Día 9: Nacimiento / bebé | SasuNaru

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Nadie sabía cómo reaccionar al descubrir que Naruto se había embarazado de una criatura que no pertenecía al reino. El rubio no tuvo ni un ápice de temor en revelar que se enamoró de una extraña clase de tritón que vivía en las profundidades más remotas del océano. A pesar de que a él y a las demás especies se les tenía prohibido merodear en el fondo marino debido a las historias que se contaban por generaciones, Uzumaki fue el único en cientos de años que decidió romper con la regla del mar. Minato, quien era su padre y también la mano derecha del Rey, se sentía impotente al querer intervenir, ya que el Consejo exigía castigar al joven por desobedecer y esperar un hijo al que consideraban una abominación.

Algunos grupos planteaban que Naruto debía irse a vivir con su pareja. Sin embargo, esa alternativa no era viable porque la presión del mar en tales profundidades era alta, mientras que sus temperaturas podían ser relativamente bajas al no llegar la luz solar. El cuerpo del rubio jamás resistiría las duras condiciones del inhóspito ecosistema al no poseer un metabolismo que lograra adaptarse como el de otras especies. Después de todo, no sabían qué hacer, faltaba poco para que el huevo eclosionara y lo único que se les ocurrió fue prohibir que Sasuke acompañara a la sirena en su cueva.

El tritón se sentía furioso, tenía la responsabilidad de atender las necesidades de su compañero, como salir a cazar para alimentarlo, cuidar el refugio donde residía Naruto con la cría y satisfacer sus antojos. Sasuke entendía hasta cierto punto que, al ser diferentes, aún existía un tipo de estigma social, pero él era el padre del bebé y no pensaba lastimar a nadie, independientemente de su morfología biológica. Con el paso de los meses, las noticias eran escasas y ya no podía soportarlo más; deseaba estar cerca del rubio, sin importar las consecuencias de un posible enfrentamiento. Después de todo, Uchiha era el Rey de las profundidades y contaba con una vasta experiencia en batalla.

—¡Quiero ver a Naruto! —exigió Sasuke a los tritones que cuidaban las cuevas de las sirenas—. ¡No pienso irme de aquí hasta encontrarlo!

Uchiha tomó la drástica decisión de romper con el acuerdo y subir hacia el lugar donde habitaba el joven. El resto de los tritones se sintieron intimidados por la imponente apariencia de Sasuke. Ni siquiera fueron capaces de atacar como solían hacer cuando detectaban a un intruso; de hecho, quedaron totalmente petrificados por la amenazante mirada que les dedicó el Rey.

El de larga melena frunció el ceño al percibir el miedo de los presentes. No dijo una palabra más y salió a recorrer las guaridas hasta toparse con un gran refugio custodiado por un tritón similar a Naruto; intuía que debía ser un pariente.

—Tú debes ser Uchiha Sasuke. Mi hijo me habló sobre ti —comentó solemnemente el rubio mayor, observando el rostro de quien sería su yerno—. He tratado por todos los medios de conciliar con el Rey, pero está alterado porque Naruto se involucró con un forastero.

—Lamento tener que presentarme ante usted de esta manera —respondió el tritón, sosteniendo la mirada de Minato—. Debí pedir su autorización para cortejar a Naruto, pero desafortunadamente las circunstancias jugaron en nuestra contra.

—Ustedes tienen un reino en su contra, pero tú eres la pareja que Naruto eligió y no deberías sentirte culpable cuando, a través de su amor, concibieron a mi nieto —contestó el tritón de ojos azules, esbozando una sonrisa—. Menma nació hace pocas horas, puedes pasar a verlos.

La expresión de Sasuke cambió al escuchar a su suegro; solo atinó a asentir y entró rápidamente a la cueva, encontrándose con Naruto y un pequeño tritón que dormía en sus brazos.

—Dentro de unos días iba a ir a las profundidades para que conocieras a nuestro bebé —susurró Naruto, acercándose a Sasuke con la intención de que cargara al niño—. Mi abuela dice que Menma podrá adaptarse perfectamente a tu hábitat, a diferencia de mí.

—No quiero estar alejado de ustedes —dijo el tritón con cierta ansiedad en su tono de voz, mientras veía a su retoño—. Si tengo que amenazar al Rey de esta zona para que me permita quedarme aquí, no dudaré en hacerlo, Naruto.

—Solo te pido que no inicies una guerra, Sasuke. Aunque no han decidido qué hacer con nosotros, este sitio por ahora es el hogar de Menma —argumentó con melancolía el rubio, apoyando su cabeza en el hombro del tritón—. Me alegra que hayas venido; me hiciste mucha falta.

Sasuke besó los labios de Naruto, decidido a pelear por su familia si fuera necesario. Afortunadamente, no hubo necesidad de llegar a tales extremos, ya que ambos reyes se reunieron para entablar un acuerdo que beneficiara a todos. Uchiha podría quedarse, siempre que mantuviera a sus tropas alejadas de la zona crepuscular.

El Rey de las profundidades se encargó de velar por el bienestar de Naruto y su bebé. Nunca imaginó que terminaría junto a una sirena de arrecife, como solía llamar al rubio, pero sin lugar a dudas, valió la pena.

Notas de la autora:

Esta fue la continuación del Día 5: Mar adentro / profundidad

Gracias por leer. 

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