𝑶𝒔𝒗𝒂𝒍𝒅𝒐
¿Qué le he hecho a la vida? He intentado ser bueno, aunque quizás no tanto como debería. No he mentido, bueno, tal vez un poco. No he robado, salvo algunas galletas de mi abuela y un poco de dinero a mi madre.
No... mejor olvídalo. Ya recuerdo lo que hice.
-Vete, por favor.
Paciencia, ven a mí.
Terminamos hace un año, ¡un año! Y aún parece que no lo asimila. No sé por qué sigue buscándome. No quiero ser cruel con ella, pero ya no sé cómo hacerle entender.
-Pero yo te amo -dice mientras hace un puchero.
Sé que no funcionará, no otra vez.
-Pero yo ya no... Deja de hacerte esto. Eres una chica linda e inteligente; alguien especial llegará a tu vida.
-Pero yo te quiero a ti -insiste.
Respiro hondo.
-No.
Parece enojada y triste; no esperaba esta respuesta. ¡Me ha tirado su refresco!
Y se fue.
[...]
-¿Llovió refresco de mora y me lo perdí? -pregunta Olivia al entrar al edificio.
Su mirada es una mezcla entre burlona y confundida.
-Sí, estuvo buenísima la lluvia. Lástima que te la perdiste.
Ella ríe, una risa encantadora que se ve un poco contenida, ya que se tapa la boca con la mano.
-No lo hagas.
-¿Qué cosa? -pregunta, frunciendo el ceño.
-Taparte la boca cuando ríes.
Ella desvía la mirada y continúa su camino hacia las escaleras. No soy fan de las escaleras, pero esta vez las usaré.
-Mi ex me tiró su refresco -comento, rompiendo el silencio.
-¿Tan mal terminaste? -pregunta con curiosidad.
-Terminamos hace un año y parece que aún no lo asimila. -Hago una mueca y ella asiente en comprensión.
-Quizás te ama mucho.
-Me engañó dos veces y yo la perdoné; tanto no me amaba. - confieso, sintiendo que tal vez no debí haberla perdonado ni la primera ni la segunda vez. Fue mejor dejarlo atrás.
-Qué tonta esa chica -murmura ella, casi para sí misma.
Sonrío ante su comentario.
[...]
Las revistas de la chica que vivía aquí antes deben dejar de llegar a mi casa. Se fue hace un mes, así que debería cambiar la dirección de entrega.Miro la portada y, un momento, ¡conozco a esa chica!
-No. Puede. Ser. -digo pausadamente, abriendo los ojos como platos.
Salgo corriendo hacia la puerta, sin olvidar las llaves. Bajo rápidamente al piso de abajo y toco la puerta como si me persiguiera alguien.
Ella abre, despeinada y con ojos soñolientos. Uh, no debí tocar su puerta a las dos de la mañana.
-¿Qué quieres, Valdo? -pregunta con voz perezosa.

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𝑬𝒔 𝒓𝒂𝒓𝒐 𝒆𝒍 𝒂𝒎𝒐𝒓 || 𝐸𝑙 𝑀𝑎𝑟𝑖𝑎𝑛𝑎
Fanfiction-Te amo. -pronunció con una intensidad que resonó en mi pecho. Mi mente dio vueltas, y mi corazón se aceleró como si estuviera en una montaña rusa. Las palabras se me quedaron atascadas en la garganta; no supe qué responder. Pero él no me dio tiempo...