𝐧𝐨𝐯𝐞𝐦𝐛𝐞𝐫 𝐫𝐚𝐢𝐧

𝐩𝐞𝐫𝐝𝐨́𝐧, 𝐭𝐞 𝐞𝐱𝐭𝐫𝐚𝐧̃𝐨

Es tan lento el diluvio,
Que me es difícil no extrañar el atardecer,
Y los colores de nuestro perigeo,
Los recuerdos no se logran olvidar,
Porque las promesas no se pueden desvanecer,
Y el dolor solo se puede empeorar.

Las disculpas no sanan el tiempo,
No existe forma de cambiar el rumbo que el pasado tomó,
Esta temporada me ha hecho entrar en fantasías,
Donde el perdón de algo sirve,
Y que puedes volver si digo:

"Perdón por no haberte olvidado como tú lo hiciste,
Perdón por no haber sido suficiente,
Perdón si me disculpo muchas veces,
Es la única forma en la que puedo engañar a mi mente"

Aunque las palabras de arrepentimiento caigan como hojas secas,
Y la luz del perdón no alcance el fondo de mi alma,
Aún así, estoy de rodillas entre el viento, mi dolor y mi culpa,
Esperando que algún día llegue la redención,
Que borre las marcas de mis errores y alivie esta condena.

De aquel frío día,
Solo quedan preguntas,
No he podido entenderlo,
Si tu alma un día llora,
No valdría la pena toda la tristeza de mi mundo,
No valdría la pena vivir cubierto de azul.

Porque el "perdón" solo tiene 6 letras,
Su sonido no se mueve en el vacío,
Porque las cartas se manchan, se pierden, no llegan,
Y los escritos se olvidan,
Por eso, le pido a Dios todo este sufrimiento para mí, y esa es la única forma de pagar mi condena.

Pero nunca será castigo suficiente,
Por no ser lo que querías,
Porque de la boca salen las disculpas,
Pero nadie sabe lo que sufre la mente.

En la calma de la noche,
Cuando siento que tu ausencia se hace más fuerte,
Quiero seguir luchando contra la corriente de mis pensamientos,
Cada segundo aquí,
Es un recordatorio de los momentos perdidos,
Del perdón que nunca pedí,
Y mientras mi corazón se ahoga en la marea de la culpa,
Siento el peso de mis errores aplastándome,
Arrapándome en la espiral de extrañarte aún más.

Disculparse es la venda que intenta tapar las hemorragias de las manos,
Después de que tocaron tu corazón,
Y el mío tiene astillas,
Que no lo dejan sanar,
Después de haberse caído,
En tu cálido piso de madera...