Capítulo 4

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En los pasillos de la Port Mafia todo estaba muy tranquilo, sin ningún ruido.

-¡ODIO MI VIDA!- Grito Tachihara.- Aunque soy muy hermosa ahora que lo pienso.- dijo mientras se mordía el labio.

-Dejate de estupideces Tachihara.

-¡Pero Hirotsu! Tienes que admitir que nos vemos muy bien siendo del género opuesto.

-Tienes razón pero tenemos que continuar en lo nuestro.

-Como digas, voy a donde Kaiji para ver si descubrió algo.

La mayor solo asintió mientras fumaba y se iba.

-Deja de mirarme así, Higuchi.- murmuró un pelinegro mientras acomodaba unos cuchillos en sus bolsillos.

-¡Perdón Gin!- exclamó el rubio mientras se volteaba avergonzado.

- Hmmm...- se va del lugar.

-Este cuerpo es bien raro, tal vez pueda experimentar un poco...-susurra para si mismo Kaiji.

- ¿Que?- le mira feo por lo dicho.

- Nada, no escuchaste nada.- le sonríe a Tachihara y le lanza un limón.

- Carajo.- trata de esquivar el limón pero falla de una forma muy estúpida por haberse enredado con sus pies.

- Jejeje, ahora experimentare contigo, gracias tachi.- se lo lleva arrastrada hasta su laboratorio.

- Okey, no me acercaré por ningún motivo al laboratorio durante un buen rato.- Así se fue el rubio algo asustado.

Pasaron varias horas sin saberse nada de la amante de los limones explosivos y la pelirroja.

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En una gran habitación se encontraban Chuuya y Kouyo, ambos se estaban probando las vestimentas que habían comprado o se habían dado entre sí.

-O Chuuya, te vez realmente linda con ese vestido.- halago el pelirrojo al ver a la ojiazul con un vestido algo pegado al cuerpo de color bordo.

- La verdad que si, ser mujer no es tan malo.- dijo mientras se miraba al espejo de cuerpo completo.

- No digas eso que después te pasa de todo, querida.

- ¡ No me traigas malas vibras ane-san!- La miró con un puchero.

- No me pongas esa cara que sabes muy bien que es verdad Chuuya. - Se ríe mientras se va.- Voy a estar todo el día con esto, me queda muy bien y si me necesitas, estaré en mi oficina.- se despide con la mano y abandona el lugar.

-...- mira hacia el piso.- Tal vez ane-san tenga razón... otra vez.- aprieta los puños y va a cambiarse.

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-Jo Jo ¿¡ESTAS MOLESTO KUNIKIDA-KUN!?- Gritaba Dazai a una notable enfadada rubia.

-¡Callate Dazai! Deberías estar investigando acerca del maldito gas rosa en vez de estar drogandote con hongos.- Respondió mientras le pegaba a la pelimarron con su libreta de ideales.

-¡ESO DUELE KUNIKIDA-KUN!- Se quejo Dazai sobandose la cabeza.

El de lentes decidió que lo mejor sería ignorarla, ya no soportaba gritarle y que la vendada no le hiciera caso. Ahora si, todos estaban en lo suyo.

-Dazai-san...- Llamó Atsushi en un susurro a la suicida.

-Dime sushi.- respondió con curiosidad.

-Creo que esto del gas es una habilidad modificada.

¡SOMOS MUJERES/HOMBRES!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora