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El lugar donde trabajaba Lute estaba bastante lejos de casa.
Había una península, conectada al continente por un estrecho camino de arena y piedra. En aquella península había una fortaleza, sus tejados negros estaban atravesados por tantas púas de acero que ningún pájaro se atrevía a construir allí su nido. Dentro de los muros de la fortaleza, estaba el Templo de la Exorcista.
Solía ser el cuartel general del Ejército Exorcista, se mantenía bajo y discreto en su aislado pedazo de tierra santa. La iglesia octogonal blanca se asomaba tímidamente por encima de las púas de los muros, ocultando un terrible secreto. Sólo ocasionalmente podía captar la atención de un espectador ocioso con el brillo lujoso de los marcos y bordes dorados de su segundo piso. Casi como si no pudiera resistir un poco de burla luminosa.
Y después del último exterminio, las exorcistas habían descartado por completo cualquier pretensión de sutileza: una alta torre negra se elevaba ahora desde el techo de la cúpula del templo. Perforando los cielos, el pico de la torre sostenía un ojo plano gigante que se asemeja al halo de una exorcista. No importa desde qué ángulo te acercaras al templo, el ojo siempre se encontraría con tu mirada.
La construcción no tomó mucho tiempo: después de todo, la jefa Serafín ayudó en ello.
Sera le aseguró a Emily que esto era una medida de seguridad: les proporcionaba a las exorcistas un buen punto de vista sobre el Cielo, en caso de que los demonios invadieran.
Si embargo, Emily pensaba que lo único para lo que sirvió fue para arruinar la línea del horizonte.
Emily observó cómo el ojo de la torre se elevaba cada vez más sobre ella, pronto el ojo observaba a Emily caminar cada vez más cerca del lugar donde se posaba.
¿Qué le esperaba más allá del secreto de aquellos altos muros inaccesibles? ¿Eran los interiores de este lugar tan despiadados y sombríos como el proyecto que albergaba? ¿Donde estaba su gente?
la joven Serafín respiró hondo, aliviando su creciente ansiedad. Por despiadadas que fueran, por sombrías que fueran, las exorcistas eran el pueblo de Emily de todos modos.
Emily saludó a las chicas exorcistas enmascaradas que estaban a los lados de una enorme puerta de metal cerrada mientras se acercaba. Ellas intercambiaron miradas rápidas y luego se volvieron hacia la Serafín, adoptando una postura perfecta.
Emily sonrió e hizo una pequeña reverencia cortés.
ーBuen día.
Hubo una pequeña pausa.
ー¿Buen día…? ー La chica de los pequeños cuernos rizados finalmente respondió, aunque sonó casi como una pregunta.
La chica con los cuernos más largos y rectos se apresuró a intervenir. ー¡S-su excelencia! ¿A qué le debemos el honor?ー Era como si estuviera recitando una línea de un guión que nunca antes había tenido la oportunidad de interpretar.
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❛ 𝗴𝗼𝗼𝗱 intentions ❜ 𝓔𝓶𝓲𝓵𝓾𝓽𝓮 (en pausa)
Fanfiction" ...su excelencia... puede que tenga buenas intenciones, pero eso... no terminará bien" ──traducción. ──©𝖾𝗉𝗁𝖾𝗈𝗄𝗈.