Movie Night

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Ya había pasado un mes desde lo ocurrido con Valentino, los huéspedes habían tenido grandes avances, las clases con Alastor habían ayudado en gran medida a este pequeño logro se diera, ya que gracias a la enseñanza musical los huéspedes tenían algo más en que concentrar sus mentes y no distraerlas con los placeres mundanos que el exterior ofrecía. Ángel seguía hostigando a Husk, quien, aunque aparentara que se enojaba y lo alejaba, siempre mantenía un ojo en él. Charlie no podía estar más contenta, claro solo un demonio más se había inscrito, pero en cuanto la primera alma se redimiera, estaba segura que el hotel estaría a reventar.

Durante su recorrido por el hotel, se detuvo a ver la terapia de Vaggie, era buena, algo estricta, pero se notaba que los inquilinos la respetaban y por ello tomaban en serio las sesiones. uno de los inquilinos en un ejercicio la abrazo, Charlie pensó que como las veces con Alastor, ella se enojaría, pero no sintió nada y eso la puso a pensar. Sus pies la llevaron al bar del hotel, pensaba saludar a Husk cuando vio que había un grupo de señoritas demonio reunidas.

— Husk, hola, ¿Qué es lo que pasa, Porque hay tantas mujeres aquí?

— princesa, son el grupo de admiradoras de Alastor- Husk dio un trago a su bebida y le sirvió una copa a la chica.

Charlie no reparo en lo que le había puesto enfrente Husk, pues buscaba con la mirada a Alastor dentro de aquel grupo de mujeres. De nueva cuenta aquella sensación de molestia, su buen día se estaba echando a perder

— ¡señor Alastor, salúdeme en su próxima transmisión!

— ¡señor Alastor, deme su autógrafo!

Un mar de gritos inundaba la instancia, Charlie bebió de golpe la copa que le sirvió Husk.

— otro.

Husk sirvió de nuevo, decidió guardar silencio pues la mirada que estaba dando la princesa auguraba la muerte de alguien próximamente... y él no quería estar en la lista.

Una hora, una maldita hora es lo que aquel grupo llevaba robándole la atención de Alastor y ella iba ya por la 5 botella.

— señor Alastor, señor Alastor, pinches viejas arrimadas.

Charlie las remedaba mientras que con una de sus manos imitaba las bocas de las mujeres y con la otra le hacía señas a Husk para que le continuara sirviendo. Ángel que tenía poco de haber llegado miraba entretenido las reacciones de Charlie, sobre todo cuando las mujeres nombraban al venado.

— te lo advertí bebe, si no le pones tu correa alguien más se la pondrá —Ángel por los pelos esquivo un puñetazo que Charlie le había lanzado — oye tranquila que las víctimas son la de haya —

— ¡señor Alastor...! — una de las mujeres tomo por el brazo a Alastor.

Se escucho un vidrio romperse, Ángel miro con miedo a Charlie que tenía la mano apretada donde antes estaba la copa, escurría vino y sangre por su mano, sus ojos estaban inundados de odio. Ángel se pasó del lado de Husk y lo abrazo "no quiero que se desquite conmigo" pensaron ambos mientras se mantenían en silencio.

— oh querida mía, eso no se ve para nada bien — Alastor se había materializado frente a ella y le había tomado por la mano para empezar a revisarla. Todo el enojo que sentía comenzaba a desaparecer, más al notar como la miraban las mujeres por el trato que el demonio le profesaba.

— tenemos que ir a la enfermería querida, hay que limpiar tu herida, lo siento damas, pero por hoy tendremos que terminar esta reunión.

Alastor la ayudo a levantarse y pasando su brazo libre por la cintura de esta salieron del área del bar, Charlie miro sobre su hombro y la mirada que le dedicaban las mujeres la lleno en su orgullo, les dedico una mirada de prepotencia y burla antes de regresar su vista al frente y mirar a Alastor.

Sinfonía de los condenados: SombrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora