~ONE SHOT~ •Ackerman's Car. | LEVI ACKERMAN Y TÚ. (Español, TERMINADA).

XIX. La autovía... 🚘🚕🚐🛻🚚

— ¿Estás hablando en serio?— dijo un poco emocionado pero aún con el miedo de que estuviera jugando, a lo que yo asentí ligeramente.

— Hazlo ahora o cambiaré de opinión...— dije comenzando a arrepentirme de lo que había dicho; rápidamente Levi comenzaba a hacerse espacio entre el tráfico para aproximarse a la salida más cercana.

— ¿A dónde vamos?— pregunté un poco intrigada, no conocía el camino por el que me llevaba.

— A un lugar donde la policía no nos atrape.— dijo llegando a una autovía no muy transitada y estacionando sobre la tierra que yacía a un lado bajo un puente, realmente me sentía extremadamente nerviosa; apagó el auto a modo de que la música continuara y mi corazón comenzaba a latir con fuerza, lo miré quitarse el cinturón de seguridad y yo no podía creer que en verdad fuera a pasar esto, desabroché mi cinturón y él sonrió al ver que no me iba a detener... vi su sonrisa desvanecerse cuando me vio salir del auto.

— Hey, ¿A dónde vas?— preguntó confundido, pero yo lo ignoré y cerré la puerta detrás mío, hice que mis pulmones jalaran todo el oxígeno que podían para darme ánimos y no acobardarme como siempre, comencé a rodear el auto por la parte de enfrente hasta llegar a la puerta del piloto donde Levi estaba, me recargué en el marco de la puerta aprovechando que había bajado su ventana.

— ¿Creíste que iba a huir?— él solo pudo asentir con la cabeza y tragar saliva pesadamente porque mi mano inmediatamente se posó en su pecho y comenzaba a descender lentamente; sentí su respiración acelerarse cuando mi mano se encontraba ya en su cinturón. — Sí sabes que estás mal estacionado, ¿no?— dije sin mover más mi mano.

— Y qué harás, ¿arrestarme?— dijo mirándome retador.

— Si tuviera esposas, lo haría.— le regresé la misma mirada. — Pero por ahora... lo dejaré pasar, mi turno terminó hace horas.— dije pasando delicadamente la punta de mis uñas sobre su miembro, en automático él se estremeció y yo sonreí al verlo cerrar los ojos y echar su cabeza hacia atrás hasta recargarla en el reposa-cabezas de su asiento, quité mi mano y abrí la puerta, suspiré una vez más y sin rodeos entré para sentarme encima de él. — Hola.— dije estúpidamente mientras lo rodeaba con mis brazos.

— Hola.— sonrió ampliamente con satisfacción ante mi impulso de sentarme sobre él; se acomodó en su asiento y colocó su mano derecha en mi cadera, al mismo tiempo, yo coloqué mi mano sosteniendo su rostro mientras miraba sus labios.

— ¿Prometes que después de esto, nuestra amistad seguirá intacta?— le pregunté con miedo y ansiedad.

— Te lo prometo.— dijo juntando nuestras frentes, con la voz más sutil y sincera que he escuchado; ese simple gesto bastó para desvanecerme y ceder ante todo lo que me pidiera...