- Lo lamento - dije en un suspiro y con mi voz temblorosa - Tal vez soy yo quien no te ama como te lo mereces, tal vez, soy yo quien no está dispuesta a esperar tanto para vernos juntas, soy yo quien no quiere luchar por esto, perdóname, pero mi amo...
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El plan había salido a la perfección, las fotos, videos y el sedante en la bebida, todo salió de acuerdo a lo planeado y es que después de todo, era consiente que las fotos habían llegado a su destino, Lalisa Manobal.
Era consciente que me estaba metiendo donde no era bien recibido pero, Jennie no dudaría de mi, después de todo, le ofrecí mi ayuda, claro que no era del todo honesto, el fin de mi plan era que Manobal la despreciará.
Cualquiera el que viera esas fotos subidas de tono, no confiaría mucho en las palabras de su pareja, y es que más allá de acariciarla y besarla. Por poco la tomó como mía, una prisionera que se bien, me pertenece aunque en sus más íntimos deseos no desea que sea yo quien la tome y la estreche en mis brazos.
Cada beso y caricia que fueron robados por mi parte, ardí ahí mismo, sus labios no paraban de decir el nombre de Manobal y cómo le gusta que la acaricie en las noches. Supe ahí mismo que el alcohol más los relajantes sacaban su parte más honesta y sin pedirlo me estaba abriendo su corazón y dentro de el, no había nada para mi, sacó a relucir cada una de las fantasías que le gustaría que le haga su estúpido amor.
Me estaba quemando al punto de enfurecerme, y eso estaba acabando definitivamente conmigo, la mujer que tenía entre mis brazos se estaba imaginando todo tipo de placeres y no era yo, el cumplidor de su placer y su fantasía. Era un placebo o un espejismo, mientras ella, la cual amo con todo mi ser no paraba de decir lo mucho que le gustaría ser tocada por esa tipa que me la robó sin previo aviso.
Esta noche había derramado mis lágrimas, me había quebrado por completo, pero había nacido un nuevo yo, un hombre despechado, herido y ahora el nuevo destructor de su vida. Haría todo para que Manobal la desprecie y la deje.
Jennie Kim me pertenecería ..........
Baje a la cocina por el desayuno, ya eran las 10:22 a.m y me sentía realmente hambriento, me dolía mucho la cabeza, había bebido lo suficiente para tragarme mis lágrimas amargas. Luego que deje a Jennie y a sus amigas en su casa, me ahogue en el alcohol, pero había pasado factura, me estaba reventando la cabeza.
- Llegaste tarde anoche - dijo Yeji, al verme entrar por la puerta de la cocina.
- Fue la mejor noche de mi vida - dije con picardía - Creo que debes agradéceme - dije, abriendo la puerta del refrigerador para sacar algo de leche.
- ¿Por qué debería de agradecerte? - me cuestionó.
- Creo que Manobal está furiosa, decepcionada - dije sirviéndome un poco de leche en una taza - Mmm creo que está soltera de nuevo - dije dándole un sorbo a mi taza con leche y vi su rostro de asombro.
- ¿Qué es lo que hiciste? - cuestionó divertida.
- Digamos que altere las bebidas de Jennie y sus amigas anoche - dije con ironía - La bese, me beso, la acaricié a mi antojo, estaba drogada - dije despreocupado.
