part 22

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- Por mi, San puede irse al infierno.- le contestó con aspereza.- Para empezar, nunca debí haberte dejado ir con él.- masculló mientras pinchaha otro trozo de carne y lo llevaba hasta la boca de la joven, muy pacientemente, como si ella fuera un bebé.

- Me duele toda la cara.- farfulló Helena tocándose con cuidado la mandíbula cuando él término de darle de comer.

- No me extraña. Ese imbécil, te la ha dejado llena de moretones.

- Si, pudo haberse llevado las joyas y punto. No tenía que haberme golpeado de esa manera.- murmuró ella estremeciéndose al recordarlo.

Mingi la tomó de la mano y se la apretó suavemente. Queriendo hacerle olvidar el desagradable incidente.

Él recordó algo, que había olvidado decirle.

- Tu madre ha hablado por teléfono con tu padre esta mañana. Volvió anoche y escuchó el mensaje que le había dejado en el contestador, creo que viene camino de aqui.

- ¡¿Mi padre?!.- exclamó ella encantada.- ¡Dios, hace dos años que no lo veo!

- Lo sé, tu propia madre está muy nerviosa.

- Ah, ojalá hicieran las paces.- murmuró Helena con un suspiro.- Ninguno de los dos ha vuelto a tener otra relación desde que se separaron, pero sencillamente, mi padre es incapaz de permanecer en un sitió.

- Bueno, algún día se cansará de ir siempre de aquí para allá.- le dijo Mingi, tratando de animarla.- Y entonces volverá a casa para quedarse.

-¿Puedo preguntarte algo, Mingi?.- inquirió ella después de unos minutos de silencio.

Él asintió con la cabeza, pero Helena no sabía cómo abordar el tema

- Bueno... el caso es que, últimamente estás muy cambiado. No pareces el Mingi de antes.

- ¿Y cómo era antes?.

- Pues despreocupado, alegre, bromista...- le recordó ella.- Has cambiado.

- Las circunstancias cambian a la gente.- respondió él encogiéndose de hombros.- ¿Y la pregunta que querías hacerme?.- le dijo él mirándola impaciente.

La joven lo miró incómoda.

- Pues yo... La verdad es que no creo que pueda hacértela.

Mingi acercó la silla un poco más a la cama.

- No hay nada, absolutamente nada, que no puedas preguntarme.- le dijo suavemente.

- Mi... mi madre me habló de una chica a la que hiciste daño.- balbució Helena. Mingi se puso rigido, y la joven contrajo el rostro al darse cuenta.- L-lo siento... no tienes por qué hablar de ello si no...

Pero Mingi suspiró y la miró a los ojos.

- De aquello, fue hace bastante tiempo.- murmuro.- ¿Qué quieres saber exactamente?, ¿Cómo le hice daño?.- La joven se puso roja como una tomate y bajó la mirada. Él se rió con amargura. -¿Qué crees, que disfruto siendo cruel en la cama?

- No, yo solo...

- ¿Y si fuera asi?.- le espetó él, enfadado de que ella pudiera siquiera pensar, que él sería capaz de hacerle daño a una mujer.- ¿Y si resulta que me gusta ser cruel?.- masculló inclinándose hacía a ella.

Helena sacudió la cabeza con fuerza.

- No, no, yo sé que tú no eres asi.

- ¿Estás segura?.- inquirió Mingi, mirándola como un ave de presa.- El otro día en la galería, te mordi... ¿recuerdas dónde?.

Perfecta Para Él // 《SONG MINGI》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora