Capítulo 20

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"Entregar tu alma a un mundano e ignoraste tu misión, ese es el peor delito que un ángel puede cometer. Perdiste lo que te une al cielo, tu alma santa porque le pertenece alguien traidor de nosotros. Por lo tanto perderás tus alas".

Al abrir los ojos Jimin pudo comprobar que ya no estaba en la casa del brujo, miró a su izquierda donde estaba Yoongi aún sosteniendo su mano para después mirar a su alrededor. Estaban sobre una colina, el césped verde adornaba al rededor de ellos hasta que cortaba con edificios a lo lejos. El cielo de un celeste impecable, la brisa fresca acariciaba su piel.

— ¿Qué se supone que debemos hacer ahora? —se atrevió a preguntar el rubio.

—Escondernos —respondió Yoongi volteando a verlo, Jimin contuvo el aire ante el iris rojo en sus ojos. —Ellos notan la energía y el aura, debes relajarte y reducir tu poder.

— ¿Cómo se supone que haga eso? —medio protestó cuando Yoongi tiró de su mano.

—Relájate y siéntete mundano, invisible —respondió con naturalidad. —Debes dejar que la nada gane lugar, relajarte y fingir que tú arcángel no existe.

Ambos estaban caminando en dirección a los edificios, Yoongi estaba alerta mirando hacia todas direcciones pero no parecía haber nadie.

—De todos modos se como ingresar en el edificio que se dedica a la "seguridad" —el pálido hizo comillas con su mano libre.

Jimin pudo apreciar una especie de ciudad a unos metros, la diferencia con una era que estaba completamente vacía y los edificios parecían diseños viejos pero el material parecía nuevo, una especie de piedra blanca que brillaba bajo el sol.

—Aún logro percibirte, pastelito —gruñó Yoongi.

Jimin iba a responder hasta que sintió un dolor insoportable en su espalda. Parecía un cuchillo desgarrando sobre sus omoplatos, mordió su labio inferior callando un alarido de dolor. Yoongi lo sostuvo cuando se dio cuenta de que no iba a poder mantenerse en pie.

Ambos llegaron al pavimento mirando en todas direcciones, Yoongi no comprendía una mierda pero sabía que debía mantener a salvo a su novio. Trato de tranquilizar a Jimin y transmitirle su vitalidad, necesitaba que ambos fueran inexistentes bajo los ojos de cualquier entidad celestial.

—Lo siento —dijo Jimin en un hilo de voz callando los gritos que querían salir de su garganta. —Van a descubrirnos por mi culpa.

—No, pastelito. Sé que tu puedes, eres fuerte ¿Me escuchas? Soportaste demasiadas cosas como para dejarte ceder ante el dolor ahora —Yoongi sintió la humedad en la mano que sostenía la espalda del rubio, se quedó sin el suficiente aire en los pulmones cuando vio la sangre. Maldijo por lo bajo. —Solo un par de calles, solo eso para que nos escabullamos hasta el ministerio de seguridad de estos estúpidos santos.

Jimin se enderezó con dificultad tratando de seguirle el paso a Lucifer. Tenía miedo a decir verdad ¿Por qué le pasaba esto justo ahora? Yoongi los guío por entre los edificios, ambos mirando en dirección a todos lados ¿Dónde estaban los ángeles? Y como si Yoongi pudiera leer su mente murmuró.

—Ellos también cumplen roles y trabajos, obviamente mucho más estrictos además de que no pueden sentirnos —habló sujetándolo contra su cuerpo, faltaba muy poco para llegar. —Estás concentrado en el dolor y débil por la herida, tu energía es inexistente.

— ¿Cómo se supone que entraremos ahí sin ser vistos? —preguntó Jimin cuando llegaron al borde de las escaleras.

—Tengo conocidos dentro, Taemin estará encantado de verme —respondió empezando a subir las escaleras con rapidez.

Lucifer - YonnminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora