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Ya no quiero ir al gimnasio.

Chica sudada, roja como tomate y vuelta mierda saluda al ascensor.

Debo dejar de decir eso, bueno, pensarlo.

-Señorita, el ascensor no sirve. -Informa el portero, ¿este cuando apareció?

Asiento con desgano y arrastrando mis pies voy al inicio de las escaleras. Las miro, son muchas, ¿podré dormir aquí?

Me siento y así sentada empiezo a subir las escaleras, algunas personas bajan o suben y me miran como si estuviera loca pero ninguna es tan amable de ofrecerme ayuda para subir. Que groseros, por eso no les hablo.

Cuarto piso, me acuesto en el frío y sucio suelo, igual debo bañarme así que no importa.

Persona o lo que sea que todo lo ve, ahora sería buen momento para que el que aparece hasta en la sopa haga su aparición.

-¿Te sucede algo?

¡Aleluya!

-Cargame, por favor. -Pido estirando los brazos hacia él.

Osvaldo ríe pero acepta, me ayuda a levantar, se agacha y yo me subo a su espalda.

-Nunca estuve tan feliz de ver a alguien. - Exagero pero en este momento si siento una gran emoción.

-Solo querías que te cargara, interesada. - Habla en falso tono triste.

-Quizás un poco si, estaba subiendo las escaleras sentada y todos fueron groseros. - Cuento y hago un puchero aunque sé no me ve. -Por eso solo tú me agradas.

-¿Te agrado? -Pregunta sorprendido.

-Si.

[...]

Sábado en la tarde, Osvaldo está sentado en mi sofá con sus zapatos sucios sobre mi mesa de centro, haré que limpie el mugre con la lengua si no los quita.

-¿Por qué la primera semana que llegue aquí no te veía?-

-No salía mucho -Comento mientras llevo un plato con sándwiches.

A finales del año pasado me propuse que saldría de mi casa (lo cual no hice hasta ahora), que haría algo por la vida e intentaría modelar para más revistas. Mi madre se mudo debía hacerlo. Lo conseguí, no fue fácil pero lo hice.

Ya lo de modelo llegó hace poco y todo por una promoción que hize para una cafetería que por cierto en mia.

-Pues, me alegra que lo hicieras. -Dice y coge un sándwich.

-¿Qué harás para navidad?

Dos días para navidad, me emocionan estas fechas pero este año las pasaré sola así que preferí no decorar este lugar.

-Iré con mi familia. ¿Y tú?-

-Nada, veré películas. -Me encojo de hombros y muerdo mi sándwich.-

Osvaldo me mira sin creerlo y puedo ver que no terminó de masticar su sándwich, iug.

-Traga lo que tienes en la boca sucio.

-Vendras conmigo y mi familia. -Demanda.

Por supuesto que no iré, apenas lo conozco hace un mes, quizás me roba.

-No.

-No te pregunté Emma, irás.

-No.

-Si.

-No.

-Si.

-No.

-No.

-Si... Eso es trampa.

-Ya dijiste que si.

-Ok

Espero no arrepentirme.

𝑬𝒔 𝒓𝒂𝒓𝒐 𝒆𝒍 𝒂𝒎𝒐𝒓  ||  𝐸𝑙  𝑀𝑎𝑟𝑖𝑎𝑛𝑎 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora