¿Estocolmo? [Minsung]

Destino o casualidad.

Maraton 2/3

"Una fuerte explosión ha acabado con la vida de más de 4 conductores en el distrito dong, con más de 13 lesionados por quemaduras de tercero y segundo grados. Los testigos informan que un camión se ha salido de la vía y ha impactado con los autos que iban en dirección contraria..."

Seungmin apago la tele con enojo, los padres de su única testigo le habían llamado para la trágica tragedia que había sucedido hace menos de 4 horas. Sentía que ese caso se iba de sus manos, volviendo a empezar a donde estaba, con pruebas falsas y sin el testimonio crucial de Shen Yuna todo quedaría en algo nulo.

Chris, quien llevaba el café a su amado como era de costumbre, escuchó los rumores de la explosión.
Llamenlo loco, paranoico, maniático y de más... pero no dudo ni un segundo en pensar que la persona capaz de hacer eso era el "ángel" de su hermano, no sabía cómo era capaz un chico joven, aunque quisiera regañar su mente, esta seguía aferrada a que su hermano tenia que ver en eso.

Jisung no podía sentirse más que feliz, su día libre había recibido la dicha de su mayor enemiga, la futura esposa de Minho, Shen Yuna, había fallecido en un incendio en alguna carretera del distrito Dong.
La vida lo amaba; lo amaba por hacer el trabajo sucio por él.

Quería ir a ese funeral y reírse cerca del calcinado cadáver, burlarse de ella porque Minho ahora era solo para él, que solo él iba a lograr casarse con el amor de su vida y ella desde el infierno iba a quemarse como lo hizo en vida.

Dios, su dicha era sin igual.

Bajo al sótano con su boba sonrisa, pasando por el oscuro pasillo hasta la única puerta cerrada, tomando las llaves para abrir la cerradura y mirar el cuerpo de Minho.

Yacía recostado boca arriba, desnudo y algo adolorido. 

Una ronda de sexo con Jisung le había costado tanto para bien como para mal.

El chico se movía increíble, era algo que no podía negar, pero para que Minho accediera fue más complicado de lo que queria parecer.

A pesar de ver el rostro desolado de el joven azabache, encadenado y aún sudoroso sobre la cama lo hizo sonreír sin lugar a duda.

—Conejito, parece un bebé... Uno que fue abusado cruelmente por su padrastro mientras su madre se iba a trabajar —Su sonrisa cínica adorno el rostro del castaño a medida que se sentaba en la incómoda cama de Min.

—Jisung... Suéltame por favor, me duele —suplicó en voz baja, mirando con sus ojos entrecerrados al castaño. Este sonrió antes de acercarse a su rostro y dejar un beso en su mejilla, acto que Minho le creo repulsión en su cuerpo.

—Perdon, seguro te lastime mucho amado mio. —Mordió con suavidad la piel de su clavícula, provocando que un sorpresivo jadeo saliera de sus labios cuando la experta lengua del castaño rodeaba y lamiera esa pequeña zona.

Su cuerpo reaccionaba a los toques de su secuestrador, algo en él amaba sentirse tan amado por alguien como Jisung, alguien capaz de matar y destruir por verlo sonreír.

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