049: Atención

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El entretenimiento nunca dejó de faltar una vez que Lucifer se mudó al hotel.

Tanto él como Alastor adoraban la atención de Charlie, y desde que se conocieron, comenzó una competencia por ver quién la obtenía primero.

El rey del infierno estaba consciente de que su hija no se separaría del demonio de la radio, y aunque no le agradaba la idea, estaba conforme con lo que ella quisiera y la apoyaría por encima de todo. Pero eso no significaría que no aprovechara la oportunidad para obtener su atención por encima de ese idiota que tanto odiaba.

Alastor ya de por sí amaba la atención de su novia, pero conseguirla por encima del monarca era mucho mejor.

Por lo que se haría rutinario que los dos iniciaran pequeñas disputas para obtener la atención de la princesa; ¿Están hablando sobre proteger al hotel? ¡El rey del infierno y el demonio de la radio harán lo que sea para protegerlo! ¿Charlie está a punto de cantar? ¡Pues con ellos aquí ya no será una canción en solitario! ¿Ella se siente mal? ¡Los dos están ahí con sus cosas favoritas dispuestos a escucharla y animarla! ¿Tiene hambre? ¡No te preocupes Charlie, tienes pancakes y jambalaya para almorzar!

Los dos eran muy propensos a molestarse cuando el otro se entrometía mucho. Lucifer recorría a las burlas y a los insultos, y Alastor, queriendo aún ser un caballero por su amada novia, solamente respondía aquellas burlas con sarcasmo, pero era evidente para los demás su molestia por la forma en que apretaba tu micrófono y su aura oscura y sombras se manifestaban, similar a cuando se ponía celoso cuando alguien intentaba suerte con Charlie, solo que en esos casos no se contenía ni acababa muy bien para la otra parte.

Charlie en cada una de sus disputas intentaba calmarlos y hacer que paren, pero era imposible, parecía estar en su naturaleza discutir, habían encontrado otra razón más grande por la que pelear que por el poder: Por ella.

"— ¡Si me ponen atención les diré a quién de los dos prefiero! —exclamó elevando los brazos con una sonrisa nerviosa para detener su discusión.

Los dos demonios dejaron de mirarse con odio para suavizar su expresión hacia la rubia.

— ¿En serio?

— S-Sí, ejem, ¡Sí! —respondió más segura.

— Ya dile a este idiota que me prefieres a mí, cariño. —pidió el ex-ángel mirando de reojo al demonio rojo con enojo al insultarlo.

— Claro, solo no se vaya a sorprender cuando diga mi nombre, su majestad. —se burló.

— ¡Yo soy su padre, me elegirá a mí!

— ¡Y yo su pareja, me escogerá a mí!

— ¡Yo la cuido y veo por ella todos los días!

— ¡Yo despierto a su lado y la beso todos los días!

— ¿¡QUÉ ACABAS DE DECIR, PEDAZO DE-

— ¡Los dos tienen razón! ¡Son mi padre y pareja, por eso los prefiero a los dos! —interrumpió acercándose a ellos para que dejarán de discutir. — Aparte de mamá, no habrá nadie que sea tan importante para mí que ustedes, son lo que más amo en el mundo, y siempre contarán conmigo y mi atención, para lo que sea. Sé que esto no hará que dejen de discutir porque no se llevan bien, pero les pido que ya no discutan por ver a quién amo más o quién me ama más, sé que me aman tanto como yo a ustedes y no necesito que me lo estén demostrando para saberlo...

Tanto Lucifer como Alastor se quedaron en silencio ante las palabras de la princesa. Se miraron fijamente, por primera vez sin odio o burla, y luego a la chica.

— En ese caso... Tú tampoco necesitas demostrarnos nada, Char-Char.

— Sabemos que nos amas tanto como nosotros, querida. No volveremos a discutir por eso nunca más.

Charlie sonrió con lágrimas amenazaban con caer de sus ojos, rápidamente corrió hacia los dos demonios y los atrajo en un abrazo.

— ¡En verdad los quiero a los dos! Y siempre tendrán mi atención.

— Lo mismo decimos, cariño. Te queremos.

— Más de lo que te imaginas.

Ella soltó una risita feliz antes de soltarlos.

— Sí, y ya que lo recuerdo... ¿Qué fue lo que dijiste sobre despertar con mi hija y besarla todos los días?

El rostro de Lucifer se ensombreció y una mirada asesina se dirigió a Alastor, quien solo sonrió juguetón.

— ¿Necesitas que te lo repita?—se atrevió a preguntar.

— ¿Charlie? —su padre volteó a ver a su hija, quien abrió los ojos en grande y sonrió nerviosa.

— Ehhh...

— ¡Mira la hora, ya nos tenemos que ir! —Alastor abrazó a su novia y los teletransportó a otro lugar lejos de ahí.

— ¡ME LAS VAS A PAGAR, MALDITO PEDAZO DE MIERDA!

Mientras tanto Charlie suspiró resignada, después sonrió. Esos dos no tenían remedio."

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