- Lo lamento - dije en un suspiro y con mi voz temblorosa - Tal vez soy yo quien no te ama como te lo mereces, tal vez, soy yo quien no está dispuesta a esperar tanto para vernos juntas, soy yo quien no quiere luchar por esto, perdóname, pero mi amo...
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Destino Seúl, Corea del Sur 🇰🇷
Luego de que tomáramos nuestras maletas y dejáramos los asuntos del bufete en las mejores manos, ya estábamos a unas pocas horas de llegar a casa.
Cuando llame a papá y mamá para darles la noticia estaban muy entusiasmados, sobre todo papá, que desde hace un año estaba muy impaciente con querer que volviéramos a casa, su ilusión es que nos hagamos cargo del bufete de abogados de la familia, pero eso es algo que junto a mi hermana tenemos que pensar meticulosamente.
Después de fundar el bufete que tenemos en New York, no tenía la intención de volver, hasta ahora que mi pasado parece inquietarme.
Pasajero, ajusten sus cinturones el avión está por aterrizar - decía la azafata por medio del altavoz.
- Papá dijo que ya están en el aeropuerto esperándonos - dijo Jisoo sonriente - 6 años sin ellos - dijo nostálgica y yo asentí.
- Se fueron como el viento - suspire - Pero volveremos a estar juntos como familia - dije sonriente.
Al aterrizar, hicimos el típico protocolo que siempre realizas en un aeropuerto y lo tedioso que es esperar por la revisión de las maletas. No traje mucha ropa, no creo que sea necesaria y si lo es, sería una excusa perfecta para ir de comprar un rato.
Luego de que el personal nos diera las maletas y revisara los papeles, a lo largo vi a nuestros padres, tenían un cartel como una frase "Mis mellizas hermosas han regresado", junto con dos ramos de rosas y globos.
Nos acercamos a ellos de inmediato y vi las lágrimas del rostro de mi padre hacerse presente, nos dio un fuerte abrazo y mamá empezó a llorar y vernos de una manera tan significativa, como si hubieran pasado una eternidad.
- Mis niñas son unas mujeres - decía mi madre tratando de controlar sus lágrimas - Han crecido tanto, están hermosas, son unas mujeres maravillosas las dos - dijo muy orgullosa.
- Me cambiaron a mis dos niñas por unas mujeres preciosas - dijo mi padre tocando nuestros rostros - Crecieron tanto, ni parece las niñas pequeñas las que se subieron a ese avión con destino a New York y me regresaron a dos mujerones - dijeron esto riendo.
- ¿Y para mi no hay abrazo? - dijo mi abuela Nora - Mis nietas preciosas, que bueno que regresaron le harán tanto bien a sus padres y a toda la familia, la casa se siente tan sola - dijo con tristeza y juntos todos nos dimos un fuerte abrazo.
Ya en el camino, íbamos conversando de cómo estuvo el vuelo y de las cosas que hicimos cuando estuvimos en New York. Todos estábamos muy felices por estar juntos de nuevo.
Al llegar a casa, todo estaba tal cual lo dejamos, se sentía como si tuviéramos 18 nuevamente, los jardines con las flores de mamá, los cuadros en la sala, el color de las paredes, ese si se veía que era nuevo, los azulejos brillantes, era nuestra hermosa casa, tal cual la recordábamos.
