confesiones de invierno

𝐭𝐞 𝐩𝐚𝐫𝐞𝐜𝐞𝐬 𝐭𝐚𝐧𝐭𝐨 𝐚 𝐞́𝐥 1-3

Hay un amor que no he podido desprender
De lo más hondo de mi ser por más que quiero.

...

Para el año 1986 hubieron dos noticias que impactaron en el mundo de la música chilena; primero fue el rotundo éxito que tuvo el álbum "Pateando Piedras" aunque no era un sorpresa en sí ya que venían recogiendo la fama poco a poco en pequeños lugares,  la segunda noticia era el matrimonio del guitarrista de la banda, Claudio Narea, eso sí fue una gran sorpresa tanto para sus fans como los que no lo son.

Era entendible pues los chicos no eran muy mediáticos, de hecho ellos detestaban salir en la televisión o en los periódicos; es por eso que cuando los periodistas se enteraron de esa noticia no duraron en hacerles una nota y hacerlo titular. Claudio y Jorge no estaban de acuerdo con eso, ellos querían que saliera el titular del éxito del álbum, no la noticia de un matrimonio que sólo se interesaba la gente chismosa; el guitarrista no podía creer que en la pequeña reunión de la boda hubo un periodista infiltrado, pensó que tenía todo bajo control.

Claudia por otro lado se sentía agobiada, no paraban de llamarla por teléfono gente desconocida preguntando por el guitarrista e incluso preguntando a ella cosas sumamente privadas, harta de toda esta situación decidió desconectar el teléfono de la casa;  ella no quería tener muchos problemas ya que se encontraba en pleno embarazo algo que sólo sabía la gente a su alrededor.

La presión de los medios y el embarazo era un detonante para las peleas que tenía con Claudio, ella sentía que él no la tomaba en serio, cada que tocaban el tema terminaban discutiendo incluso el guitarrista llegó a dormir en la casa de sus papás aunque esto era muy pocas ocasiones a veces Claudio hacia lo posible para resolver el problema, tratando de calmarla y que solo se concentrara en el embarazo.

Por una parte ella se sentía tranquila pero había un miedo más grande que el de los medios... los celos. Ella nunca se puso a pensar en la probabilidad de que Claudio le fuese infiel, siempre creyó en él, su confianza era grande hasta que escuchó un comentario de Jorge.

— Claudio es tan bonito que es imposible que no tenga chicas detrás de él.— dice Jorge riendo.

Estaban en la casa de Miguel  festejando el nacimiento de su primer hijo, Claudio y Jorge se encontraban en la cocina ayudando a ordenar la mesa, Claudia estaba sentada en el sofá pues su embarazo ya estaba avanzado, aunque ella quisiera ayudar no podía.

Claudia al inicio se tomó a broma el comentario, pero al ver que su esposo no dijo nada que solo se empezó a reír, sus ánimos cambiaron, su mente repetía ese comentario una y otra vez durante toda la estadía.

Ella creyó que esto iba pasar cuando naciera su bebé, que solo era por el estado delicado que se encontraba, trato de calmarse y no hacer mucho drama, su confianza en él seguía ahí.

Pero eso no cambió, incluso después de que naciera su hijo, la inseguridad seguía ahí; esto aumentó aún más cuando encontró una nota en el pantalón de su pareja en este contenía un número telefónico y una marca de un beso que al parecer era de un labial. Eso a ella le destrozó, no aguantaba más esta angustia, era demasiada esta tortura.

Decidió conversar con Claudio, pero otra vez se sentía que no era escuchada, este la calmaba diciendo que no le interesaba otras chicas; no era suficiente para ella, eso no calmaba sus inseguridades y otra vez terminaban peleando.

Claudio se sentía sofocado con la actitud de Claudia, él nunca tuvo la intención de serle infiel y nunca lo haría, aún así sus palabras no llegaban a ella por más que le explicaba y la calmaba; estaba realmente cansado de todo ese tema.

En una de esas peleas él decidió salir a tomar un poco de aire fresco, no quería regresar a ese hogar, por alguna razón se sentía agobiado. Fue a la casa de Jorge, quería desahogarse con su mejor amigo y decirle que tenía razón, el matrimonio era complicado.

Jorge abrió la puerta y se sorprende al ver a su amigo a estas horas de la noche, Claudio no dice nada solo suelta un suspiro rendido entrando a la casa.

Dentro de la casa, Jorge le ofrece una cerveza a su amigo y este acepta con gusto, sentados en el sofá Claudio empezó a contarle toda el problema matrimonial que tenía, el chico solo oía atentamente las frustraciones del guitarrista.

— Eso es problema de ella.— dice Jorge mientras toma otro sorbo de cerveza.— Debería de conformarse con tus palabras, son más importantes que cualquier otra cosa.— este último lo dice casi susurrando.

Claudio sintió un pequeño cosquilleo ante las palabras de su amigo, era una sensación familiar; ignorando esas emociones, le agarra la mano a Jorge con desespero.

— Por favor, ayúdame arreglar esto.— suplica.

Jorge sintió su corazón pesar, que su amigo le pidiera algo como eso era mortal, no soportaría estar otro minuto más en esa casita donde juegan a la familia feliz; tuvo en mente muchas maneras de negarse pero eso se esfumaron cuando vio en sus hermosos ojos marrones la desesperación.

No entendía a Claudio, nunca lo entendió, incluso cuando estuvieron en algo, no logró descifrar sus emociones y pensamientos, eso era algo que le enamoraba a Jorge, lo impredecible que era el guitarrista.

Jorge acarició la mejilla de su mejor amigo, este se alejó por impulso, ; Claudio vio el dolor en esos ojos verdosos y por un momento se arrepintió, quería decirle algo pero esto se vio interrumpido por el mismo Jorge.

— Bien, te ayudaré solo por esta vez.

Claudio emocionado lo abraza agradeciendo una y otra vez, Jorge quería morirse ahí mismo.

(+) Estaba dudando si publicarlo o no, pero bueno aquí está, creo que va ser la historia más larga que hice en este fic.