Caridad

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Quebrando lentamente su paciencia, tomando pequeños trozos maliciosamente, uno por uno, el ser junto a él estaba destruyendo su cordura, gozando de ello mientras sus labios se movían sin parar ante el diálogo establecido con su oyente.

La mañana parecía apuntar a una relativa calma que tenía más que contento al Demonio Radio, usando un abrigo nuevo color vino arreglaba atento su corbatín, mientras una melodía inconsciente de jazz salía de él denotando su buen humor.

Aprobando su elegante apariencia, con sumo placer tomó su desayuno en su jardín plagado de luciérnagas.

Venado fresco, la sangre resbalaba deliciosa por su paladar mientras la tierna carne aún tibia era masticada con placer entre sus dientes.

No hubo interrupciones, nadie llamó a su puerta, nadie gritó, nadie hizo ningún ruido. En total tranquilidad tomó su primer alimento del día.

Quizá lo único que podría mejorar tal deleite sería un buen café, sí, definitivamente eso lo haría.

Terminando sus alimentos bajó a la planta principal soportando bastante bien las voces de los nuevos huéspedes, los cuales después del anuncio de Sir Pentius siendo redimido y la parcial victoria de la princesa contra el cielo habían aumentado buscando la redención.

Recibiendo corteses saludos correspondió algunos encaminándose al comedor, en éste la princesa y su padre tomaban sus alimentos, quizá por estar presente el gobernante solo ellos dos se encontraban en la habitación.

- ¡Buenos días, Alastor! - saludó animada la princesa, mientras que el Rey dejó escapar una clara mueca de disgusto, a la cual ni le dio importancia deseando continuar con la paz de la mañana.

- Buenos días querida, buen día mi rey - sin dar tiempo a una respuesta desapareció entre sus sombras directo a la cocina donde contribuyendo a su buen humor la cafetera terminaba de estar lista.

- Preparé café como te gusta - la voz de la heredera al trono le hizo voltear sonriendo

- gracias cariño, no debiste

- amm, es sólo que tengo una petición y me gustaría platicarlo contigo y papá

"Claro"

- ¡Por supuesto! Dame un momento

Apoyado por uno de sus zarcillos, el demonio tomó su taza favorita de la alacena, sirviendo directo el oscuro café sin agregar nada más, esto ante la mirada atenta de Charlie quien se removía inquieta.

- Listo

- ¡Genial, ven! - Olvidando lo mucho que odiaba el contacto, la princesa corrió hacia él quitándole la taza y yendo de regreso al comedor donde el soberano los miró extrañado - Siéntate aquí

No hubo tiempo para nada, su taza fue depositada justo al lado del rey sin dar oportunidad a ningún reproche. En realidad no sería tan huraño como para moverse a otro lado, por lo que manteniendo una sonrisa apacible tomó asiento junto a él recibiendo una mirada indiferente.

Sin embargo más allá de prestar atención a eso, lo que realmente le llevó a rodar los ojos fue ver todas las migajas de hotcakes en torno a los labios del soberano. "Qué descuidado".

Notando su acción, el ceño de Lucifer se frunció en claro descontento, afortunadamente antes que comentara algo la voz de la princesa interrumpió una nueva pelea y un seguro musical.

No obstante... a como Charlie contaba su plan para incluir actividades mucho más maduras en los ejercicios de confianza y su padre respondía encantado dando opciones, el tick en el párpado derecho del demonio radio incrementaba con creces al ver aquella boca repleta de migajas moverse descuidadamente mientras éstas caían sobre el traje del rey e inclusive la mesa.

OneShots RadioApple by LinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora