silencio...
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El mar estaba mas helado que nunca, pero Tyler no podía dejar de estar al lado de Josh, simplemente no podía.
-...Estaría bueno prender como una semi-fogata. --dice Tyler, raspando la arena con un palito que encontró entre las piedras mojadas--
- Es muy tarde, la gente nos va a ver y probablemente llamen a la policía. --dice Josh, mirando al mar, observandolo desde cada esquina y cada mínimo detalle--...Cuán grande y gigantesco es... Desearía vivir ahí. --dice, volteando a ver al castaño--
- Si vos querés, yo también quiero. --sonríe, mirándolo--
- No tendrías que depender de mí. --aparta la mirada-- No lo tendrías que hacer.
- ¿Por qué? --inclina levemente la cabeza-- ...No tiene nada de malo.
Justo cuando Tyler termina de hablar, una persona con una linterna gigante se para detrás de él, alumbrandolo.
- Joven, no puede estar acá a estas horas. Le voy a pedir que se retire, por favor. --dice el guardia, dirijiendose a Tyler--
- Espere... --dice tapandose los ojos por la luz de aquél foco-- Mi amigo también se tiene que-
Cuando Tyler volteó a donde estaba Josh, sorprendentemente ya no estaba. ¿Que raro no? Si hacía 10 segundos estaba ahí...
- Joven, por favor. --insiste--
Tyler se levanta mirando a todos lados, planeaba encontrar la mirada de su amigo en alguna parte, pero parecía que el viento se lo había llevado consigo, que las olas se lo habían tragado. Simplemente desapareció.
El castaño decidió marcharse con un mal presentimiento, aunque sabía que si volvía al día siguiente lo iba a encontrar sentado en el mismo lugar de siempre, esperando por su llegada.