Prólogo

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 Julio de 1999, Seúl, Corea del Sur

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Julio de 1999, Seúl, Corea del Sur.

Siempre pensó lo fácil que era ser una persona soñadora, pero al mismo tiempo lo difícil que podía llegar a tornarse.

Es bien sabido que soñar en grande no cuesta nada, era fácil poder pensar en todos esos sueños, metas y anhelos que siempre quiso cumplir desde que era pequeño; sin embargo era más difícil de lo que esperaba cuando se esforzaba todo el tiempo para que algún día no solo fueran objetivos vacíos, parlotear promesas que algún día juraba cumplir; sino que realmente tuviera la oportunidad de estudiar en la universidad de sus sueños, en un futuro ejercer en el trabajo que siempre anhelo, poder sentirse orgulloso de decir que siempre confío en si mismo para lograr todo lo que siempre quiso. En especial, la parte más difícil de ser un soñador con los pies bien puestos sobre la tierra era tener que sobrellevar los comentarios negativos de las personas acerca de lo mucho que te subestiman. Como a pesar de lo mucho que te esfuerces nunca van a confiar en ti para sobrellevar todas esas tareas difíciles autoasignadas, y en el peor de los casos, abandonarte justo cuando más necesitabas de su apoyo. 

Al menos así fue en un principio.

El entorno que lo rodeaba; la toga negra que portaba exactamente igual que la que todos los demás jóvenes estudiantes llevaban y aquel pedazo de papel tan simple pero tan importante enmarcado con las letras de su nombre en grande y en cursiva, entre las palmas de sus manos demostraban lo lejos que había llegado.

– ¡Jungsoo!

Escucho a lo lejos un llamado femenino en busca de su persona. Sonrió casi inmediatamente cuando divisó la figura de una chica abalanzarse sobre su cuerpo sin cuidado, trastabillando en el procesos pero buscando tomar delicadamente la cintura de la fémina aferrada con los brazos en su cuello.

Recibió gustoso el pequeño toque de labios que su novia le propinó apenas se tomó el tiempo de mirarla.

– Estoy tan orgullosa de ti, cariño – mencionó apenas la bajo con celo tomando atención especial en no lastimarla en el proceso – Desde el fondo de mi corazón, siempre supe que lo lograrías.

Agradecía enormemente que, a pesar de que muchas personas fueron y vinieron a lo largo de aquel largo proceso por el que tuvo que desarrollarse para llegar a donde está ahora, su novia fue una de esas personas especiales que nunca lo dejaron atrás, tomando su mano fuertemente y acompañándolo durante todo ese trayecto que implicaba mucho esfuerzo y trabajo de por medio, que incluso a pesar de haber tenido momentos donde su prioridad más importante fue concentrarse arduamente y estudiar sin descanso aún así conllevará dejar de lado la atención de su novia, nunca lo presionó ni lo hizo dudar de sus capacidades para lograra dodo lo que quisiera y más. Al contrario, fue más comprensiva y considerada que creía que, era demasiado afortunado y no podía atesorar una mejor compañera de vida que Yuna. Aunque aveces se devastará en la culpabilidad pensando que no la merecía, Yuna más de una vez lo hizo cambiar de opinión alegando que no era así, que dejara aquellos pensamientos agobiantes y que jamás dudara de su felicidad estando a su lado sin importar lo que pasará.

SIBYLLINE | r.kDonde viven las historias. Descúbrelo ahora