17. Deseo

114 10 36
                                    

Poco a poco los sollozos de aquel hombre fueron bajando de intensidad, Ayumi simplemente se mantuvo firme a su lado abrazándolo, ella tenía una mirada con cierto recelo.

En ese momento Ayumi sentia cierto
temor, ya que sabía que esta circunstancia de cercanía, implicaba una carga emocional por parte de él, y eso la lleno de incertidumbre.

A todo esto Choso, se sentia genuinamente reconfortado, y aunque aún sentía dudas, tenía que admitir, que a su lado, ella le daba cierta sensación de seguridad, comodidad y apoyo.

Por lo que, se dejo controlar por sus emociones, dejándose fluir sin máscaras, para en un instante, mostrar su naturaleza tímida y vulnerable.
-Ayumi.....
Eres una persona tan gentil....
Así como hermos...

Pero, antes de que el Ojinegro terminara su cumplido, Ayumi se separó un poco de él, levantandose y sacudiéndose la arena de su parte trasera, con una actitud algo evasiva.

-Choso..yo...
iré a tomar un baño.....
Te espero adentro .....
Dijo rascándose la cabeza algo nerviosa y distante.

Confundido, Choso no hizo más que mover su cabeza de manera afirmativa, él entendía el porque de la actitud de Ayumi, dado a qué no hace mucho, él hacía exactamente lo mismo.

Por lo que lejos de molestarse, tomo esto con una actitud algo comprensiva y gentil.
-No te preocupes.....
Yo me encargaré de la cena...
Soy un Hombre de palabra Ayumi....
Así que...
disfrutá tu baño....
Lo mereces....
Comentó en tono suave, mientras la miraba levantarse.

Ayumi tuvo un ligero sonrrojo, el cuál disimuló apresurando su paso, no era que no le gustasen los cumplidos y cercanía de ese hombre, pero,en lo más profundo de ella, sentía que no era correcto.

Pensaba que esa complicidad existente entre ambos, no estába bien, ya qué aún sentía cierta Lealtad a la memoria de su esposo fallecido.

Y así, camino hacia la cabaña, sin mirar atrás a su amigo, quien se quedó mirando el panorama casi nocturno de esa playa.

En la mente de esa mujer , vinieron los recuerdos de las facciones del rostro de Choso, mismas que se detuvo a mirar en la tarde.
-Yo lo acaricie....
No estuvo Bien....
Me sobrepase....
Recordaba en silencio ese momento.

El recordar cuán cerca estuviero el uno del otro, le generó un cosquilleo indescriptible, acompañado de un gran rubor, que para su fortuna, nadie miró, ya que estaba tan roja, que cualquiera pensaría que pudo haber tenido una reacción alérgica a algo.

-No no no....
No es correcto....
Si continúo con esto....
Tal vez alguien de los 2...
salga lástimado....
Pensaba en silencio mientras entraba a esa cabaña.

Un gran silencio se formó en esa sala, ella se dispuso a mirar con deteniendo su hogar, cada enfoque de sus ojos a algún objeto o lugar de esa área ,venía acompañado de un recuerdo con Nanami.

Miró el reloj de pared con forma de ancla, que le recordo, la primera cita de Nanami y ella, y lo mucho que se divirtió en ese mercado ambulante.

Giró a ver ese sillón, donde se enfocó en una mancha, la cuál no pudo quitar, debido a que cierta vez, ella derramó blanqueador por accidente, provocado una sonrisa en ella.

Camino un poco más adentrándose a la habitación, recorriendo con una mirada algo nostalgica cada centímetro de ella, de pronto, su atención se poso en un caballito de mar tallado en madera cerca de la cama.

Y una inexplicable sensación se apoderó de ella, era como si tocar ese caballo fuera una necesidad o apego para esa pelicorta.

Así que, lentamente se acercó, pero, para su sorpresa, algo a sus pies limitó su caminata, era la caja metálica que contenía sus pensamientos privados, aquellos que yacían escondidos bajo la cama.

El Ayer Sigue Aquí [Choso Kamo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora