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Rui tomaba el tren nocturno por una razón, solo para ahogarse y sentarse en su soledad ya tan reconocida y aceptada por él

Era un escritor de libros, que ya había publicado algunos

Tenía que planear varias ideas para que la editorial no dejará de trabajar con él

Sus libros no eran demasiado vendidos, por más que se esforzaba. Le pagaban poco comparado a los demás escritores

Siempre pensó que no era bueno en su trabajo. No tenía pareja, su mamá vivía en un pueblo poco accesible y su papá nunca lo conoció

Tuvo que salir a la ciudad para buscar oportunidades. Que a este paso, terminaría regresando a trabajar en el campo

Siempre pensó que entré más edad tuviera, más reconocido sería. Tenia 22 años en ese momento, y anhelaba ser mayor para darse cuenta que la realidad que inventó, tuviera una pizca de realidad.

Entró al último tren del día, el horario de las once de la noche

Recién había conseguido un trabajo en una cafetería al centro de la ciudad. Sus libros no le daban para vivir y tenia que trabajar en otras cosas y con horarios excesivos

Traía una bolsa de papel en la mano, un pan estaba dentro. Era su cena, no había más. De todos modos, se conformaba con eso, ya que por suerte no tenía el estómago grande

Se sentó en el vagón mientras las pocas personas que habían en la estación tomaban el tren

Multitudes bulliciosas o durmientes silencios. No sabía cuál era peor

Estaba cansado de un día entero de trabajo, muchas veces llegó a odiar su vida

Estaba solo en esa ciudad tan mounstrosa, no tenía familia allí ni nadie que lo acompañará

Abrió el libro que llevaba en su mano y mientras comia su cena, lo comenzó a leer

Las migajas de pan no eran desperdiciadas y caían sobre el papel grueso del libro que leia

Empezaba el otoño y las bajas temperaturas también lo hacían

Sus manos estaban frías, y por más que las frotara no daba resultado

Su estación era la última parada, ya que vivia significativamente lejos. La mayoria de la gente había bajado ya, pero él aún seguía allí

Al ver qué no había nadie por allí, se recostó un rato en los asientos mientas se ponia su sombrero en la cara

Era tarde, tenía sueño. Solo esperaba poder descansar un poco y despertar hasta que llegara a su destino

Tenía el libro en su pecho mientras dormía, la bolsa de papel debajo de este

Entre sueños escuchó la puerta abriéndose y seguramente, las personas de allí saliendo. Ya que era la penúltima parada

Tenia que despertarse ahora, si no probablemente no se despertaría para la siguiente

Bajo un poco el sombrero de sus ojos, pudiendo observar la luz amarilla tenue del tren que daba sombra

La gente había salido. Rui suspiro, sabía que era el único en el tren ahora

Pero no

Un chico de cabello rubio brillante con un sombrero entro en esa estación

¿Cómo podia describirlo? A Rui le encantó esa vista. Definitivamente.

Abrio los ojos cuando lo vio entrar se acomodó un poco mejor. Ver a un chico durmiendo en el tren sería incómodo

Se cayó el libró que aún mantenía en su pecho mientras lo veía

- Mierda... - Susurro mientras recogía el libro, cuyas hojas se habían doblado por la caida

El chico rubio se sento unos tres asientos del lado contrario frente a él. Parecía llevar un maletín, y cuando se sentó se quitó el sombrero

La luz amarilla tenue que iluminaba el tren hacia resplandecer con un color calor sus lindos cabellos rubios

Si bien era cierto que no podía verlo totalmente bien, no le quitaba los ojos de encima

El chico volteó y Rui apartó la mirada. Se quedo mirando a la ventana como si no estuviera hipnótico con su pelo

Llegaron a la última estación ya era madrugada. Las puertas se abrieron, el chico tomó su maletín y Rui se levantó para salir del tren

Rui salió primero, y después él

Ambos iban a la misma dirección, o eso parecía. Porque ambos iban caminando a un lado del otro

Rui estaba nervioso. Eran los últimos en la estación de tren y sus pasos subiendo las escaleras resonaban por las paredes

Miro sus manos, que estaban descansando en su costado. Miro sus ojos, color naranja y su perfil tan bien dibujado

Una vez que salieron de la estación subterránea ambos tomaron caminos paralelos.

El frio y la soledad de la noche invadieron a Kamishiro quien no se quería separar aún del extraño encantador

Dejo de escuchar los pasos del contrario, no se atrevió a voltear.

No lo iba volver a ver, de todos modos. Fue un amor platónico de una noche

- Tsukasa, me llamó Tsukasa

›Champagne problems‹| RuikasaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora