Aurora
Me había casado, era suya ante todos, perdí lo que por tanto tiempo me costó recuperar; "mi libertad". No sé si reír o llorar, soy consciente de que él nunca me ha tratado mal, ni mucho menos faltar al respeto, al contrario, ha sido muy respetuoso y caballeroso conmigo. Es casi tonto, incluso contradictorio cómo me siento en este momento, pero aun así lo hago, me cuesta sentirme tranquila y mucho menos segura al lado de un hombre que en pocas palabras me compró.
Debo cuidarme, estar pendiente de cualquier movimiento de Alessandro, sobre todo armar mi propio plan para salir de este matrimonio, si se casó conmigo de la nada es porque tiene un plan y antes de que pueda ejecutarlo yo ya estaré adelantada con el mío.
—bienvenida a tu nuevo hogar—expresó él sacándome de mis pensamientos.
No me percaté del tiempo que demoramos en llegar, estuve tan absorta en mis pensamientos que el tiempo pareció detenerse.
Mi ahora esposo me dio la mano, yo con un poco de frialdad la tomé.
Al entrar quedé boquiabierta con tanta belleza, unas luces cálidas daban un aire tranquilo al ambiente, cuadros de lo que suponía que eran artista y uno que otros jarrones que supuse que no había que no había puesto él.
Subimos hasta la segunda planta
—Aquí está nuestra habitación—señaló con su dedo índice
Sin responder,seguí lo que su dedo había señalado, en esta habitación había una cama que sin exagerar cabían como cuatro personas, sus sabanas eran blancas, un blanco que brillaba, las paredes eran del mismo color de las cobijas.
Seguí hasta un pasillo donde se encontraba un enorme armario, por instinto lo abrí, me llevé la grata sorpresa de que ya había ropa de mujer en este, tomé una de las prendas y me fijé que esta era mi talla.
—¿te ha gustado nuestra casa?
Pegué un pequeño salto en el puesto y me iré a encarar la voz
—para qué decir que no—me atreví a responder
—¿se puede saber de quién es esta ropa?—levanté uno de los vestidos que había tomado.
Escuché su risa que no sonó tan fuerte, aun así esta hizo mi piel se erizara
él dió otro paso más hacia mí mientras yo retrocedía.
—¿celosa?—preguntó con una voz ronca que jamás había escuchado.
—Ya quisieras— me burlé
Dispuesta a marcharme, caminé hasta la salida, antes de poder abrir la puerta (que cuando entré no tenía seguro) su mano agarró mi muñeca y me acorraló contra la pared más cercana
—es tuya—confesó
Alcé las cejas en modo de pregunta.—¿se puede saber cómo sabes mis tallas?
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Némesis
Romance"Némesis", es una historia de amor y venganza, salvación y perdón. Es la historia de dos almas rotas que por cosas de la vida encuentran la luz en medio de la oscuridad solo para enfrentarse a una verdad dolorosa: a veces, el mayor enemigo está en...