II

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CAPÍTULO 2: ¡¡¡MAÑANA!!!

Como pueden ver aún estoy escuchando los gritos y algunos silbidos de estos idiotas... son muy bipolares, me podéis explicar ¿por qué en la cafetería están todos silenciosos y aquí parece que va a ver una guerra mundial?.

Es que no lo comprendo, miro a Jude y ví que estaba entre nervioso y contento. Es verdad, el equipo es bipolar. Confirmado.

- ¿Estás bien?. - Pregunto

- Claro. - Me dice este con una sonrisa daleada.

- Pues como que no se nota.

Se ríe.

- Estoy bien de verdad.

- Bueno... - Lo dejo pasar.

Si pensáis que tengo muchas ganar de jugar contra el Raimon mi respuesta es un: no, no quiero verles ni con pintura...

¿Por qué?.

Simple esos idiotas decían que mis padres les traicionaron, bueno los jugadores no obviamente, me refiero al director y al entrenador.

Pero eso fue muchísimos años y creo que yo ni siquiera estaba replanteada para existir.

- El partido será mañana. - Dice Ray Dark.

- ¡Mañana! - Grito a todo pulmón y todos se callaron. Ni que fuera Zeus. - ¿Tú estás bien de la cabeza?, no nos va a dar tiempo de nada y lo sabes.

Uy creo que me he motivado un poquito, ¿no?. Bueno da igual se lo merece por ser un gran idiota.

- Callate... - Dijo Jude bajito solo para que yo lo escuchara.

- Ya es tarde, lo hubieras dicho antes. - Se lo digo bajito a Jude.

- Lara, Lara, Lara... - Dijo Ray.

Mierda se me ha puesto carne de gallina, pero no voy ha hacer que me note mi miedo. Este no me conoce.

- Ray, Ray, Ray... - Digo.

- No quieres que yo les diga el porqué de que tu te apuntaras a este club, ¿verdad?. - Se sube las gafas y me mira con cara de... ¿venganza?.

No será capaz... ¿verdad?.

- Y tú no quieres que yo les diga el porqué te hicistes entrenador ¿verdad?. - Contrataqué.

- Tú no sabes nada. - Me señala con el dedo.

- No estés tan seguro... - Me levanto y voy directa a la puerta, pero antes digo - Solo puedo decir una cosa. - Volteo hacia él - Raí...

- ¡Callate! - Grita, sonrio victoriosa.

Me voy de la sala y voy hacía la entrada del instituto o casa como quieran llamarle... cogí un teléfono y marqué un numero:
93738183

- ¿Sí?. - Dice una voz adormilada.

- Hola Jake.

- ¡Lara!.

¿Quién es Jake?.

Es mi hermano mayor de 18 años, por desgracia él y el otro son chicos no son ninguna chica, soy la única.

- ¿Cómo te va?. - Dice Jake.

- Como siempre, oye.

- ¿Umh?.

- Mañana juego contra el Raimon.

- ¿¡Contra el Raimon!?. - Alejo el teléfono de mi oído para no quedarme sorda.

- Si.

- No me lo pierdo por nada del mundo.

Me echo a reír.

- Lo sé.

Volteo mi cabeza y me encuentro a David acosandome. Me hace una seña para que corte la llamada.

- Jake te tengo que dejar... Lo siento.

- Ey, no te preocupes enana. - Rodé los ojos. - Hasta mañana y ¡buena suerte!.

- Gracias tate, Dale saludos a Jhon.

- Si se lo daré, bye.

- Bye.

Colgué la llamada, voy a mi habitación y ya estaba David.

- Joder, ¿tan rápido eres?.

Se empieza a reír y asinete con la cabeza, voy hacía el armario y cojo un par de ropa y me dirijo al baño; obviamente cierro la puerta con el pestillo.

- ¡Lara!.

- ¿Si?.

- ¡Tienes que tener más cuidado la próxima vez!.

- ¡No te preocupes David!.

Este chico aunque sea tonto es muy bueno.

- Ay. - suspira. - nunca cambiarás.

Lo que él no sabe es que he cambiado ya no soy la misma niña de 13 años, antes salia ha jugar al fútbol con mi antiguo equipo, veía películas, series, era como una "adolescente". ¿No creéis que es duro...?. Dejé todo atrás,  y si pudiera volver al tiempo yo no aceptaría apuntarme a este equipo.

Me cambio de ropa, ya no era el uniforme. Llevo unos jeans, una camiseta azul con un atrapa sueños y unas converse.

Voy muy comoda. Salgo del baño y lo encuentro viendo una revista, dejo el uniforme en el armario y voy directa a la puerta pero una voz me hace frenar.

- ¿Vas a salir?.

- Si.

- Sabes que no puedes hasta que no sea la hora justa, ¿verdad?.

Me encojo de hombros.

- Si, bueno.

La abro y continuamente la cierro; salgo del instituto.

PASARON 20 MINUTOS

Lleguo a un campo y adivinad a quién me encuentro; al equipo Raimon en un campo de niños pequeños. ¿En serio?.

Aunque los niños son muy buenos.

Siento que alguién me come con la mirada y me giro enfrentándome a él.
Era un chico con el pelo de punta, con el color ¿blanco o rubio?, no lo sé.

Solo sé que tengo que irme de ahí ya.

Empiezo ha andar y ha jugar con el balón que tenía en las piernas y voy a otro campo solitario, un poco lejos de La ribera del Río.

Empiezo a golpear el balón mandándolo a la portería hasta que hago: El remate del ángel Caído.

Consiste en qué cuando disparo me sale un ángel y un demonio, el balón se pone gris. Es muy díficil de explicar.

- ¡Guau!. - Dice alguién sorprendido. Volteo hacia atrás y está el equipo Raimon al completo.

¿Tanta mala suerte tengo?.

- Que pasada de tiro. - Dice el portero.
- Me rio. - No es para tanto.

- ¡¿Qué no es para tanto?!. - Coge mis hombros y me remueve.

¿Este chico está bien?.

Cuando para me tende la mano.

- Soy Mark, Mark Evans.

Choqué mi mano con la suya.

- Lara, Lara Forl.

- ¡Juguemos al fútbol!.

- Uhh... - Me rasco la cabeza - Yo no puedo jugar ahora, es que llego tarde a mi casa. -Me rio nerviosa. - Cojo el balón y empiezo a correr.

Cuando salgo corriendo, me acuerdo de una cosa, miro hacia Mark, sonrio engreidamente.

- Mark.

Se gira.

- ¿Si?.

- Buena suerte para mañana. - Agito mi mano y me voy.

Ganar o Perder ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora