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༺ El tiempo de un día ༻

  Elden, a falta de una palabra mejor, era un bárbaro.

  Su naturaleza innata era la de un loco y su disposición hacia la violencia significaba que era de los que resolvían sus problemas con los puños, más que con la mente.

  Su cabeza, desprovista de cualquier tipo de sabiduría o conocimiento, estaba en cambio llena de placer y codicia. Era un hombre que había abandonado cualquier atisbo de cultura para vivir la vida de un rufián.

  Era más apto para ser un gamberro de los barrios bajos que un noble de la familia de un conde.

  Y...

  Un hombre así era más adecuado para aplastar a sus oponentes bajo su talón y apoderarse de sus posesiones.

  Ese era el tipo de hombre que era Elden Raphelion.

  Hablaba con los puños y no con palabras.

  A veces le costaba recordar algunas palabras, lo que hacía que sus frases sonasen como basura.

  Las pobres almas que señalaban tales faltas eran golpeadas sin piedad. Así disimulaba este hombre sus defectos de educación.

  Había utilizado esta táctica con gran éxito, consiguiendo incluso ser el mejor alumno.

  Así que era natural que careciera de la finura de la retórica y la elocuencia para los debates.

  Y Lumia, que era consciente de este hecho, no pudo evitar sentirse confusa.

  '......¿Qué demonios?

  Estaba diferente.

  Aquellos ojos carmesí que antes estaban llenos de una ferocidad bestial se habían vuelto apacibles como los ámbares de un hogar. Los labios que sólo escupían palabras crueles y groseras, ahora eran afilados, proclamando discursos llenos de miel.

  Había sido derrotada.

  Ella, la Tercera Duquesa, había perdido en un duelo verbal.

  Nunca había previsto la derrota en un debate que ella misma había orquestado.

  Era como si hubiera discutido con una persona completamente distinta.

  ¿Acaso aquella bestia salvaje se había reformado tras un incidente ocurrido después de su graduación en la Real Academia?

  ¿O tal vez había despertado de algún modo al golpearse la cabeza contra el suelo?

  Considerando las posibilidades, esto último parecía lo más probable, pero no había ni un solo registro documentado que sugiriera que había sufrido un accidente lo bastante grave como para provocar un cambio en su personalidad.

  O quizás......

  "¿Realmente ha cambiado?

  Imposible.

  Era una idea absurda, con una probabilidad casi nula de ser cierta.

  Sin duda, esto sólo podía significar que algo sucio estaba en juego.

  Tal vez alguien podría estar haciéndose pasar por él con la ayuda de la magia o alguna hechicería oculta.

  Algo lo suficientemente fuerte como para engañar a los sentidos de Gelwood.

  "O quizás......

  ¿La reconocía como Erenscia Velroc de su época en la Real Academia?

  No debería ser posible, pero si era cierto, no había que desaprovechar una oportunidad así.

Transmigrado A Una Fantasía Romántica TrágicaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora