Cap 5

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Con mucha pereza en el cuerpo me dirijo hacia la sala común, la sala que utilizamos para las reuniones.
Todos entran uno por uno y se sientan en sus respectivos sitios.
Sí, en esta sala todos tenemos sitios asignados... Y qué tortura de sitios...
Vaya, los dos preciados hijos del jefe parecen estar sentados juntitos, guau...

Por si no se notase la ironía, me estoy refiriendo a Harry y Dylan.
Dylan es un guarda de seguridad, el empleado del mes todos los meses...
Ese sí que es un gilipollas.

-Jake~-

Me giro, sabiendo perfectamente quién me ha llamado. Me giro y miro a los ojos a Leonard, el chico que trabaja en las cámaras de seguridad.
Nunca sale de la sala de las cámaras, así que por suerte nunca lo veo.
-¡Saliste de tu cueva, eh!- Me dice, sonriente y me da dos palmaditas en la espalda. Yo lo miro con desagrado a los ojos.
-Lo mismo se puede decir de tí.-

Me giro hacia el otro lado y hago contacto visual con Yuleca, que sonríe un poquito.
Leonard vuelve a hablar.
-Que, Qué tal, ¿eh, chiquitín?-
Me giro inmediatamente a mirarlo con mi peor cara posible.
(AAH, VAMOS, ¡PERO SI ME LLEVA COMO TRES CENTÍMETROS DE ALTURA!)

Él me mira con cara de pillo, sonriendo.
-¿Por qué me miras tanto?, ¿Te gusto?-
Suspiro, apoyo los dos codos en la mesa y apoyo la cabeza en mis manos por unos segundos y Yuleca me da un par de palmaditas de apoyo en el hombro, riendo un poco en bajito.
Dios, me voy a volver loco con este hombre al lado.
Por suerte o por desgracia escucho la silla de mi padre arrastrarse y él se levanta. Lo miro inmediatamente, todos hacen lo mismo.

Mi padre habla:
-Buenos días a todos. Como todos sabéis, nuestro detective fue al pueblo a entrevistar a unos criminales para luego publicar la entrevista nosotros.
Bien, ¡pues la entrevista ha sido un éxito!
Así que con el dinero que hemos obtenido de ello hemos adquirido nueva tecnología: nuevas cámaras de seguridad, micrófonos para megafonía y, lo más importante, hemos decidido que es hora de colocar algo para que nuestros empleados no se cansen de subir y bajar tantas escaleras...
¡Inauguraremos un ascensor! Y para inaugurarlo celebraremos una fiesta...
Así que cuando esté listo disfrutaréis de una cena con vuestros compañeros.-

La sala entera empieza a aplaudir y a hablar entre ellos.
Mi padre habla con mi madre de forma orgullosa, hace un gesto y Harry se acerca.

-¡Dadle las gracias a Harry por este gran avance! ¡Y por mucho más, muchacho!-
Dice esto, dándole palmadas en la espalda a Harry.

... ...No pasa nada, estoy acostumbrado.
Da igual cuantas veces me repita eso a mí mismo. Siempre duele.
Harry sonríe en el centro de la sala, mientras yo me pudro en una puta esquina. Y es que siempre ha sido de ese modo.
Esa entrevista la había hecho YO.
YO merezco el mérito,
YO merezco esa estúpida fiesta y
YO merezco el respeto de mi propio padre.

Miro a Harry y aprieto los puños de la rabia. Veo como él me mira e inmediatamente rompo el contacto visual.
Noto un tacto en mis manos que me calma un poco.
-Jake...- miro al suelo y veo la falda de mi hermana en frente de mí.
Suspiro.
-Estoy bien, Yuleca... - Nos quedamos en silencio un momento y escucho como la gente se va. A ella ya le había contado como fue la entrevista...
Me da un pequeño abrazo, lo acepto, pero no se lo devuelvo. Siento que si lo hiciera me pondría a llorar aquí mismo y ese no es el plan.

Salgo del cuarto a la vez que Harry.
Ni lo miro, solo sigo caminando hacia delante hasta llegar al estudio y nos quedamos cada uno a lo nuestro hasta que al fin nos vamos a casa.

Al acabar el turno inmediatamente voy a casa a coger mi guitarra y huyo al bosque, casi corriendo.
Mis gatos me reciben, como siempre.
Missile me ve alterado y por una vez no me salta encima.

Desenfundo la guitarra lo más rápido que puedo, me la pongo al cuello e intento tocar. Mi melodía no está para nada pulida aún.
Intento tocar, pero no sale nada.
Nada, no escucho nada. Veo las cuerdas moverse pero no consigo tocar.
El sonido no sale bien, será por como me tiemblan las manos.

Sigo intentando tocar, mirando hacia las cuerdas. Nada sale.
Noto lágrimas empezar a caer de la desesperación y la frustración.

-No... ¡No!...- La rabia se suma a esa extraña amalgama de sentimientos.
Me quito la guitarra de encima y la tiro hacia una pila de cojines que traje para los gatos.

Empiezo a emitir sollozos y el temblor de mis manos se extiende por todo mi cuerpo hasta llegar a mis piernas, al notar esto me sujeto a un árbol.
- ¡Deja de...! sniff ¡... Temblar!-
Intento darle órdenes a mi cuerpo inútilmente y con la voz entrecortada mientras me aferro al árbol.

Apoyo el antebrazo de mi brazo derecho en el árbol, mirando hacia la palma temblorosa y manchada de tinta de mi mano.
-¡Basta ya..! ¡En serio..., PARA!-
Levanto mi otra mano y aprieto el puño.
-¡PARA!, ¡PARA!, ¡PARA!...
No sé muy bien por qué, pero empecé a pegarme. Me sentía como un niño pequeño enfadado mientras lo hacía.
El dolor me calmaba un poco y me ayudaba a desquitarme, a liberar toda esa rabia y ansiedad acumulada de semanas enteras.
Soy consciente de que no es una manera sana de hacerlo, pero
¿A quién le iba a importar de todas formas?

Sigo moliendo mi brazo derecho a golpes, descontrolado y gritando como un desquiciado, mientras intento que mi cuerpo de alguna manera decida dejar de temblar.
Aunque solo conseguí hacerme temblar el triple de fuerte.
Eventualmente mis golpes se vuelven más débiles, y mis gritos, balbuceos, que salen con mi último hilo de voz entrecortada.

-Para... , sob* para ya... Detente...
... sniff*
Por..., por favor...-
Mi brazo sigue temblando y, rindiéndome al fin, me escurro por el árbol y caigo de rodillas al suelo.
Me pongo en posición fetal de forma ya casi automática y... Por primera vez en meses, simplemente lloro, lloro desconsolado pensando en todo y en nada a la vez...

Me duele el brazo derecho, el izquierdo lo tengo cansado, me duele la garganta de gritar y me duele la cabeza de llorar.
No sé cuánto lo hice ni cuánto tiempo estuve así exactamente, pero cuando decidí salir de esa posición en el cielo habían cientos de estrellas brillando y entre todas ellas, una gran luna creciente.
Parece que hoy me saltaré la cena.

Mis gatos estuvieron allí todo el rato para mí. Incluso Priscilla, desde lejos, pero al menos custodió mi guitarra mientras.

Me levanto apoyándome en el árbol, aún algo tembloroso.
Toco mi brazo derecho.
Le he dejado marcas y me duele bastante.
No tengo demasiada fuerza, se me curará.

Cojo mi guitarra y vuelvo a mi casa, no sin antes despedirme de mis queridos gatos.

Toda esa noche estuve despierto pensando y repitiendo en bucle el día de hoy en mi cabeza.
Yo lo hice todo. Sí, es cierto que sin él quizás no hubiera llegado a saber alguna que otra cosa, pero lo demás lo hice yo.
Además por su puta culpa dejamos la entrevista a medias, porque no se podía aguantar las ganas de pegarle un maldito puñetazo a uno de esos despojos humanos...

¡Pero da igual porque era YO su acompañante!

...

Gilipollas...

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OK GENTE, Durísimo este capítulo diría yo... Lo que más he querido hacer ver en este cap es la inestabilidad de Jake a nivel emocional, espero que leyendo esta historia le estéis pillando el cariño que yo le tengo al personaje.

Viendo que esto podría pasar perfectamente como un capítulo, ya haré cositas que faltaron en el siguiente.

Lo dicho, espero que esto os ayude a entender más al personaje de Jake y el por qué de su comportamiento con Harry y con los demás.
Esa desconfianza, la forma en la que juzga a la gente, la forma en la que piensa de los demás...
Esto es parte de la explicación.

GRACIAS POR LEER <3

[POV DE JAKE] Entre trozos de periódico y tinta.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora