buenos Aires

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llegue al estudio 7:30am para no perder la costumbre, esta vez había llegado tarde porque frene a comprar café y medialunas para desayunar con Gian sabía que el día que nos esperaba era muy largo, tenía miedo de que él tenga razón y no estar a la altura para poder ayudarlo. subí al ascensor y me encontré con la chica que anoche discutía con Gian, me miro de arriba abajo y yo no supe cómo reaccionar, supongo que se había dado cuenta de mi miedo, sabía que solo me quería hacer sentir mal, primero se reía y veía su celular, en el audio que mandaba decía algo sobre mi lo supe desde el minuto cero, de todas maneras, no dije nada y ella no pudo con eso entonces hablo.

- pensé que los comunicadore no trabajaban los sábados - dijo mirándome demasiado mal 

- vengo a ayudar a Gian.

-no es por meterme en cosas que no me importan, Gian no está con personas como vos. por tu bien lo digo, no me gustaría que seas una más de su lista, pareces buena persona. no te ilusiones. 

- estoy en su equipo, no quiero nada con él. respondí 

- no sos la única a la que él le pide ayuda, ya como vos pasaron un montón. típico de él, mensaje de buenos días, es amable, te propone desayunar justos, te mete a su cama después de trabajar y nunca más te vuelve a llamar. 

- creo que estas confundida, no tenemos nada con Gian solo somos compañeros de trabajo. esto me lo en cargo Nicola. 

- está bien, solo quiero ayudarte. hasta ayer yo era su novia, pero me canse de su juego de seducción y manipulación. y obvio te quiero cuidar, ustedes son de mundos distintos no permitas que juegue con tu corazón. dijo bajando del ascensor

en ese momento me quedo un gusto amargo, recordé lo de ayer y el menaje de hoy, yo no lo conocía sabía que no podía juzgarlo, pero de repente me sentí una tonta porque por un momento creí en lo que había pasado ayer. me quede parada en la puerta de la oficina unos minutos, necesitaba entrar sin este sentimiento de angustia, respire profundo, junte valor y entre. 

- AL FIN!!- dice con una sonrisa enorme Gian 

- que haces con lentes de sol acá adentro? 

-hay demasiada luz y el dolor de cabeza no ayuda mucho.

- traje media lunas y café para ayudarnos a trabajar. dije poniendo cara de feliz cumpleaños y él sonrió.

empezó a contarme sobre las programaciones y de lo que se encargaba cada integrante que su papá se llevó a España, me dijo que era la segunda vez que se encargaba de esto pero que siempre le presta mucha atención a todo. trabajamos demasiado, yo no sabía que era tan difícil, pero estuve a la altura y el me ayudó mucho. mientras hacíamos el papeleo uno en cada punta y charlábamos nos mirábamos por encima de la computadora y sonreíamos, el me miraba y sonreía. hacíamos chistes y ambos nos seguíamos el juego, como si estuviéramos conectados, por otros momentos el tenía una mirada seductora y no me podía resistir a cuando mordía sus labios, a veces se armaban baches de silencio en donde conectábamos miradas, por momentos el me miraba con ternura, pero no sabía que sentir porque en mi cabeza se repetía demasiado la charla con aquella chica en el ascensor, tal vez tenía razón, personas tan distintas jamás podrían encajar y me puse seria.

- te pasa algo? -   dijo el mirándome por encima de la computadora frunciendo el seño 

- No, esta todo más que bien. 

- estas cansada? - volvió a preguntar 

-nono, solo me colgué pensando en algo.

- y no me queres contar? - insistió  

- que no, que estoy bien - reí 

el negó con su cabeza con una sonrisa y siguió trabajando con la computadora, pero seguía viendo como frenaba para mirarme sobre ella y podía sentir como mis cachetes se ponían rojo.

- que más te gusta hacer además de ser comunicadora? - pregunto dejando la computadora a un lado 

- me gusta la música, cantar - dije sin pensarlo 

- cantas? - dijo sorprendido 

- sí, no profesional, pero lo hago- dije tímida

- veni seguime  - dijo levantándose de la silla y extendiendo su mano

-a dónde vamos? - pregunte agarrándome de su mano mientras salíamos de la sala. 

en el estudio a esta hora ya no había nadie, éramos los únicos dos en el edificio. llegamos al estudio de grabación, era la primera vez que lo veía, no podía creerlo este era el lugar de mis sueños y era mejor de lo que imaginaba, Gian prendió las luces del escenario y venia sonriendo desde atrás de los controles.

- Cami es tu momento - dijo dándome un micrófono 

- que? ¡¡no!! - 

- Dale, dijiste que te gustaba quiero escucharte me canse de trabajar. dijo haciendo pucherito 

- me da mucha vergüenza Gian. le dije poniéndole cara de perrito 

- solo estamos vos y yo, no hay nadie más que te vaya a ver. por favor - insistió 

resignada lo miré me dirigí hasta el escenario, el agarro una silla y se sentó en frente de mí, tenía miedo nunca antes había cantado en frente de alguien, pero acá estaba con las manos sudadas y la respiración más lenta de lo normal, junte valor y cante como si nadie me estuviese viendo, los aplausos de Gian hicieron que abriera los ojos y me di cuenta de la realidad si había alguien viéndome y me puse toda colorada. 

- Camila! eso fue increíble - dijo mientras seguía aplaudiendo 

- gracias - dije sonrojada 

- que canción tan hermosa, ¿cuál es?

- buenos aires de nathy peluso. 

- tenes demasiado talento, no es bueno que alguien oculte este don - dijo 

- tampoco es para tanto -dije riendo 

estuvimos un rato hablando de música y sueños, me conto que extrañaba vivir en miami por sus amigos, que le gustaba mucho las fiestas porque sentía que había un vació que se llenaba cuando era popular, hablamos de todo un poco de miedos, sueños y metas para este año, pero no todo podía ser perfecto en ese momento en donde de verdad sentí que estábamos cerca golpearon la puerta. 

- permiso - dijo la chica alta de pelo negro. Gian en ese momento se paró de donde estaba de un salto trago saliva y se quedó mirándola 

- podemos hablar? - continuo la chica 

- si si - tartamudeo Gian 

- a solas - dijo mirándome con mala cara 

- Cami necesito hablar con ella, podrías esperarme en la oficina - dijo Gian nervioso y olvidándose del momento que estábamos teniendo. asentí con la cabeza dejé el micrófono y salí de esa sala. 

En ese momento pensé que era mi culpa sentirme como me sentía, que merecía tener esas ganas de llorar por ilusionarme con algo que era imposible que suceda. seguro él es un buen compañero de trabajo y yo pensaba que eso que estaba pasándonos era real. me senté en la silla de la oficina y empecé a sentir que no podía respirar, agarre mi campera y salí del edificio, me puse mis auriculares para calmarme y camine hasta la plaza más cercana, llegue y me senté en un banco empezando a controlar mi respiración me sentía muy angustiada, no entendía lo que estaba pasando ni porque me sentía así, cerré los ojos por un momento y la vibración de mi celular me hizo asustar y abrirlos de golpe. 

*Mensaje de Gian* 

* Donde estas?, ¿porque te fuiste? *

* vine a comprarme unas barritas* - mentí

* okey, te espero asi pedimos comida para los tres*


¡¿los tres!? 

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