Capítulo 15 ✮ La verdad

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ATENCIÓN: Hoy actualicé dos veces. Asegúrate de haber leído el cap anterior antes de leer este, ya que wattpad a veces no notifica.

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Capítulo 15 ✮ La verdad

BILL.

-¿Acaso no era mejor decir que eras tú quién pensaba todas esas cosas de ella, y no Georg? -cuestionó Gustav, incrédulo ante lo que le conté. Soltó una pequeña maldición cuando la puerta de su casillero no quiso ceder.

-¿Por qué sería mejor decir eso? Habría sonado completamente raro -obvié, apoyado en el casillero continúo y de brazos cruzados. Faltaban apenas unos minutos para entrar a clases, y mi hermano y Georg no aparecían por ningún lado. Por lo mismo que ahora me encontraba hablando con la única persona que sabía la verdad de todo; Gustav.

-Habrías sonado amable -corrigió él, intentando abrir su casillero-. Pero ahora eres un mentiroso que solo llena de falsas ilusiones a Vic con Georg, cuando sabes que él nos dijo que no está interesado para nada en ella.

-¿Y qué se supone que haga entonces? -me quejé, frustrado-. Vic está completamente enamorada de él. ¡Ayer fui muy obvio con ella y ni aún así se dio cuenta! Solo es Georg esto, Georg lo otro...

-¿Podrías ayudarme con esto y luego te sigues quejando? Te lo agradecería mucho -Me miró con cierto enojo. Pero no por mí exactamente.

-Amigo, ya te he enseñado el truco de esta vieja escuela -dije, para después golpear con la punta de mi zapato la parte inferior del casillero. Éste se abrió soltando un sonido terrible.

En esta escuela hasta podrían haber estudiado los dinosaurios de haber podido.

Gustav me agradeció y comenzó a sacar sus materiales escolares. Cuando se inclinó hacia su casillero fui capaz de ver dos siluetas masculinas dirigiéndose hacia nosotros; Georg y Tom. Éste último había decidido dormir unos minutos más antes de tener que venir a la escuela. Mamá entraba a trabajar muy temprano, así que ella ya no estaba en la casa para cuando nosotros despertábamos. Lo cual también era una ventaja para mi hermano gemelo, que podía saltearse la escuela tranquilamente o entrar más tarde.

-¿Y tú donde andabas? -le preguntó Gustav a Georg, curioso.

-¿Sabían lo que éste pedazo de imbécil me hizo? -comenzó a contar, muy indignado. Miré a mi hermano gemelo, él suprimía una risa.

-¿Qué? -inquirí.

-¡Le dijo a la chica nueva que nosotros dos éramos una pareja homosexual! -se quejó, al tiempo en que Tom soltaba una carcajada.

-¡Deja de ocultar lo nuestro, cielito! -Tom le acarició una mejilla solo para molestarlo. El chico de cabello largo y lacio le soltó un manotazo.

-¡La chica nueva gustaba de mí, y le mentiste!

Todos nos miraban raro. Por suerte, el timbre sonó y se apresuraron a caminar hasta sus clases. Incluyéndonos.

-Pero tú le perteneces a Victoria, George -siguió bromeando mi hermano, haciendo enojar al bajista de la banda. No tardaron mucho en empezar una discusión en medio del pasillo, donde el chico más grande le reclamaba por su estupidez mientras que el contrario reía escandalosamente.

Por otro lado, mientras caminábamos hacia la misma dirección para dirigirnos cada uno a nuestro salón (aunque fuéramos a diferentes años, quedaban en la misma dirección), Gustav y yo nos alejamos un poco del par de monos y seguimos hablando en tono confidencial:

-¿Qué tan bien crees que salga la salida a la feria? -cuestionó el rubio.

Me encogí de hombros. Ni yo lo sabía. Es más, no había pensado en eso hasta ahora.

-Tienes que ayudarme con el plan, Gustav -pedí, frustrado.

-¿Ayudar a mi amigo a ayudarle a su amiga para que esté todo el tiempo que pueda con mi otro amigo que le gusta, y no con mi amigo que en verdad gusta de ella en secreto? -cuestionó, incrédulo.

-Sí. Qué inteligente.

-Es una estupidez, ¿sabías? -resopló, mirando hacia el frente-. Los líos románticos no me van.

Hice una mueca, viendo como Tom le propinaba una nalgada a Georg, en medio del pasillo.

-Ni a mí, Gustav. Pero es la única forma de poder pasar tiempo con ella.

***

Mamá se había enterado de nuestros nuevos vecinos. Y mientras nosotros estábamos en la escuela en nuestra última clase del día, ella había ido a casa de Vic a conocer la familia Quinn.

Claro que apenas se enteró de que tenían una linda hija de nuestra edad, le advirtió a Tom que se mantenga quieto porque los señores Quinn le agradaban demasiado cómo vecinos y no querían que su hija les hablara pestes sobre el gemelo malvado y pervertido de los Kaulitz.

-Así que no quiero que intentes algo con ella, Tom. ¿Escuchaste? -Mamá esperó su respuesta, con los brazos en jarra.

Tom rodó los ojos por tercera vez.

-Sí, maa-bufó-. De todas formas no lo iba a hacer. Golpea muy fuerte cuando se enoja.

-Y tú eres un experto en hacer enojar a las personas -señalé desde el sofá, pintando mis uñas de negro. Mamá no me prestó atención, ya me conocía. Además pintarse las uñas no era tan grave cómo hacerse tatuajes y piercings a tus quince años.

Aún tengo sus gritos y reclamos en mis oídos.

La mujer de la casa nos hablaba desde la cocina, supuse que haciendo la cena, mientras que Tom colocaba los platos en la mesa a regañadientes. Era un vago, y por eso mamá lo mandaba a hacer cosas porque odiaba cuando Tom no le hacía caso.

-Mañana tendremos visita durante la cena -informó mamá, feliz.

La miré con curiosidad, pero antes de decir algo, mi gemelo se apresuró a preguntar lo que yo pensaba hacer:

-¿Vendrá de nuevo tu novio? -preguntó, receloso.

Mamá lo miró con desaprobación por el tono de voz.

-No, Tom. Gordon no vendrá a cenar -respondió, molesta. Aunque no duró mucho-. Invité a los Quinn a comer con nosotros.

-Lo que me faltaba -bufó Tom en voz baja. En realidad a él le caía muy bien Vic, pero cada vez que podía la molestaba cómo el buen amigo que era. Ciertamente era divertido verlos discutir. Pero lo era más cuando mi gemelo se llevaba un buen puñetazo en el brazo por ser tan irritable.

Por mi parte, no fui capaz de contener mi emoción.

-¿De verdad? -dije.

-Si, Bill. ¿Ustedes ya los conocían? -preguntó, curiosa, terminando de cocinar.

-En realidad eran vecinos temporalmente de Georg -contestó Tom sin mucho interés, sentándose listo para cenar. Me sumé. -. No son de aquí.

-Noté un acento raro en la niña -dijo mamá, confusa.

Suprimí una risa. Ya podía imaginarme a Vic quejándose llena de vergüenza de haber escuchado a mi madre.

-Ellos son de Los Ángeles -aclaré-. Los padres de Vic son empresarios y saben hablar diversos idiomas, entre ellos el alemán. A Vic le cuesta un poco más.

Mi hermano soltó un silbido, jugando con el tenedor en lo que mamá servía la cena.

-Al parecer alguien planea ser un baja novias -se burló. -. Le diré a Georg que cuide a Victoria.

Rodé los ojos y lo mandé a callar. Mamá se sentó a cenar con nosotros.

-Quiero que den una buena impresión mañana, ¿escucharon? -nos dijo, autoritaria-. Tom, nada de comentarios con doble sentido. Y Bill, no te vistas tan extravagantemente de negro, por favor.

-Estará difícil, ma.

-Solo no uses tantas púas.

SCREAM [Bill Kaulitz]Where stories live. Discover now