Si algo he aprendido es que probablemente jamás tendré una respuesta, pero contrario a lo que muchos creen, morir es aterrador, casi de la misma forma en la que lo es vivir.
Mi trabajo es mantener a la mayor cantidad de personas con vida, o al menos darles la oportunidad de luchar por ellas en un quirófano, pero muchas veces eso no es posible. No importa cuando lo desee o cuanto lo quiera, no siempre puedo salvar a todos y eso mata un poco más mi alma cada día.
Justo como ahora, un conductor imprudente le arrebató la vida a una familia completa, en cuanto llegamos al lugar ya no había nada que hacer por ellos. Un niño de cinco años, una niña de doce y una pareja que no sobrepasaba los cuarenta. Estaban de camino a tomar sus vacaciones en la playa, unas vacaciones que jamás llegaron.
Sabía que no era bueno permanecer ahí, en medio del caos, del metal y toda esa sangre, pero de alguna forma sentía que alguien debía hacerlo. Alguien debía pensar un poco en esas familias, unos minutos para honrar su memoria.
A veces lo mejor que puedes hacer por alguien no es salvar su vida, sino darle un poco de paz... Un descanso o una pequeña oportunidad para respirar, para hacer las cosas mejor. Una mirada que te haga saber que tu vida fue digna de ser vivida.
—¡Jisoo! —salí de mis pensamientos por un segundo para observar de quién se trataba y por supuesto que no podía ser nadie más que mis compañeros de unidad. —Vámonos de aquí, me muero de hambre.
—Esta vez me toca elegir a mí.
—Pero, ¿por qué? La última vez elegiste tú, Jiyeon.
—Eso no es verdad. —Seok verdaderamente parecía indignado y aunque muchas veces era divertido presenciar sus peleas, hoy estaba un poco cansada para ello.
—Podemos pedir pizza... —Jiyeon estuvo a punto de protestar, pero la detuve. —Puede ser mitad pepperoni y mitad vegetariana.
Eso pareció convencerla porque asintió satisfecha al mismo tiempo que Seok hacía una mueca de disgusto.
—La pizza vegetariana debe ser lo peor que existe en el mundo.
...
Por lo regular después de cenar nos quedamos a conversar un poco, pero era un poco evidente que ninguno de nosotros tenía ánimos para eso. Había sido un día un poco agotador, así que nadie hizo un esfuerzo verdadero por iniciar una conversación.
Me despedí de ambos y conduje hasta mi departamento en silencio, lo único que deseaba era poder darme un baño pronto y dormir, al menos el tiempo que me quedará hasta que me tocará cubrir mi siguiente turno, lo cual era aproximadamente en seis horas.
Llegué a casa y como tenía planeado, lo primero que hice fue entrar a la ducha, me encantaba sentir el agua correr por mi cuerpo, me relajaba y de alguna forma me hacía olvidar un poco.
Después de terminar de limpiarme y colocarme ropa más cómoda para dormir, caí de manera inmediata en mi cama, cerré los ojos esperando que el sueño me invadiera, pero no sucedió. Mi mente no estaba cooperando con mi cuerpo cansado.
Maldita sea.
Esto me pasaba con un poco más de frecuencia cada vez, muchas cosas que antes no me sucedían me pasan ahora con frecuencia, demasiada para mi gusto. No lo he hablado con nadie, pero a veces cuando me despierto tengo un sentimiento raro en mi pecho, una sensación extraña, como si de alguna forma hubiese perdido algo. Me despierto por las noches solo para llorar.
A veces tengo la sensación de que estoy en un lugar en donde no debo estar. Y no logro entender la razón. Me logró convencer que es por el trabajo o que quizás todo inició desde que me mudé aquí, pero muy en el fondo sé que no es así.
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Falling in Life
FanfictionJisoo es un ángel que ha pasado la mitad de su existencia cuidando a Jennie Kim y la otra mitad enamorada de ella.