- ¡Papá!.- exclamó incorporándose y extendiendo los brazos hacia él.
El hombre fue a ellos, riéndose y apretándola amorosamente contra él.
- Y yo que estaba preocupado por el recibimiento, que tendría...- murmuró.
- ¿Estabas preocupado?.- le dijo ella sorprendida.- No debiste estarlo. Eres mi padre, y te quiero.
- Siento no haber podido venir antes.- farfulló él con amargura.- Estaba fuera del país y no lo supe hasta anoche. ¿Cómo estás, tesoro?.- le dijo acariciándole el rostro.- Me han dicho que sufriste un golpe muy fuerte en la cabeza.
- Si, pero ya estoy mucho mejor. Solo me quedan algunas magulladuras... y el susto, pero estoy bien.
- No gracias a ese prometido tuyo.- masculló su padre irritado.- ¿Cómo has podido dejar que Choi San, te convenciera para casarte con él? ¡Creía que estabas loca por Song Mingi!.
- Y lo está.- respondió la profunda voz de Mingi desde la puerta abierta. Ella se sonrojó, pero él sonrió. Llevaba un vasito de plástico con café que tendió al padre de Helena.- ¿Sigue tomándolo solo, señor Dubois?.
Duke Dubois se rió entre dientes y se levantó para tomar el vaso y estrechar la mano del ranchero.
- Asi es, qué buena memoria. ¿Cómo estás, Mingi?.
- Cansado.- dijo él, lanzando una mirada a Helena. Seguía un poco pálida, pero parecía que estaba algo mejor.- Como todos. Ha sido una semana muy larga.
- Lo imagino. Siento no haber podido estar aquí.
- Bueno, usted estaba fueras, no podía saberlo.
- Si, pero debería haber estado.- farfulló el señor Dubois, enfadado consigo mismo, pasándose una mano por el cabello.- Nunca estoy cuando se me necesita. Eleonor tiene razón, soy un egoísta, ¿no es cierto, cariño?.- inquirió con tristeza, volviéndose hacia Helena.
- No, no es verdad.- repuso ella.- Es solo que eres un hombre inquieto. Mamá y yo lo comprendemos. Hay hombres, para los que es muy dificil renunciar a su libertad.
- Si, pero a veces la libertad se paga muy cara.- contestó su padre
En ese momento apareció la madre de Helena, y se quedó en la puerta boquiabierta, llevándose la mano al pecho.
- ¡Duke!.- murmuró con un hilo de voz.
El señor Dubois se volteo hacía a ella, sonriendo inseguro.
- Hola Eleonor. Siento no haber podido venir antes.
- ¡Oh, Duke!, Estás aquí de verdad...
- Pues claro que estoy aquí de verdad.- se rió él suavemente.- Ven aquí y deja que te dé un beso mujer, no soy un fantasma.
Eleonor se sonrojó, pero fue a su lado, alzando el rostro para recibir un beso que, a pesar de ser breve, resultó tan lleno de sentimiento, que hasta Mingi y Helena se sintieron como unos intrusos.
- Me alegro de volver a estar con ustedes.- le dijo el señor Dubois a su esposa.- Cada día estás más hermosa.
- Igual de coqueteo, que siempre.- se rió la señora Dubois.
- ¿Verdad que papá tiene un aspecto estupendo, mamá?.- le preguntó Helena.
- Si, parece que los años no pasaron por él.- murmuró Eleonor.- ¿Cómo te encuentras, cielo?
- Mucho mejor.- le aseguró Helena.- ¿Cuándo podremos volver a casa?
- El médico ha dicho que mañana te darán el alta.- le dijo su madre con una sonrisa.- Pero debes tomártelo con calma. Además, quieren que vayas a unas sesiones con un psicólogo.
- Ya hablaremos de eso cuando esté en casa.- contestó su hija.- Además, no me siento traumatizada, ni nada de eso.
- Eso es porque tu subconsciente, no permite que lo exteriorices.- le dijo la señora Dubois, pero has estado teniendo pesadillas, y bastante terribles a juzgar por cómo dabas vueltas de un lado a otro en la cama.
- Tu madre tiene razón, Helena.- dijo su padre.- No te harán daño unas cuantas sesiones.
Ella contrajo el rostro.
- Si me hubiera quedado en el coche como San me dijo...- suspiró.- Y hablando de San, ¿dónde está?, hace un par de días que no viene por aqui.
- Oh, sí, lo había olvidado.- dijo la señora Dubois.- Me dijo que ayer empezaba los exámenes y que no podría pasar a verte, pero me dijo que se le dijéramos si necesitabas algo.
- Qué novio tan devoto.- se burló Mingi, entornando los ojos.
- Deja de meterte con él, Mingi. Esos exámenes son muy importantes para él.- lo defendió Helena molesta.
- Si, más importantes que tú, eso es obvio.- le respondió él.
Helena lo miró aún más enfadada.
- Mi vida personal no es asunto tuyo.
- Si que lo es cuando haces estupideces, como comprometerte con un idiota.
- Vamos, vamos...- trató de aplacarlos Eleonor, interponiéndose entre ellos.- Helena necesita descansar, y tú también, Mingi. Deberías ir a casa, darte una ducha, comer algo y dormir un poco.
Mingi no quería irse, pero lo cierto era que el cansancio estaba empezando a hacer efecto en él, así que no replicó cuando Duke lo tomó del brazo y lo acompañó a fuera de la habitación.
Cuando ellos se marchado, Eleonor Dubois dirigió una sonrisa a su hija.
- ¿Parece que no le cae muy hien San, eh?.- murmuró.- El día que llegó me dijo algunas cosas sobre él que... en fin, no me atrevo a repetírtelas.
- No tiene derecho a criticar a San.- dijo resoplando.- Nuestra relación no es asunto suyo
- Nunca hubiera imaginado que Mingi pudiera ser tan posesivo.- comentó su madre con un brillo divertido en los ojos.- ¿Sabes que en estos días no se ha apartado de ti, excepto para descansar unas horas?.
Aquéllo le llegó a Helena al corazón, y lo cierto era que por mucho que quisiera defender a San, le parecía increíble que no hubiera ido a verla en aquellos días, y que los días anteriores apenas sí se hubiera quedado media hora.
Estaba segura de que se preocupaba por ella, pero por alguna razón parecía dispuesto a mantenerse alejado.
¿Por qué sería?
- ¿Crees que Mingi, este haciendo esto para ponerme en contra de San?.- le preguntó a su madre.- ¿O será que si no puede tenerme él, no quiere que me tenga nadie?.- dejó escapar un profundo suspiro.- O quizá, después de todo, le doy pena, y una vez que me haya repuesto saldrá de mi vida. Sí, estoy segura de que se trata de eso. Espera y verás.
- Deja que el futuro se preocupe de sí mismo, cariño. Ahora concéntrate simplemente en mejorarte bien.
♥︎★♥︎
Ayer me dormí jsjsjs, no alcance a subir cap :'(
Pero aquí esta otro más 💖
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Perfecta Para Él // 《SONG MINGI》
FanfictionTras su gran estatura y sus anchos hombros, Song MinGi escondía un corazón vulnerable. Por eso siempre había evitado a las mujeres. Aún que no podía dejar de pensar en su vecina. Pues se decía, que ella era demasiado joven para él. Helena también se...