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♡ En su segundo año en la preparatoria UA, la calma reina tras las turbulentas experiencias del primero. El festival cultural se acerca y la clase 1-A, ahora conocida como 2-A, se prepara para el evento una vez más. Durante este t...
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Jirou se despertó con una sensación de plenitud que aún le recorría el cuerpo desde la noche anterior. La cita con Todoroki había sido más que espectacular, había sido como sumergirse en un mundo de emociones y diversión. Recordaba cómo las risas resonaban en el aire mientras subían a las diferentes atracciones del parque de diversiones, compartían juegos de feria y se deleitaban con helados que derretían el tiempo entre sus manos. Cada momento, cada gesto de afecto, había sido como una melodía perfecta en la sinfonía de su relación.
Al regresar a casa, alrededor de las ocho de la noche, una sensación de complicidad los envolvía. Afortunadamente, nadie los había visto llegar, lo que añadía un toque de secreto y misterio a su romance incipiente. En aquel momento, el mundo parecía haberse detenido solo para ellos dos, y esa sensación de intimidad era algo que Jirou atesoraba profundamente.
El día anterior, durante el ensayo con sus compañeros y las sesiones de bajo con Todoroki, había sentido cómo la música fluía en perfecta armonía, reflejando la conexión que compartían. La música siempre había sido su refugio, pero ahora, con Todoroki, se convertía en algo aún más especial, en un lenguaje íntimo que solo ellos dos comprendían.
Tras darse una ducha reparadora, se vistió con su uniforme escolar y tomó su mochila, lista para enfrentar un nuevo día en la Academia UA. El lunes marcaba el inicio de la semana y de las clases para los estudiantes de la clase 2-A, pero para Jirou, era más que eso. Era la oportunidad de comenzar de nuevo, de dejar atrás el estrés y las preocupaciones que la habían atormentado en días pasados.
Al entrar al aula, se encontró con sus amigos habituales. Midoriya y Iida estaban allí, como siempre, con su puntualidad característica. Bakugou permanecía en silencio, como de costumbre, pero su presencia imponente no pasaba desapercibida. Y luego estaba Todoroki, absorto en su teléfono, ajeno al mundo que lo rodeaba. Jirou se acercó a él con una sonrisa, sintiendo una oleada de calidez al verlo.
"Hola, Shoto", lo saludó con suavidad. Todoroki apartó la mirada de su teléfono y la encontró con una sonrisa leve, pero radiante.
"Hola, preciosa", la saludó Todoroki, y Jirou respondió con una sonrisa algo avergonzada. Desde que le había confesado a Todoroki que le gustaba ese apodo, él lo había estado usando varias veces, y ella todavía se estaba acostumbrando. Afortunadamente, él había dicho eso en voz baja, solo para que ella lo oyera.
"¿Qué haces?" preguntó Jirou, curiosa, mientras apoyaba sus manos sobre el escritorio.
"Nada importante", admitió Todoroki sin más, concentrado en revisar las novedades en Internet. "¿Y tú?"
Así comenzaron a hablar de cualquier cosa mientras esperaban a que sus compañeros llegaran al aula. Después de un par de minutos, todos habían llegado y se habían formado los grupos de amigos para conversar. Jirou se unió al grupo de Uraraka, Midoriya y Iida, alejándose un poco de Todoroki cuando Momo llegó a saludar. No es que lo estuviera evitando... Bueno, sí lo estaba haciendo, pero es que todavía no podía enfrentarla después de todo lo que había pasado. Aunque sabía que eventualmente tendrían que hablar, por ahora prefería mantener cierta distancia, esperando no parecer demasiado sospechosa.
