︿︿︿︿︿︿︿︿︿︿︿︿︿︿︿︿︿︿
♡ En su segundo año en la preparatoria UA, la calma reina tras las turbulentas experiencias del primero. El festival cultural se acerca y la clase 1-A, ahora conocida como 2-A, se prepara para el evento una vez más. Durante este t...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
El resplandor del sol matutino se filtraba a través de las cortinas, llenando cada rincón del país del sol naciente con su cálido brillo. Era como si la luz misma estuviera dando vida a todo lo que tocaba: los edificios, los árboles, las calles llenas de gente que se apresuraba en sus quehaceres diarios. En la Academia UA, el bullicio de los estudiantes llenaba los pasillos mientras se dirigían a sus clases, cada uno con su propia agenda y expectativas para el día que apenas comenzaba.
En los dormitorios de la clase 2-A, la mayoría de los estudiantes ya habían salido para sus actividades del día. Momo Yaoyorozu, con su uniforme impecable y su mochila lista para partir, se encontraba entre los rezagados que aún no habían salido. Sin embargo, algo llamó su atención: la ausencia de dos de sus compañeros más cercanos.
La inquietud se apoderó de ella al darse cuenta de que no había visto a su amiga Jirou en toda la mañana. Ni siquiera un rastro de ella en los pasillos o en el comedor durante el desayuno. Y Todoroki, quien solía ser conocido por su puntualidad, también brillaba por su ausencia.
Con la preocupación creciendo en su interior, Momo decidió investigar. Se dirigió hacia la habitación de Jirou, esperando encontrar alguna pista sobre su paradero. Al intentar abrir la puerta, se encontró con que estaba cerrada con llave, algo inusual para una mañana normal. Golpeó suavemente la puerta, esperando una respuesta que no llegaba.
Dentro de la habitación de Jirou, reinaba una penumbra reconfortante. Las luces estaban apagadas, las cortinas cerradas con esmero para evitar cualquier atisbo de luz que pudiera perturbar el sueño. El caos de la habitación era evidente, con prendas de vestir esparcidas por doquier, una mezcla de su ropa y la de Todoroki, como testigos mudos de la pasión compartida la noche anterior.
En este ambiente de calma, solo se escuchaba el murmullo de reparaciones leves y tranquilas, como si la propia habitación estuviera recuperándose del alboroto de la noche anterior. En la cama, Jirou reposaba plácidamente, envuelta en un sueño profundo, mientras el fuerte y cariñoso abrazo de Todoroki la protegía. Ambos yacían desnudos, la evidencia de su amor aún fresca en sus cuerpos.
La conexión entre ellos era palpable, una sensación de calor y complicidad que los envolvía, incluso en el sueño. Pero esta paz se vio perturbada por golpes constantes y crecientes en la puerta, que resonaban en la habitación y finalmente lograron sacar a Jirou de su letargo.
Con un suspiro de molestia, Jirou entreabrió los ojos, sintiéndose cansada, adolorida y con la necesidad urgente de seguir durmiendo. ¿Quién osaba interrumpir su paz? A regañadientes, se apartó del abrazo de Todoroki, con cuidado de no despertarlo. Se cubrió con una camiseta que encontró al alcance, Mientras se levantaba y estiraba, una sonrisa tímida se dibujó en su rostro al recordar la noche anterior. Había sido una noche memorable, una que atesoraría para siempre en su corazón.
Finalmente, con pasos decididos, Jirou se acercó a la puerta y la abrió con cautela, preparándose para descubrir quién había venido a interrumpir su paz matutina.
