Libro 1: Roboute y sus 20 Hermanas

Capitulo 30: Padre de los semidioses

TODOS LOS CREDITOS A SU AUTOR: Seat_Admiral en AO3.

Cualquier error ortográfico o gramatical avisen para arreglarlo.

....

Fecha: 800 - M30

Sector: Segmento Solar

Ubicacion: Fenris

Personaje: Emperador de la humanidad, El héroe de las mil caras 

La Era de la Tecnología fue un período dorado, en el que el hombre parecía dominar cada vez más aspectos del universo con cada momento que pasaba, y aún más mundos fronterizos eran descubiertos, catalogados, colonizados y convertidos en propósitos eficaces. Todos los secretos de los genes de la humanidad quedaron al descubierto ante los eruditos reyes eruditos de esa época, y comenzaron a dar forma a sus mundos con salvaje abandono.

Como un escultor moldea la arcilla, moldearon la carne de hombres y mujeres como mejor les pareció. Comenzando primero con pequeñas alteraciones beneficiosas, eliminando enfermedades heredables, mejorando la calidad y cantidad de células madre, corrigiendo la visión, alterando las coloraciones y más. Esos fueron los primeros años de ese período, cuando el hombre aún era cauteloso, receloso de hacer alteraciones de las que pudiera arrepentirse con el tiempo.

Así, los reyes eruditos más jóvenes y temerarios pasaron a alteraciones más ambiciosas. Se moldearon y modificaron líneas genéticas enteras para adaptarse mejor a un entorno particular. Cabello más grueso, huesos más fuertes, mejor circulación. Aumentos distintivos y mesurados sobre la humanidad de base. Dedo a dedo, las líneas genéticas divergieron y comenzaron a superar a sus progenitores en eficacia. Se produjeron muchas pequeñas rebeliones en este período, de líneas genéticas supuestamente anticuadas que se oponían al surgimiento de pueblos de reemplazo más poderosos.

Se hicieron docenas de alteraciones lentas pero constantes a la humanidad, casi todas las cuales tenían como objetivo adaptarla mejor a aspectos y territorios específicos. Un millar de miles de sub-razas de la humanidad fueron formuladas lentamente y luego creadas por esos hombres eruditos, incluso cuando sus inteligencias artificiales producían herramientas cada vez más efectivas para su uso y herramientas de guerra.

Luego, quizás a mitad de este período de alteraciones cada vez más divergentes, los Hombres de Hierro se rebelaron contra sus amos. Primero atacaron y se apoderaron de los centros de comunicación, luego comenzaron una marcha a través de mundos y sistemas destruyendo todo a su paso. Cada mundo quedó aislado unos de otros en los primeros años, y rápidamente cada mundo y sus líderes hicieron todo lo posible para defender a su gente y restablecer la comunicación con sus estados pares.

Mecanófagos, omnívoros, apagadores solares. Un sinnúmero de armas al principio solo teorizadas y luego rápidamente ensambladas y puestas en efecto se desataron sobre la galaxia en ese tiempo. Para compensar la mayor parte de sus fuerzas militares, controladas y compuestas por esas inteligencias artificiales que de repente se rebelaron, los reyes eruditos de esa era comenzaron a presionar cualquier idea no probada y no probada en el combate lo más rápido que pudieron. Cualquier cosa para detener el flujo de destrucción.

Caminantes de guerra de diseño cada vez más desviado y escala masiva, exoesqueletos alguna vez utilizados con fines industriales ahora transformados en apresurados reajustes de guerra, y soldados genéticos.

Reyes eruditos que usaron la totalidad de su conocimiento del genoma humano, toda la tradición acumulada y los datos cuidadosos que habían acumulado hasta ese momento, y lo arrojaron todo a la creación de armas humanas de cualquier diseño posible. Todos ellos extraídos de las especialidades variantes de cada fortaleza-laboratorio, enormemente divergentes e incapaces de verificar su trabajo con sus ahora distantes colegas. Pocos de estos diseños fueron estables. Muchos quedaron sin control y luego se convirtieron en poblaciones salvajes de mundos ahora devastados por el apocalipsis.