- Lo lamento - dije en un suspiro y con mi voz temblorosa - Tal vez soy yo quien no te ama como te lo mereces, tal vez, soy yo quien no está dispuesta a esperar tanto para vernos juntas, soy yo quien no quiere luchar por esto, perdóname, pero mi amo...
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Lisa me ha acostumbrado a estar cerca de ella, ahora que lo pienso, dejé de decirte "Lalisa", a Lisa, pero creo que le gusta mucho más que le diga "mi amor".
Es increíble estar a su lado, cada que me lleva al instituto no paran de verla y ya se hizo rumores sobre que estoy saliendo con alguien mayor y que es doctora.
Un sueño para muchas, pero es una total realidad para mi y me encanta. Cada día según mis amigas estoy insoportable por ese hecho, algunas del equipo hasta le coquetean a mi novia en mis narices, pero siempre terminó dándole un beso tierno en los labios de mi novia, para que dejen de fijarse en ella.
Pero es inútil, y Lisa ni lo ha notado, sus ojos están en mi y eso me pone de maravillas. Últimamente hemos estado pasando más tiempo juntas y ella a organizado mejor sus horarios.
Me pone muy feliz que esta a un mes de graduarse y aunque me ha dicho que está nerviosa por llevar las riendas del hospital de su familia, se que lo hará muy bien.
- ¡Jennie ya está la cena! - escuche sus gritos que provenían de la cocina - ¡Ven antes de que se enfríe! - y seguía llamándome y es que así se han vueltos estos días que me lleva a su apartamento, cocina para mi y siempre me consciente con los platillos que me gustan.
- ¡Voy! - grite y me dirigí a la cocina y ahí estaba ella, enfrente de la estufa y con su delantal de ositos que le regale, se ve adorable - Ya estoy aquí amor - dije rodeándola por detrás.
- Me gusta cuando haces eso - dijo acariciando mis manos - Es muy lindo, tú eres linda.
- Tú eres más linda, me conscientes todo el tiempo y no dejas que levante un dedo en tu casa - le dije con un puchero.
- Bueno, es porque quiero que el tiempo que pasemos juntas, te sientas muy amada por mi - dijo esta vez dándose la vuelta y abrazándome - Hice spaghettis - dijo con una sonrisa.
- ¡Mis favoritos! - dije emocionada, podrán haber miles de platillos suculentos pero sin duda alguna los spaghettis son mis favoritos desde niña.
- Ven toma asiento, que te serviré un plato - dijo, sacando una silla de la mesa del comedor - También hice jugo de naranja - dijo y empecé a reír a carcajadas - ¿Ahora que hice? - dijo sorprendida.
- Me tratas como a una niña - le dije entre risas - ¿Jugo de naranja? - dije y ella le dio un sorbo al vaso.
- Está delicioso - dijo probando del jugo - No le veo el problema, ademas es saludable - dijo excusándose.
- Eres tan tierna - dije poniéndome de pie y acariciando su rostro - Muy tierna - bese sus labios.
- Solo sigo las órdenes de tú padre - dijo firme - Nada de alcohol para ti señorita.
- Y tú le obedeces en todo - dije dándole un golpecito en el hombro - Sin duda alguna, vas a cumplir con el papel de cuidarme.
- Yo siempre te cuidare mi amor - dijo estrechándome en sus brazos.
