Cama

762 65 21
                                        

Extrañada por la ausencia del anfitrión del hotel, la princesa miraba hacia todos lados intentando encontrar algún residuo de sus sombras, sin embargo ni un rastro acechaba por la estancia, nada. Normalmente cuando salía le avisaba con anticipación, por lo que ahora le parecía sumamente raro.

Notando la mirada inquieta de su hija, el soberano se acercó a ella.

- ¿Pasa algo Charchar?

- No papá, es solo que desde esta tarde no he visto a Alastor - ante la mención Lucifer hizo una mueca, ciertamente había aprendido a tolerar al demonio pero de ahí a que le agradara todavía existía un mundo de diferencia.

- No te preocupes cariño, seguramente andará por ahí acechando

- Ese es el problema, ni su sombra está aquí, quizá esté en su torre - al momento que dijo esto, su mirada se dirigió en automático a su padre mientras comenzaba a sonreír.

- Am ¿Charchar?

De alguna forma había logrado en estos meses que su padre se había quedado en el hotel como residente, que esos dos pasaran de pelear todo el tiempo a saludarse normal e incluso compartir la hora del té, sin embargo aún seguía buscando oportunidades para que su relación fuera más estrecha.

Justamente, he aquí una oportunidad más.

- Papá, ¿Me podrías hacer un pequeño favor?

- ¡Por supuesto cariño! Todo lo que quieras

- ¡Bien! - sonrió - ¿Podrías ir a buscar a Alastor y traerlo para que podamos cenar? - Todo el entusiasmo de Lucifer se esfumó, cuál niño chiquito volteó la mirada enfurruñado y asintió a regañadientes, cosa que hizo sonreír a la princesa - Gracias papá, eres el mejor

El estado de ánimo del mayor se iluminó con el cumplido. Sin dudar abrió un portal directo a la puerta del demonio radio.

- ¡Déjamelo a mí amorcito!

Una vez cerrado el portal, su sonrisa trastabilló.

Está bien, no era nada del otro mundo, además ya soportaba más a ese Bambi, por lo que llamarlo no era la gran cosa ¿Verdad?

Llegando a una conciliación consigo, no dudó al momento que tocó la puerta, sin embargo solo un inquietante silencio le respondió.

Extrañado nuevamente tocó, claramente podía sentir la energía del demonio pelirrojo dentro de la habitación.

- ¡Ey, botones! - llamó, pero no hubo respuesta - Oh por mi padre, ¡No puedes ser tan grosero como para ni siquiera atender a tu rey!

Más silencio.

- ¡Sé que estás ahí!

Nada.

Totalmente irritado no dudó al abrir la puerta sin permiso, entrando enojado y con sus cuernos asomando.

- ¡Escucha tú, desconsiderado botones, yo solo-

La diatriba que estaba a punto de soltar tuvo que verse detenida al notar un silencio sepulcral. Escaneando la habitación se percató de la ausencia del demonio.

Avanzando con cautela examinó cada rincón, pero nada, posteriormente su mirada se fijó en aquel bosque, el cual no negaría que ciertamente le parecía encantador.

No dudó al momento que se adentró en éste, notando que más allá de una ilusión en realidad parecía tratarse de otra dimensión. Sin querer admitirlo le dio un punto al venado, usar una dimensión requería de un grado considerable de poder.

El leve sonido de hojas le hizo voltear rápidamente encontrando una sombra oscura que se acercaba, por un momento creyó que el demonio radio emergería de ésta, pero contrario a eso la sombra solo se manifestó frente a él, completamente apacible.

OneShots RadioApple by LinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora