Bienvenido a la vida de Charles Leclerc

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Charles se levantó y se dirigió hacia su armario. Era hora de hacer algunos cambios. Sacó su ropa de siempre, aquella que había elegido más para complacer a Carlos que a él mismo. Hoy, buscaría algo que realmente expresara cómo se siente, los colores pastel y cosas ajustadas ya no serían parte de su personalidad.

Al llegar a la escuela, Charles notó las miradas curiosas de sus compañeros. Su nuevo aspecto no pasaba desapercibido, y aunque algunos murmullos eran inevitables, se movía con una gracia que desafiaba a cualquiera a cuestionarlo.

- Charles, estás... diferente. ¿Estás bien?.- Alex llegó a caminar a su lado.

- Claro que lo estoy, deja de hacer esas preguntas.

A lo largo del día, Charles se comportó con una nueva actitud que descolocaba a todos. En el almuerzo, se sentó en una mesa usualmente dominada por estudiantes que raramente interactuaban con él. Su presencia era como un desafío silencioso, una afirmación de su derecho a estar allí.

Cuando Carlos intentó acercarse, con la esperanza de aclarar las cosas, Charles lo cortó con una frialdad que dejó a todos los presentes sin palabras y con la boca abierta.

- Charles, necesitamos hablar. Por favor.

- No vamos a hablar, deja de rogar y molestar. Necesito comer.- Carlos tragó duro al escuchar las risas de los chicos que estaban comiendo a un lado de su ex novio y se fue corriendo.

Esa tarde, Charles se unió al club de teatro, algo que siempre había querido hacer pero nunca se había atrevido, temiendo que Carlos lo considerara una pérdida de tiempo. Pero tenía que buscar un nuevo pasatiempo, ya no estaría más en el equipo de porristas.

Su nueva personalidad llamó la atención de todos, su cabello, antes siempre perfectamente peinado, ahora lucía estilos atrevidos y parecía alborotado. Sus atuendos, una mezcla entre lo vintage y lo contemporáneo, hacían más que solo girar cabezas: sacaba suspiros.

En los pasillos, Charles caminaba con la cabeza alta, sus pasos resonaban con un nuevo ritmo.

Con sus botas de plataforma golpeando el suelo con decisión, se acercó a la mesa donde Carlos y sus amigos del equipo de fútbol se reunían. La conversación cesó cuando lo vieron acercarse molestando a Carlos riendo y soltando comentarios, su presencia llenando el espacio como un perfume intenso y cautivador.

Carlos, que había intentado hablar con Charles varias veces desde aquella noche, miró hacia arriba, esperanzado y nervioso. Pero Charles no estaba allí para reconciliaciones. Con una sonrisa fría saco una bolsa llena de ropa y la dejó caer sobre la mesa, el rostro del mayor se pintó totalmente de rojo mientras los demás estallaron en risas al ver pijamas y ropa interior estampadas de caricaturas que claramente Charles obligaba a comprarlas solo porque le parecían lindas.

- Puedes llevarte tus cosas.- su voz tranquila pero cargada de intención, lanzó un beso, no hacia Carlos, sino hacia los miembros del equipo, todos silbaron y lanzaron comentarios morbosos, Charles guiñó el ojo y desapareció de la cafetería.

Esa noche, Charles se sentó frente a su espejo, maquillándose meticulosamente. Se dio cuenta de que, por primera vez en mucho tiempo, se sentía genuinamente bien.

- Eres el chico por el que morirían.- se dijo a sí mismo con una sonrisa y un susurro frente al espejo.

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BUBBLEGUM | Charlos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora