Día 1: Cabello | SasuNaru

797 61 11
                                    

Disclaimer: los personajes que utilizaré para este reto son de sus respectivos creadores, yo solo los usaré para mi entretenimiento.

...

Una de las peculiaridades que distinguían a las sirenas de las demás especies marinas eran sus capacidades curativas. Por lo general, utilizaban mechones de su cabello para sanar a cualquier ser. Aunque en algunos casos sí se requería hacer algún tipo de trato con el afectado, como sucedió con Sasuke. En las profundidades del mar, solían ocurrir constantes batallas entre tritones de distintas zonas, que se dividían en puntos cardinales. El moreno sería el segundo al mando de la Región Norte, ya que era el menor de la familia Uchiha. Sin embargo, siendo tan joven y con responsabilidades, él tenía que aprender a desenvolverse a la hora de luchar.

Nadie podía negar que el hijo de Fugaku era igual de talentoso que su hermano mayor, pero tenía un enorme ego que le jugaba en contra. Sasuke confiaba sobremanera en sus habilidades y siempre terminaba por desmeritar la fuerza de sus contrincantes. En un sangriento enfrentamiento con sus enemigos naturales del Sector Sur, el tritón de cola negra, acabó con una herida que parecía mortal en su costado derecho. El dolor era terrible, imposibilitándolo a nadar para reunirse con el resto de sus aliados, que desgraciadamente ya habían perdido a muchos de sus miembros. Su cuerpo iba cayendo al fondo, convirtiéndose así en una presa fácil.

Sasuke despertó sobresaltado en el interior de una cueva. Era evidente que no había llegado por sus propios medios. Al mirar a su alrededor, logró distinguir, a pesar de la oscuridad, la figura esbelta de una sirena de cola dorada que estaba de espaldas, machacando unas algas con una piedra para obtener una pasta que funcionara como ungüento. Por alguna extraña razón, Uchiha no se sintió amenazado por la llamativa compañía. Optó por no emitir ningún ruido y observar con detalle el largo cabello rubio que ondeaba con elegancia con los movimientos que hacía el desconocido al ejercer fuerza sobre la rústica superficie.

—Tu cuerpo yacía inerte sobre un arrecife de coral, y tuve que actuar de inmediato porque estabas a punto de desangrarte —dijo la sirena con tranquilidad, encontrándose con la oscura mirada del tritón—. Afortunadamente, pude detener la hemorragia, pero aún no estás fuera de peligro.

El moreno quedó anonadado por la belleza de la entidad. No podía apartar la mirada de sus impresionantes ojos azules y las curiosas marcas en sus mejillas. Incluso, la sorpresa fue tanta que momentáneamente olvidó el dolor que sentía.

En el mundo marino, tratándose únicamente de las sirenas, no existía diferencia de géneros como en la biología humana, donde las hembras se encargaban de concebir. Sin importar el sexo, todos tenían el don de engendrar un bebé, ya sea hombre o mujer. Lo único que variaba eran las formas de procreación. Naruto se encontraba en el mejor momento para tener una cría; de hecho, en las últimas semanas había realizado largos recorridos junto a sus amigos con la finalidad de conocer interesantes prospectos, pero el rubio no lograba congeniar con ningún tritón hasta que vio al individuo herido de cabello oscuro que necesitaba de su ayuda.

—Te agradezco que me salvaras —murmuró Sasuke con la voz ronca, después de permanecer varias horas inconsciente—. Por cierto, no me he presentado, me llamo...

—Uchiha Sasuke, sé perfectamente quién eres —interrumpió la sirena, acercándose al tritón—. También soy del Área Norte. Te he visto muchas veces entrenar con tu hermano cerca de los montes submarinos. Mi nombre es Uzumaki Naruto, un placer.

—¿Cómo es posible que no te haya visto antes? —susurró Uchiha, más para sí mismo que dirigiéndose a Naruto, quien esbozó una sutil sonrisa ante el comentario—. Lo lamento, no debí decir eso.

—El océano es tan vasto que muchas veces podemos vivir en el mismo sitio y no coincidir, así que está bien —expresó Uzumaki condescendiente, poniendo con delicadeza el ungüento de algas sobre la profunda lesión de Sasuke—. Eres un tritón fuerte; pudiste haber muerto con tremenda herida. Aunque pienso que se necesitará hacer un pacto para que sanes completamente.

Uchiha sabía a qué se refería el rubio; dentro de la naturaleza de las sirenas tenían el poder de la sanación. Mayoritariamente, utilizaban las propiedades de su cabello para curar a todo aquel que en verdad lo requiriera, desde enfermedades mortales hasta lesiones insignificantes, pero era crucial ofrecer algo valioso a cambio, ya que las largas y sedosas melenas de estos seres necesitaban un extremo cuidado debido al sacrificio de cortar su pelo con el fin de aliviar la dolencia. Por eso a este proceso de intercambio se le llamaba trato. Cada parte iba a obtener una recompensa; uno gozaría de buena salud, mientras que el otro suplía el martirio de su llamativos mechones con un pago que fuera de su gracia.

—¿Estarías dispuesto a realizar un acuerdo conmigo? —preguntó el tritón, mirando fijamente las expresiones de Naruto—. Tu cabello rubio es tan hermoso que no me gustaría que lo cortaras por mí. Sé que podré sanar sin llegar a ese extremo.

—Prácticamente estamos en zona enemiga; como sirena, no puedo luchar contra una horda de tritones. Si queremos salir con vida de esta cueva, debo hacerlo —argumentó Naruto sin titubear—. No es la primera vez que hago tratos, así que debes ofrecerme algo que me interese.

Si el amor a primera vista existía, Sasuke creyó que lo acababa de experimentar al conocer a Naruto. Disimuladamente observó las manos de la sirena mientras le aplicaba la improvisada pomada medicinal sobre su piel. Para su fortuna, el rubio no llevaba ningún anillo, lo que indicaba que no mantenía un compromiso con nadie. El tritón estaba decidido a buscar formas de cortejar a Uzumaki, y no le importaba ser un poco atrevido con la propuesta que planeaba hacer.

—Cásate conmigo, Naruto —habló Uchiha sin dudar, tomando la mano de la sirena.

Naruto se sorprendió en demasía al escuchar las palabras del tritón; en serio pensó que se trataba de una ridícula broma por parte de Sasuke, pero al ver la determinación en sus ojos, se dio cuenta de que era real. Inevitablemente se sonrojó, sin saber qué decir. A duras penas podía pronunciar unas escuetas frases que carecían de sentido, ya que no se esperaba la noticia. Aunque admitía que el moreno era muy atractivo y conocía de sus hazañas, aún no había un trato más personal.

—Parece que al caer también te terminó de afectar el cerebro; ya estás delirando con semejante tontería —rebatió nervioso el rubio sin quitar su mano de la contraria—. Tu ofrenda, más que beneficiarme a mí, sería un premio que te alegraría gratamente.

—¿Por qué estás tan inquieto? —interrogó Sasuke, acariciando con su pulgar el dorso de la sirena—. Después de todo, no te soy indiferente. Hay un interés mutuo entre nosotros. Quizás sea precipitado, pero quiero que sepas que deseo cortejarte como te mereces. Solo dame una oportunidad.

—Primero recupérate y luego veremos qué sucede, Sasuke —respondió Naruto con una sonrisa, preparándose para cortar su cabello—. Asumiré que el cortejo será mi pago por sanarte.

La sirena tomó los largos mechones rubios y los fue seccionando con una piedra afilada, con el objetivo de reunirlos y empezar a recitar un dialecto extraño propio de su especie. De repente, una luz iluminó cada rincón de la cueva, concentrándose principalmente en las hebras doradas esparcidas en el suelo, dando la impresión de que el cabello sería la fuente para pedir un deseo. Uzumaki imploró que el tritón se recuperara, y a una velocidad alarmante, la herida se cerró hasta dejar una pequeña cicatriz.

—¡Increíble! ¡Ya no siento dolor! —exclamó Sasuke emocionado, asegurándose de que no quedara rastro de la lesión en su abdomen—. ¡Es impresionante el don que tienen las sirenas!

—Ahora que te encuentras en buenas condiciones, deberíamos irnos de aquí —sugirió Naruto, observando el exterior de la cueva—. Ha pasado mucho tiempo y temo que mis padres se preocupen por mi ausencia.

—Vámonos, no quiero ponerte en riesgo estando en zona prohibida —expresó el tritón, tomando una vez más la mano de Naruto para salir del refugio.

Ambos nadaron, evitando encontrarse con adversarios de otras regiones. Aunque ya no era necesario que Sasuke sostuviera la mano de Naruto, ninguno de los dos quería separarse. Continuaron su travesía conversando animadamente entre risas, conscientes de que más adelante terminarían juntos como pareja, porque la química que había surgido de manera instantánea no se podía ocultar.

Nota de la autora:

El reto es organizado por la página de Facebook: @Es de fanfics. Consiste en hacer drabbles y one-shots durante los 17 últimos días del mes de mayo con la temática de sirenas.

Yo voy a usar varias parejas de otros fandoms. De igual manera, en cada capítulo pondré el nombre de la shipp correspondiente.

Gracias por leer.

SirenasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora