SCREAM [Bill Kaulitz]

✮ Capítulo 6 | Tokio Hotel

✮ Capítulo 6 | Tokio Hotel

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VIC.

Me quedé un rato hablando con los chicos. Los cinco nos sentamos en la vereda mientras me hacían preguntas sobre cómo era Estado unidos, cómo era que aprendí a hablar alemán y claro, sobre mi no tan común forma de vestir. Aunque Tom dijo que mi cabello azul le parecía cool. Y yo le dije que sus rastas me parecían geniales y le quedaban bien.

Al principio no paraba de hacerme cumplidos y sonreírme con descaro, lo cuál me incomodaba un poco. Sin embargo supe que era parte de su personalidad, y terminamos llevándonos muy bien. Al igual que con Gustav, pues descubrimos que teníamos gustos musicales muy parecidos. Aunque hablé con todos y terminé enterándome de muchas cosas de ellos, Bill fue especialmente difícil de hacerlo hablar más. Ya que era un poco tímido y solo se limitaba a asentir con la cabeza y reír ante los chistes de sus amigos.

—Me gusta tu cabello —le dije, mirándolo con una sonrisa ladina cuando los demás empezaron a hablar entre ellos de algo que no presté atención.

Bill me miró y pude notar un leve sonrojo en sus mejillas. Soltó una risa y desvió la mirada.

—Gracias. Aunque es un poco tedioso tener que ponerme gel para que quede como lo ves —respondió haciendo una mueca.

Reí ante eso y mis ojos se dirigieron inevitablemente a su cuello descubierto, notando algunas líneas de color verde que no alcancé a distinguir debido a que estaba de costado.

—¿Tienes un tatuaje? —pregunté con sorpresa sin quitar mi vista de su nuca. Él se llevó una mano a ese lugar de forma inconsciente.

—Ah, sí —se encogió de hombros—. Es nuestro logo.

Cierto. Ellos me habían mencionado algo sobre la banda.

—¿Puedo verlo? —pregunté con emoción. Bill asintió con una sonrisa tímida y se volteó para dejarmelo ver—. Waoh. No sé lo qué es, pero me parece muy cool—reí y tuve el atrevimiento de rozar mis dedos sobre él —. ¿No te dolió?

Bill se volteó hacia mí e hizo un gesto de desinterés.

—No tanto realmente.

—Mis padres me matarían sí me hiciera uno —comenté con diversión —. ¿Qué edad tienes? ¿Dieciséis también?

—Casi —admitió, desviando la mirada avergonzado —. Los tendré en septiembre. Bueno, los tendremos Tom y yo.

Abrí mis ojos con sorpresa. Era un año menor que yo, lo cual no se notaba ya que era más alto. ¿Un tatuaje con quince años? A mí me matarían. De suerte me dejaron teñirme el cabello de azul.

—¿Y el piercing? ¿Te lo hiciste a los diez? —pregunté con diversión.

—De hecho, aproximadamente sí.

—Oh.

—Te sorprenderías sí supieras a qué edad tuvimos sexo —intervino Tom de pronto, haciendo reír a los demás. Bill me miró con diversión y algo de pena.

Abrí mi boca en una "O". La cerré y pestañeé varias veces.

—No quiero saber —negué perturbada. —. Mejor hablemos de su banda, ¿cómo se llaman?

—Antes nos llamábamos Devilish —respondió Gustav, tirando piedritas a la calle—. Pero ahora somos Tokio Hotel.

—¡Suena bien! Ya quiero escucharlos tocar —mi vista se dirigió a Georg—. Tú tocas el bajo, ¿los demás que hacen? —pregunté hacia los chicos.