Hy Sinh [Uzumaki Naruto]

[Capítulo 6]

Niebla mortal

—Llevamos días en esta magnífica embarcación y aún no divisamos tierra —comentó la castaña, observando el horizonte con aires de capitán—. A pesar de todo, los tripulantes se mantienen firmes. Qué orgullo me hacen sentir... bueno, la mayoría —añadió, lanzando una mirada de desagrado hacia Sasuke, quien no tardó en responderle con una mirada igualmente molesta—. Como sea, tripulante Jūjū —continuó, enfocándose ahora en su títere—, ¿cómo crees que será el famoso puente del viejo Tazuna? ¿Crees que sea más grande que los de la aldea?

—Parece que será bastante grande.

—¿Eh? ¿Cómo lo sabes? —preguntó Gwen, intrigada.

El títere sujetó sus mejillas y, con un giro, la obligó a mirar hacia adelante.

—Mira.

—¡Wow! ¡Es inmenso! ¡Increíble! —exclamaron Naruto y Gwen al unísono, sus voces llenas de asombro.

—¡Silencio! —los reprendió el hombre que remaba, frunciendo el ceño—. Les dije que no hagan ruido. ¿Por qué creen que estamos viajando con el motor apagado y remando?

Naruto y Gwen se cubrieron la boca al instante, mientras Sakura y Sasuke intercambiaban miradas, suspirando ante lo tontos que eran sus compañeros.

Kakashi, algo más relajado, soltó un suspiro cansado y habló con tono serio:

—Antes de llegar al muelle, señor Tazuna, necesito saber por qué lo buscan y quiénes van tras de usted. Si no nos da esa información, me temo que tendré que considerar dar por terminada la misión en cuanto toquemos tierra.

Tazuna soltó un largo suspiro y comenzó a explicar la situación. Gwen, al principio, intentó prestar atención, pero en cuanto el relato se tornó largo y lleno de detalles que no le interesaban, su mente empezó a divagar. Su mano izquierda, donde llevaba el títere, quedó apuntando hacia ellos, como si estuviera atento a todo lo que se decía. Mientras tanto, con la otra mano, Gwen bajó hacia el agua, comenzando a jugar suavemente con la fría corriente.

Naruto, sentado junto a ella, miraba de reojo a Gwen y Jūjū, creyendo que ella seguía la conversación con atención. Kakashi, sin embargo, lanzó una rápida mirada en dirección a la joven, notando cómo sus dedos jugaban con el agua y su mente claramente había volado lejos de la explicación de Tazuna. Pero decidió no decir nada, centrándose nuevamente en el constructor.

—No entiendo. Si usted sabía que esos hombres eran peligrosos, ¿por qué nos lo ocultó? —preguntó Kakashi, su voz tranquila, pero con un tono de advertencia.

—Porque la Tierra de las Olas es un lugar pobre —respondió Tazuna, con un tono cargado de resignación—. No hay dinero para misiones de tipo A o B. Si ustedes me dejan una vez que lleguemos a tierra, no habrá puente. Ellos me matarán antes de que llegue a mi casa. Pero no se sientan mal por eso... Claro, mi pequeño y dulce nieto se enfadará y llorará, gritará: "¡Abuelo! ¡Quiero a mi abuelo!" Y mi hija condenará a los ninjas de la aldea oculta entre las hojas hasta la muerte por abandonar a su padre, pero no se preocupen, no será su culpa.

El tono dramático de Tazuna alcanzó un punto culminante cuando mencionó a su nieto, lo que hizo que Gwen, quien hasta ese momento seguía distraída jugando con el agua, volviera a prestar atención. La exageración en su voz la hizo fruncir el ceño ligeramente. Se giró hacia el títere y susurró:

—Oye, Jūjū ¿el borrachín...está haciendo lo que creo que está haciendo?

Jūjū asintió lentamente con su pequeña cabeza, como si compartiera la misma incomodidad que Gwen.