~ONE SHOT~ •Ackerman's Car. | LEVI ACKERMAN Y TÚ. (Español, TERMINADA).

IX. ¿En quién piensas cuando te autocomolaces?.. 😳🫨

— Bien, ahora que descubriste su nombre... ¿Nos vamos?— asentí con la cabeza y comenzamos a caminar hacia la salida, seguía un poco aturdida por la conversación de hace un momento, pero tampoco es como que deba extrañarme, al final del día es básicamente el tema que siempre tocamos. — Lo acosarás en las redes sociales y te manosearás mirando sus fotos, ¿No es así?— soltó sin más, mientras bajábamos las escaleras eléctricas, volteé a verlo incrédula y le di un pequeño golpe en el pecho.

— Ya déjame en paz, tonto, por supuesto que no haría algo así.— volví a darle la espalda.

— ¿Ah no?.. ¿entonces cómo te bajas esa tensión, en quién piensas cuando te autocomplaces?— preguntó curioso cerca de mi oído para que las personas de adelante no escucharan... claramente sentí mis piernas temblar mientras mi mente gritaba un rotundo: "¡En ti!!!"... decidí ignorar su pregunta y llevé mi mano derecha a mi rostro sin creer que de verdad me haya preguntado en quién pienso cuando me masturbo... lo escucho soltar un jadeo y claramente escucho cómo se forma esa sonrisa lujuriosa; las escaleras por fin nos llevaron a la parte de abajo, a unos metros se encuentra la salida y camino hacia ella.

— ¿A dónde vas?— dice detrás mío.

— La salida está ahí.— señalé la puerta por donde había entrado al llegar.

— Te llevo a casa, mi auto está estacionado aquí.— me enseñó el boleto de estacionamiento.

Sé que esto suena a una mala idea, pero mi cuerpo grita por adrenalina, así que termino aceptando y regreso a donde se encuentra parado; bajamos otras escaleras que llevaban directo al estacionamiento; conforme las bajábamos, el ruido de la plaza desaparecía, así como desaparecíamos de la vista de las personas, los nervios se hacían presentes nuevamente al ver que no había más que autos estacionados, ni un alma, nada.

— Espera, voy a pagarlo.— dijo acercándose a la máquina de cobro; mientras él pagaba, intentaba encontrar a alguien con la mirada a través de las paredes de cristal, pero no había nadie. — Listo.— dijo guardando su cartera y comencé a seguirlo caminando a su lado; el único ruido que lograba escucharse era el de nuestras pisadas atravesando el solitario estacionamiento.

— Por cierto, gracias por la comida.— dije para romper el silencio.

— Por nada, fue un placer, tenía bastante tiempo que no salíamos.—

— Sí, es verdad, la última vez que lo hicimos fue al parque de diversiones en nuestra época estudiantil.— reí un poco.

— Tienes razón.— sonrió al recordarlo. —Ahí está.— dijo observando su auto desde lejos.

— ¿Aún olvidas dónde te estacionas?— dije en tono de burla.

— Mmmm a veces.— me miró y sonrió. —Tú me distrajiste.— apretó el botón para quitarle la alarma a su auto y lo miré extrañada.

—¿Yo?— dije señalándome a mí misma.— No mi vida, a mí no me vas a echar la culpa de tu mala memoria.— nos miramos y ambos reímos.