Pov-...
Me encontraba escuchando a mis dos guerreros más fuertes debatir entre cual sería la mejor decisión que debería tomar.
La guerra siempre es entre los Ángeles y los brujos, pero nosotros siempre quedábamos en medio, al igual que los lobos puesto que siempre obtenemos algo de ambas criaturas.
En este caso escucho como cada guerrero apoya a la criatura contraría.
- ¡La mejor opción sería apoyar a los ángeles! -dijo uno de ellos- ¡Ellos son los que nos han apoyado más en una tregua con las otras criaturas! -finalizó con voz fuerte.
- ¡La mejor decisión sería apoyar a los brujos, ellos nos dan más beneficios! -dijo el otro guerrero.
Los dos ya se veían bastante molestos y yo solo me encontraba mirando hacia enfrente analizando toda la situación.
Las dos criaturas nos han dado beneficios que nos han ayudado en años anteriores, bueno, a mí no, a mi padre.
Yo no le he pedido nada a nadie más que a la bruja mayor que trabaja para mí, porque sí, trabaja para mí. No me gusta deberle nada a nadie y ella no será la excepción, le pago con lo que ella me pida, no me hace favores y yo tampoco se los pido.
Sigo escuchando como mis dos guerreros siguen discutiendo hasta que veo como rápidamente llegan dos centinelas haciendo saber que algo pasa.
- ¡Señor una humana logró pasar las salvaguardas! -exclamó la centinela con un tono alertado que alertó a los guerreros que se encontraban en la sala de reuniones.
- ¡Eso es imposible! ¡No hay ser humano en la tierra que pueda sobrevivir a ellas, eso solo indica que...! - dijo un participante del Consejo con tono asustado, pero no lo deje terminar.
- ¡No es humana! - finalice con tono firme y molesto, quien tenía la osadía de entrar en mis tierras sin permiso alguno - ¡Tráiganla ante mí! - brame furioso viendo como mis guerreros se iban y volvían rápidamente y con un cuerpo en sus manos... El tiempo se paró, yo no dejaba de respirar el aroma tan dulce que desprendía la sangre de aquel cuerpo en brazos de una centinela.
Era ella, realmente era ella, por fin había llegado a mi vida, pero... ¿Tenía que ser otra criatura? ¿No podía ser de mi propia especie?
Me acerque a gran velocidad y la tome en mis brazos para meter mi cara a su cuello y asegurarme que realmente era ella, tome todo el aroma posible percatándome que no sólo yo podía olerla, ella era mía su olor dulce solo lo percibo yo, pero la sangre la podíamos oler todos en la sala y era algo que a todos nos ponía inquietos...llenos de sed.
La saque rápidamente de la sala de juntas y con rapidez la lleve a mi habitación, ella se encontraba completamente inconsciente.
- ¡Llamen a la bruja! ¡Ahora! -ordene seriamente tras dejarla sobre mí cama.
La observe por lo que parecieron unos largos minutos percatándome de las heridas de sus brazos, sus pies descalzos y sucios e igual de lastimados, pero sobre todo ese perfecto rostro definido y tan bello que me dejó embobado.
Esa nariz respingada, sus facciones tan delicadas, ese hermoso cabello blanco que me hacía entender que era un ángel, lo cual me hacía comprender sus facciones tan perfectas.
Los ángeles tiende a ser hermosos, su aura angelical los mantiene bellos para cualquier ojo humano o de otras especies, es algo que no cambiaría en ellos jamás, siempre serian perfectos...
Salí de mis pensamientos al ver como la bruja mayor entró por la puerta de mi habitación tras tocar tres veces.
- ¡Arréglala! - dije señalando a la mujer postrada en mí cama.
Se que me escuche como un completo idiota diciendo eso, no es un objeto que puedan arreglar, pero no sé cómo expresarme en estas situaciones, normalmente siempre que mis guerreros tienen un problema grave beben de la sangre de su pareja eterna y su recuperación es excelente, pero ella no es como nosotros.
- ¡Sí Majestad! -dijo haciendo una reverencia y acercándose a la cama donde se encontraba ella lo cual me hizo seguirla con la mirada.
La bruja empezó a mover sus manos arriba de ella, se empezaba a notar la magia que salía de sus manos pero de un momento a otro se detuvo y dio dos pasos para atrás.
Me acerque rápidamente y pregunte molesto.
- ¿Qué sucede? ¿Por qué te detienes? -siseé mirando a la chica en la cama, a la cual me quedé mirando pues sus heridas se empezaron a cerrar por si solas- ¿Qué le pasa? -pregunté acercándome a ella.
-No necesita mi magia...ella tiene una- dijo la bruja en voz baja y se acercó nuevamente a ella para posar su mano sobre su frente.
La levanto un poco y de esta salió un color rojizo, estaba claro que no era su magia, la magia de los brujos es verde, siempre tienden a sacar ese color verde de las manos cuando ocupan su magia pero ella no. Esta más que claro que ella no es solo un ángel, hay algo más, algo que la hizo pasar fácilmente las salvaguardas.
- ¡Ella estará bien! -dijo la bruja alejándose de ella e hizo una reverencia y salió del cuarto.
La deje ahí y salí rápidamente del cuarto y del castillo también dirigiéndome hacia la frontera que divide mis tierras de las demás y cuando llegue vi a las centinelas caminando de un lugar a otro. Solo usan la velocidad cuando cambian de posición para dirigirse a otra parte de la frontera.
- ¿Cómo entro? -pregunté al llegar, estaba molesto y sabía perfectamente la razón.
Aunque siempre estoy molesto, esta vez era así porque no puedo concentrar mi mente en cualquier otra cosa que no sea esa mujer de cabello blanco, quiero saber ¿De dónde viene? ¿Por qué estaba tan lastimada? ¿Qué clase de criatura es? ¿Por qué diablos no pudo ser de mi propia especie? ¿Por qué la vida me odia tanto?
-Corriendo... majestad- dijo uno de ellos asiendo que lo mirara fijamente y este volteo la mirada hacia otro lado.
- ¿¡Porque no la detuvieron!? -pregunte con un tono alto y firme, para eso los tenía cuidado la frontera, no quería a ninguna criatura más en mis tierras.
Bastante tengo con soportar a algunos ángeles y unos que otros humanos solo por ser parejas eternas de mis guerreros, me es inaudito que mi pareja eterna sea otra criatura diferente a la mía. Mis padres son vampiros, ambos de sangre pura y yo esperaba que así fuera para mí, pero al parecer a mí me tocara sufrir...cómo siempre.
-Paso cuando hicimos el cambio...cuando llegamos aquí ya se encontraba el cuerpo de la mujer y a través de la salvaguardas se veían a varios cazadores negros que venían detrás de ella- finalizo y me tense.
-La venían siguiendo...-deje las palabras al aire y regrese a toda velocidad al castillo.
Abrieron las puertas he hicieron una reverencia cuando entre para dirigirme hacia mi despacho y mientras caminaba llego una de mis empleadas a gran velocidad.
-La señorita despertó majestad- dijo está llegando a mí, haciendo una reverencia y yo la miré sin decir nada y solo asentí...
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Ecos de Plumas y Colmillos
VampireEn las sombras del bosque decadente, donde la lucha entre la luz y la oscuridad es eterna se encuentra ella,corriendo por su vida pues sus alas están muy lastimadas, entra en tierras prohibidas que le darán a su existencia un cambio radical que ella...