Capítulo 3

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Capítulo 3: Moriré solo.

[En el capítulo anterior]

Jesús: Disculpe, no le ha quitado el grillete que tiene en el cuello.

Guardia: Eso es aparte, mocoso. Si quieres quitarlo, son 5,000 Drials. ¿Los tienes?

Jesús: ¿Qué? No, no tengo esa cantidad.

Guardia: Entonces, por ley, se queda *dijo antes de dirigirse a la chica*. Si te vuelven a atrapar en algún acto delictivo y notan que llevas ese grillete, no vendrás aquí. Irás directamente a una de las salas de castigo por 7 días. ¿Entendido, mocosa?

Chica: *asiente enojada*

_Después de eso, simplemente nos ordenó irnos, amenazando con arrestarnos por invadir las barracas fuera del horario de cierre, que era a las 10 pm y solo faltaban 4 minutos. Inmediatamente, la chica y yo salimos de allí, ya que no había nadie que nos salvara si nos arrestaban. Aunque no estaba seguro de si me pasaría algo, después de todo, si el crimen no era lo suficientemente grave, solo me soltarían con una advertencia, al menos eso creía. Para mi salud mental, prefería pensar que sí, si no, comenzaría a temer por el más mínimo error.

_Fuera de eso, una vez que salimos de los terrenos de las barracas, no pude evitar dar un largo suspiro. Prácticamente me había quedado sin recursos económicos, apenas para un desayuno y un almuerzo si buscaba comida en aquel bar barato. Al menos podía agradecerle a la Sensei por la información y la pequeña cena que me invitó, aunque al final casi nada me quedó en el estómago gracias a su última "lección" sobre qué pasaría si rompía las reglas de la sociedad actual. Ahora, mi problema era la chica. Sí, sé que se parece mucho al cliché de "chico salva a chica en apuros y se vuelven compañeros en el Isekai", aunque en mi caso los apuros fueron en parte mi culpa, aunque también tarde o temprano la terminarían atrapando. Pero bueno, no podía permitirme ser el héroe que salva a la chica y bla, bla, bla. Solo tenía 45 Drials encima; una vez que se me acabaran, sería oficialmente un vagabundo, si es que no podía considerarme ya uno, ya que no me alcanzaba para tener una habitación hoy, así que dormiría en la calle.

Chica lobo: *mira a Jesús con recelo, especialmente al ver el bate de metal en su mano*... Hijo de las bestias...

Jesús: *suspira en sus adentros* «Debería ir a buscar a la maestra, aunque por lo de antes...» *se rasca la cabeza* Oye, chica, ¿podría hacerte una preg-

¡¡[Fortaleza]!!

Jesús: *mira algo acercarse violentamente hacia su rostro*

Chica lobo: *le conecta un poderoso puñetazo en el rostro mientras su cuerpo se ve levemente rojizo*

Jesús: «¿Qué demoni-...» *pensó mientras su rostro empezaba a ser empujado de forma violenta hacia abajo*

Chica lobo: ¡AHHHHH! *Lo estampa contra el suelo y rápidamente salta hacia el bate que sale volando de las manos de Jesús* Ahora sí, hijo de perra, me voy a asegurar de que tú y tus amigos sepan que meterse conmigo fue su error *grita apuntando el bate hacia Jesús*.

Jesús: ......

Chica lobo: *mira a Jesús sin moverse y luego observa cuidadosamente a su alrededor* Levántate, infeliz, ¿qué...? *se acerca a él pero se detiene al ver su rostro, con la nariz rota y varios dientes perdidos*

Jesús: *simplemente empieza a aparecer un charco de sangre bajo su cabeza*

Chica lobo: *abre los ojos* Mierda... Yo... ¿Lo maté?... Oye, ¡oye!

Jesús: *mirando el cielo, escucha cada vez más lejos la voz de la chica mientras la oscuridad aumenta* «Feo mundo... No... Un mundo de mierda».

[continúa]

El Mago olvidado.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora