y Regulus se encontraron en la biblioteca, rodeados de estantes de libros polvorientos y mesas desordenadas. A medida que limpiaban, James intentaba coquetear y molestar a Regulus, pero su hermano menor lo ignoraba con indiferencia, concentrado en su trabajo.
De repente, una lechuza llegó volando hacia Regulus, entregándole una carta.
Querido Regulus,
Es con gran placer y orgullo que me dirijo a ti en esta carta. Me complace enormemente saber que has demostrado tu lealtad y compromiso con la Casa Black durante el reciente evento de padres en Hogwarts. Tu participación ha sido fundamental para mantener el honor y la reputación de nuestra noble familia.
Es gratificante para mí ver cómo has seguido fielmente las tradiciones y valores de nuestra casa, y cómo te has destacado entre tus compañeros. Tu determinación y dedicación no han pasado desapercibidas, y quiero expresarte mi más sincera admiración y gratitud por ello.
Como tu madre, siempre he tenido grandes expectativas para ti, y debo decir que has superado con creces todas mis esperanzas. Tu papel como futuro líder de la Casa Black es incuestionable, y confío plenamente en tu capacidad para llevar a nuestra familia hacia un futuro próspero y glorioso.
Sigue siendo fiel a tus principios y valores, Regulus, y nunca olvides el honor y la nobleza que son inherentes a nuestra sangre. Tu legado en la Casa Black.
Walburga Black
Regulus sintió una mezcla de emociones al leer las palabras de su madre. Por un lado, se sentía orgulloso de haber recibido su reconocimiento. Por otro lado, se preguntaba si su madre realmente lo apreciaba o si solo lo veía como un medio para mantener el poder de la familia.
James observó la expresión de Regulus con curiosidad, notando el cambio en su rostro. "¿Todo está bien, Regulus?" preguntó con preocupación.
Regulus guardó la carta en su bolsillo y asintió, sin revelar lo que había leído. "Sí, todo está bien. Sigamos con la limpieza", respondió con calma.
Mientras tanto, en otras partes del castillo, los demás estudiantes también trabajaban en sus tareas asignadas, cada uno lidiando con sus propios pensamientos y emociones mientras enfrentaban las consecuencias de sus acciones.
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black brothers (jegulus y wolfstar)
FanfictionSirius y regulus tan distintos pero tan iguales