0. 𝘗𝘳𝘰𝘭𝘰𝘨𝘰

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"𝐸𝑛 𝑠𝑢 𝑎𝑚𝑜𝑟 𝑝𝑟𝑜ℎ𝑖𝑏𝑖𝑑𝑜 𝑒𝑛𝑐𝑜𝑛𝑡𝑟𝑎𝑟𝑜𝑛 𝑠𝑢 𝑟𝑒𝑑𝑒𝑛𝑐𝑖𝑜𝑛 𝑦 𝑠𝑢 𝑐𝑜𝑛𝑑𝑒𝑛𝑎"

"𝐸𝑛 𝑠𝑢 𝑎𝑚𝑜𝑟 𝑝𝑟𝑜ℎ𝑖𝑏𝑖𝑑𝑜 𝑒𝑛𝑐𝑜𝑛𝑡𝑟𝑎𝑟𝑜𝑛 𝑠𝑢 𝑟𝑒𝑑𝑒𝑛𝑐𝑖𝑜𝑛 𝑦 𝑠𝑢 𝑐𝑜𝑛𝑑𝑒𝑛𝑎"

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𝑁𝑎𝑟𝑟𝑎𝑑𝑜𝑟 𝑂𝑚𝑛𝑖𝑠𝑐𝑖𝑒𝑛𝑡𝑒

Su respiracion era erratica sintiendo como aquel aire frio ingresaba en sus pulmones creando fisuras heladas al respirar tal como si en lugar de respirar oxígeno dus pulmones se inundaran de agujas venenosas listas para atacar y dañarlo en cualquier instante , su cabello estaba regado como las enredaderas de las flores silvestres cubriertas en la sombra de un arbol.

- Mirate Damian no eres mas que un pequeño cordero asustado- hablo tan cerca que aquel oxigeno doloroso se volvio enrealidad un veneno mortal por lo que no respiro , no podia hacerlo.

-Al menos yo no me ensucio las manos ante una sucia mafia señor veo que no conoce el significado de tener doble moral, aunque admito que es usted la  definición de ella.

   Una leve risa escapo de los labios de el contrario como una vacilación de gracia remota y sarcastica , los largos cabellos azabache de el mas alto se desordenaron con levedad mientras su pasos lentos y confiados se anunciaban bajo el sonido perturbador de el agua bajo aquellos costosos zapatos cada fraccion de su ser detonaba la perdicion absoluta,  incluso en sus ojos aquellos ojos oscuros eran solamente un infierno sin escape , un lugar en el que podias ahogarte pero lo cierto era que una vez entraras en aquella carcel ya no podrias escaparte.

  Por su parte retrocedio con lentitud casi sin querer hacerlo pero sin poder apartarse , era mucho mas bajo que aquel hombre y aquello le fastidiaba en demasía de hecho todo de el contrario le molestaba , era como la espina incrustada de una rosa que querias tomar , pero una espina envenenada que te asesinaria lenta y tortuosamente , aunque sus pensamientos frenaron en el momento en que su espalda  choco contra un muro cercano podia sentir el frio a travez de la fina tela de su camisa blanca la cual estaba sucia y desprolija.

-Apartate de mi.- alcanzo a decir detallando como lentamente se acercaba casi como un animal queriendo devorar a una presa inofensiva.

   Lentamente, sin proferir palabra alguna, el misterioso individuo continuó avanzando con una determinación que no admitía réplica, cada uno de sus pasos resonando en la habitación en perfecta armonía con el palpitar acelerado del aire que los rodeaba. Fue así que, sin previo aviso, sus zapatos se encontraron en un breve instante de complicidad con los del más bajo, como si el destino mismo hubiera conspirado para unir sus pasos en un silencio elocuente que los envolvió en una atmósfera cargada de una tensión palpable y emociones latentes.

El silencio que los envolvía adquirió una cualidad extraña y atractiva, como una melodía que solo ellos dos podían escuchar, una partitura formada por el susurro inaudible de sus respiraciones entrelazadas y la electricidad perceptible que fluía entre ellos. Fue en ese instante que, en un acto de osadía contenido, el más bajo alzó tímidamente el rostro, deseando cruzar su mirada con la del misterioso individuo, ofreciéndole sin palabras el desafío silencioso que tanto ansiaba: la "guerra de miradas" a la que él con tanto gusto aludía. Para él, no se trataba solo de un intercambio visual cualquiera, sino más bien de un duelo sutil pero apasionado, un entrelazamiento de almas a través de la mirada que trascendía las limitaciones de la realidad cotidiana.

Mientras tanto, en su interior, una mezcla embriagadora de emociones tumultuosas se desataba, desgarrando su ser con la intensidad de un torbellino. Deseo, curiosidad, y una pizca de temor se entremezclaban en su ser, fusionándose en una amalgama de sensaciones que lo invadían y consumían.

Y en respuesta a su silenciosa provocación, los ojos oscuros de su acompañante lo atraparon en un torbellino sin fin, afilados como dagas y mortales como balas, imprimiendo en su ser una sensación de vulnerabilidad y fascinación indomable que lo consumía sin piedad, formando una conexión inexplicable que parecía trascender las barreras del tiempo y el espacio.

- Esta vez me hiciste enojar demasiado - dice levemente el mas alto sin ninguna expresion en su rostro que la mayoria del tiempo presenta una juguetona sonrisa.

  Fue asi cuando sus pupilas se dilataron de manera tormentosa sintiendo de esa forma la mano enguantada apretarse al rededor de su cuello ejerciendo una presion dolorosa sobre su palida y delicada piel , incluso quiso protestar sin embargo las palabras murieron en su garganta como un cosquilleo inervecente  cuando el metal de un arma hizo contacto de forma fria contra su mejilla derecha.

-Presenta una acusacion divertida tomando en cuenta el hecho de que es usted la simple mascota del gobierno , puedes intentar humillarme todo lo que quieras ¿Damian? ¿Ese era tu nombre? , de cualquier forma repito , puedes intentarlo pero al menos yo me ensucio las manos porque quiero y no porque no puedo negarme.

- Ahora finjes ni entender mi nombre pero acabas de enojarte solo porque me viste con ella , lo que yo haga o no es mi problema Mason asi que te aconsejo que dejes de estar metiendote en mis asuntos.

El clic del seguro del arma resonó a través del aire mientras el misterioso hombre de ojos oscuros trazaba su trayectoria a lo largo de la mejilla del más bajo, finalmente apuntándole en un costado. Por un breve instante, Damian contuvo el aliento, su cuerpo expectante ante lo que estaba por venir. Los ojos bicolores de Mason lo escudriñaron con lujuria, perdiéndose en las profundidades de sus iris oscuros. En ese instante comprendió que, a pesar de la aparente demencia de Mason, este no estaba tan desconectado de la realidad como para dispararle. Aún así, la intensidad de su enojo ardía en sus ojos como un fuego devorador, incapaz de ocultar su furia. Sin embargo, en un giro juguetón, le obsequió una sonrisa que prometía un juego peligrosamente seductor.
 

- ¿Que es esta escena de celos? Te consideraba mas...perspicaz pero solo eres un enfermo como todos dicen que eres.


- Estoy enfermo no puedo revatir eso - admitio apretando el agarre en su cuello - Pero tu me sacas de quisio Damian.

- Solo me acoste con ella porque te guste o no Larissa y yo tenemos ese tipo de relación.

- Vuelve a decir eso y te juro que dejare a esa mujer muerta en una zanja ¿por que solo no lo terminas de entender?- tras esa interrogante se acerco mas acorralandolo contra su cuerpo mientras una de sus piernas quedaba en medio de las del otro - Damian tu eres de mi propiedad y nadie puede tocarte un cabello.

- No soy tu...- no logro gesticular nada mas.

Con sus murmullos sofocados, sintió el frío metal presionando su suave cabello, provocando una excitación prohibida. La ansiedad ardía en su pecho, devorando cada fibra de su ser. La mano que sujetaba su cuello se deslizaba sin restricciones, ascendiendo con intensidad hasta acariciar su nuca, sus dedos aferrándose con una fuerza que le hizo cerrar los ojos, aunque lo suficiente abiertos para admirarlo a través de sus pestañas entrecerradas. Aquel rostro perfecto y enigmático exhibía un rastro de fascinación, sumergiéndose lentamente en cada detalle como un artista cautivado por su creación. Pero lo que le dejó sin aliento fue el movimiento del dedo pulgar que acarició su labio inferior con tal intensidad que un gemido escapó de sus labios, para luego presionar su lengua con firmeza, desatando una sensación agridulce indescriptible. Abrió los ojos apenas, observando cómo se acercaba, hasta que sus frentes se encontraron en un gesto íntimo que le hizo cerrar los ojos, sintiendo los latidos frenéticos de su corazón resonar en sus oídos.

- Estoy completamente enfermo contigo y tu eres mio unicamente mio.

𝘛𝘳𝘰𝘶𝘣𝘭𝘦𝘮𝘢𝘬𝘦𝘳 /BL +18/Donde viven las historias. Descúbrelo ahora